¡Ya estamos de vuelta!

LBNL

Se acaba agosto y volvemos a la normalidad: la oficina, el tráfico, la liga… Mientras nuestros hijos cumplen con la redacción tradicional en el cole contando dónde han pasado las vacaciones, los mayores haremos lo propio delante de la máquina de café o en el bar de la esquina, los más fardando de lo bien que lo han pasado y dejando de lado las incomodidades de la playa (sombrilla, arenas, quemaduras, medusas…) o la montaña (mosquitos, agujetas, mal tiempo…). Tiene que quedar claro que hemos estado en un sitio guay, a muy buen precio y lo hemos pasado fenomenal. 1Sería muy triste enfrentarse a la depresión de la vuelta al curro sin poder al menos alardear de lo bien que hemos utilizado las preciadas semanas de vacaciones estivales!

Hayan sido como hayan sido, lo cierto es que se han acabado y la realidad nos estaba esperando, empezando con el drama de los miles de refugiados sirios, afganos y africanos que consiguen llegar a nuestras fronteras tras innumerables penurias. La tragedia es ya una realidad cercana y, sobre todo, visible porque los ahogados en el mar se quedan en una cifra, con algún efecto cuando es de tres dígitos y todos de golpe, pero los muertos en nuestras tierras, asfixiados en un camión por ejemplo, apelan mucho más a nuestras conciencias. Afortunadamente, porque Siria lleva en guerra ya cinco años y Turquía, Jordania y Líbano están a rebosar de refugiados (¡Casi un tercio de la población en este último país! Y un par de millones en Turquía). En Europa no cabemos todos y no podemos abrir nuestras fronteras de par en par a todo aquél que quiera venir a vivir y trabajar entre nosotros. Pero tenemos el deber – y también la obligación legal según el derecho internacional – de acoger a quienes huyen de una situación de guerra que pone en grave riesgo su vida. Y si nos cuesta demasiado dinero, pongamos los medios para acabar con los conflictos que les expulsan de sus casas.

Debemos hacerlo, también por la cuenta que nos trae porque los fuegos en Siria, Irak y Libia, son un poderoso acicate para el radicalismo islamista y en España sabemos bien lo trágico que puede llegar a ser. Tras el 11-M, hemos tenido la suerte que otros, Francia en particular, no están teniendo últimamente. Y va a ir a peor porque Daesh – el arrogántemente auto-denominado Estado Islámico – va a tardar un tiempo de desaparecer. La coalición internacional que les bombardea diariamente está haciéndoles pupa pero todavía controlan media Siria y medio Irak y son más los que llegan – sobre todo vía Turquía – para combatir que los que mueren. En Libia están también haciéndose hueco, con muchas más dificultades pero amparados en el caos que sigue enfrentando a las innumerables milicias que pugnan por el control del país. Como también en el sur de Argelia y Mali y en Nigeria, donde el execrable Boko Haram, que sigue secuestrando y matando a mansalva, ha rendido pleitesía a Daesh. El peligro no son sólo los que vuelven a casa después de combatir, entrenados y fanatizados al máximo, sino también lo que optan por golpear al enemigo en la retaguardia, como les anima Daesh a hacer. Nuestras fuerzas de seguridad hacen lo que pueden pero es necesario un mucho mayor grado de cooperación internacional para evitar atentados como el recientemente frustrado en el tren Amsterdam-París.

Pero lo de los refugiados y el terrorismo islamista es cosa sobre todo de los gobiernos. En cambio, las elecciones catalanas, que están a la vuelta de la esquina, son cosa de todos, sobre todo de los catalanes, por supuesto, pero también del resto de españoles que, aunque no tenemos voto, sí tenemos voz sobre algo que nos concierne. Como la del ínclito Felipe, que ayer se descolgó con su artículo “A los catalanes” que a saber si no resultará contraproducente, sobre todo por las absurdas referencias a los fascismos alemán e italiano de los años 30, que ya es torpeza. Porque si lo que se pretende es apelar al entendimiento, descalificar al que discrepa no suele ser buena táctica. Sobre todo cuando la realidad es tan diferente de la referida. Porque Arturito Mas será un demagogo y embustero, además de corrupto – no es de recibo presentarse como el adalid de la lucha contra la corrupción dirigiendo un partido tan podrido por las comisiones y siendo estrecho aliado de Jordi Pujol y sus hijos – pero de fascista no tiene un pelo, como tampoco los demás independentistas por mucho que amenacen con saltarse a la ley a la torera, cosa que obviamente no es ni positiva ni legítima pero que han hecho muchos que no eran fascistas, por ejemplo los republicanos que tomaron el poder el 14 de abril de 1931 tras haber sido mayoría en las elecciones municipales.

Yo coincido con la mayoría de los argumentos desgranados por Tacatún, por más que el susodicho se haya convertido en un personaje bastante patético. No soy nacionalista español y sobre todo soy demócrata por lo que, considerándolo un error, estaré dispuesto a avalar la independencia de Cataluña si una mayoría suficiente de catalanes así lo desean. Considero que la independencia sería un error por ir en sentido contrario al de la historia, que nos lleva hacia la inter-dependencia a todos los niveles. Ahora bien, estoy un poco sorprendido por la situación porque se suponía que se disolvían las Cortes para hacer unas elecciones plebiscitarias, por el sí o el no a la independencia, después de un resultado suficientemente alentador para los soberanistas en lo que finalmente quedó en remedo de referendo. Sin embargo, desde la distancia observo una pléyade de opciones, algunas claramente independentistas (Convergencia, ERC, CuP) pero no todas aliadas, otras catalanistas en mayor (Unió, IcV) o menor grado (PSC) y otras directamente españolistas o constitucionalistas (PP y CC). Además de Podemos, cuyos equilibrios soy incapaz de interpretar.

Ardo en deseos de empezar a devorar sondeos y sus análisis, especialmente los que se hagan en este foro que tiene varios avezados frikolíticos catalanes, bastante objetivos pese a su marcado soberanismo y a los que agradecería sus comentarios a las siguientes preguntas y reflexiones. ¿En qué lado ponemos a los escaños y votos de Podemos? ¿Qué ocurre si los “soberanistas” no consiguen el 50% de los escaños y/o de los votos? ¿Dimite Mas y se forma un gobierno constitucionalista para el que seguramente no haya mayoría y menos aún suficiente convergencia ideológica? En caso de que los “soberanistas” consigan el 50%+1 de los escaños y/o de los votos (sin llegar al 55 o al 60% por ejemplo) ¿se atreverá Mas a una declaración de independencia unilateral? Creo entender que se trataría más bien de una declaración política, emplazando al Estado a una negociación para acordar la independencia en un plazo de un año o año y medio, ¿no? Esta opción me parece mucho más coherente con el carácter ventajista de Mas y Convergencia, que sobre todo no quiere perder el mando del chiringuito, que tantos beneficios les ha y sigue reportando. De hecho, no me extrañaría que Mas y Convergencia prefieran precisamente una mayoría absoluta pero corta, que les permita amagar para presionar a “Madrit” manteniendo la opción de, en su momento, bajarse del burro tras haber conseguido las contrapartidas que Rajoy se ha negado a negociar, quizás de parte de Pedrito Sánchez desde la Presidencia del Gobierno, con el apoyo de Podemos.

Ya decía antes que considero que la independencia de Cataluña sería un error, también para Cataluña, que tendría que transeferir menos recursos al resto del Estado pero tendría que asumir unos costes económicos enórmes, además de políticos y sociales. Pero también que respeto a los independentistas que realmente quieren embarcarse en tan aventurado viaje contra viento y marea, a sabiendas de que la independencia supondría la salida de Cataluña de la UE (como admitió temporalmente el líder de Junts per el si). Ahora bien, lo que no entiendo es cómo los independentistas de corazón son capaces de seguir confiando en el liderazgo de Mas y Convergencia. ¿No es evidente que, además de pretender ante todo seguir al mando del cotarro, van a dejarles en la estacada en cuanto la cosa se ponga fea? O quizás es que todo el independentismo está de acuerdo con jugar a tensar la cuerda para obligar al Estado a negociar lo que se ha venido negando a hacer hasta ahora, sabiendo perfectamente que la independencia no llegará en el horizonte previsible. Y, segunda derivada, quizás Rajoy juega a lo mismo para ver si así consigue salvar el culo en las generales de finales de año.

Dejémoslo ahí para que voces más expertas y doctas nos ilustren en cuanto consigan reponerse de la depresión post-vacacional. Pero no nos olvidemos del drama de la inmigración y el peligro del terrorismo islamista, ni de la Liga, en la que el Barça ya le saca dos puntitos al Madrid…

19 comentarios en “¡Ya estamos de vuelta!

  1. Me parece que LBNL ha vuelto un tanto exagerado de las vacaciones.
    Pese a asegurar que coincide con la mayoría de los argumentos desgranados por Felipe González en su reciente artículo en El País (“A los catalanes”) todo su comentario sobre el mismo es crítico y obvia su contenido para centrarse exclusivamente en unas alusiones a los fascismos europeos de los años treinta, que le parecen torpes y contraproducentes. A mí también me llamaron la atención porque sonaban exageradas y podían distraer de lo esencial: que parece ser lo que le ha ocurrido por lo visto a LBNL.

    Para combatir la exageración de González, LBNL incurre también en exageraciones:

    – Por ejemplo, cuando escribe que “ si lo que se pretende es apelar al entendimiento, descalificar al que discrepa no suele ser buena táctica”. Es injusto. Las referencias de González pueden ser inadecuadas por lo distinto de las situaciones – social y política – de la Europa de entreguerras y la Cataluña actual. Pero González no estaba demonizando a unos “discrepantes”; es decir, si considera peligrosa su campaña no es porque Mas y los suyos piensen de un modo diferente sino porque ve en su propuesta (elecciones como plebiscito, con la intención declarada de saltarse la ley a la torera) una deriva en esencia antidemocrática y excluyente: totalitaria. Y ello al margen de que esa deriva no implique –afortunadamente- un peligro como el de los totalitarismos de verdad. Analizar la advertencia de Felipe como una descalificación de la mera discrepancia me parece un error.

    – Tampoco insistiría yo tanto en que un independentista “de fascista no tiene un pelo”, como cree LBNL, “por mucho que amenacen con saltarse a la ley a la torera, cosa que obviamente no es ni positiva ni legítima pero que han hecho muchos que no eran fascistas, por ejemplo los republicanos que tomaron el poder el 14 de abril de 1931 tras haber sido mayoría en las elecciones municipales”. Otra comparación tan forzada e inexacta como la que critica de González. ¡Ya les gustaría a los soberanistas catalanes disponer de la legitimidad con la que llegó la 2ª República a España!

    La mejor confirmación de los temores expresados por González le ha venido del independentismo catalán. Las reacciones de Forcadell y especímenes similares (de los que tienen más de un mechón sospechoso), incapaces de exponer un solo argumento y de reconocer lo amistoso del mensaje del expresidente, y abonados a la descalificación (“usa los argumentos de la derecha”, dicen, ¡pero si en la derecha están ellos también!).

    Lo que se podría criticar del artículo de González es la carencia de autocrítica. Pero esa es otra cuestión. En cualquier caso, bienvenido sea. Yo echo en falta otros pronunciamientos.

  2. Y una vez más, Espada:

    “(…) Yo no sé si los catalanes son conscientes de la utopía extraordinaria que tienen al alcance de la mano. Un voto y ya: un 28 de septiembre con un espacio público sin Artur Mas. Sin Junqueras. Sin monjas. Sin patanes. Es una utopía por la que luchar. La pintoresca paradoja del secesionismo es que ha imaginado dos amaneceres. El suyo original, tan carcamal como pueril. Pero también y respondiendo a un efecto colateral imprevisto, la tersa utopía de acabar con esa caspa virulenta, esa flatulencia propia, ese permanente complejo de ser nada y menos del nacionalismo. Lo cierto es que el 28 de septiembre será posible levantarse de la cama en Cataluña y sacárselos literalmente de encima. Unas primeras abluciones sin la vigilancia ojival del nacionalismo (…)”.

    http://www.elmundo.es/opinion/2015/08/29/55e0a6f2e2704ed4318b459f.html

  3. Debo ser un tipo raro en esta izquierda donde todo es tan relativo como liquido pero no me gusta que me cambien el orden constitucional ni entrando con una pistola en el congreso ni saltándose la legalidad vigente. Porque es la LEY de lo que hablamos. Salvo que importe un carajo lo que hemos conseguido en estos cuarenta años de democracia, nadie puede entender que algo se pueda construir desde la ilegalidad y mucho menos impidiendo a la mayoría de los españoles opinar sobre ello. Es la Constitución que votamos. El excelente artículo de Gonzalez pone el acento en lo importante, más allá de lo accesorio que parece es lo único que interesa a sus descalificadores. Estos últimos quedaron ayer bien retratados? A falta de otros argumentos todo fueron insultos personales contra Gonzalez., algo en lo que, fieles a la tradición, tampoco faltaron los habituales tontos útiles de la izquierda española con sus complejos ante el nacionalismo. Lo que votamos en 1978 es que la soberanía reside en el pueblo español. Y solo puede ser TODO el pueblo español quien cambie la Constitucion. Por los demás es entrañable que la banda del 3% y sus encubridores lídere el proceso. Cualquier día los acusan de ser…españoles. Tiempo al tiempo.

  4. Y como no hay dos sin tres (la reentreé postveraniega bien merece el esfuerzo), dejo aqui este fragmento -me parece representativo- de discurso estuporoso de izquierda. Es de Carlos Bayo, de Público, analizando el resultado de unos estudios demoscópicos que hoy aparecen en ese diario (con conclusiones idénticas a las de otro que sale en La Razón):

    «Ninguno de los dos lo quiere, y ambos niegan rotundamente esa posibilidad, pero a PP y PSOE no les quedará más remedio que alcanzar un acuerdo de gobierno, al estilo de la Gran Coalición alemana, si quieren ejercer el poder ejecutivo —en el que llevan alternándose ininterrumpidamente durante 33 años—, ya que ninguno de los dos tendrá a su disposición alianzas viables para alcanzar una mayoría absoluta parlamentaria,…etc».

    Es decir, ante la evidencia -al menos en los previsiones demoscópicas, sin excepción-, de que ni PP + C´s, ni PSOE+Podemos, garantizan una mayoría estable de gobierno, se especula con la fórmula PP+PSOE pero sólo «si quieren ejercer el poder ejecutivo». O sea, que «no les quedará más remedio». Muy burda esa forme de escaqueo. Porque la cuestión no es esa, sino más bien, y aún en el caso de que PP y PSOE no desearan esa matrimonio de conveniencia, ¿qué debería hacerse en el supuesto de que lo que hoy son solo previsiones sean una realidad? ¿Que desearía Carlos Bayo? ¿Repetir elecciones hasta que salga el resultado fetén?

  5. Ayer un inteligente analista político ( no hay muchos ) resaltaba que la importancia de la carta de Gonzalez no era tanto por su indudable peso histórico en la política española sino por la ausencia absoluta del actual presidente del gobierno ( añadía al Rey Felipe ) en el tema catalán. Coincido con el analista. La incapacidad del actual presidente del gobierno para desligar los temas de estado con la refriega política está dejando a Gonzalez un lugar desde el que no habría que descartar algún tipo de interlocución en el futuro. Por cierto, bien y clara Carmen Chacón en este tema. Se agradece que alguien en el socialismo catalán abandone la ambigüedad.

  6. Sobre el artículo de Felipe (no se ha mencionado hasta ahora el ridículo de que El País dedicara el editorial del domingo a comentar el artículo…): compárese con la campaña de Gordon Brown tratando de evitar la independencia de Escocia. La diferencia es grande: Brown no trató de quitar legitimidad a los independentistas, ni se dedicó a amenazar con el infierno, ni utilizó la Constitución como último recurso para negar la posibilidad de independencia, sino que más bien buscó argumentos positivos a favor de la unión. Algo similar hizo Cameron. Es otra manera de afrontar el desafío. Aquí preferimos ponernos campanudos y darle hostias al rival. El artículo de Felipe era siniestro en su planteamiento (lo de recurrir al fascismo es de traca y habrá animado a muchos a votar a Juntos por el Sí) y llegaba a ser delirante cuando presagiaba que una Cataluña independiente acabaría como Albania. Este es el nivel del debate político en España y así nos va.

  7. En mi opinión, Javier, la única posibilidad de un gobierno PP+PSOE es bajo una situación de emergencia nacional ( por ejemplo el tema catalán). Y en ningún caso puede aceptar el PSOE un gobierno con el PP donde esté Rajoy. Seria no solo obsceno después de lo que sabemos sino un suicidio para el PSOE. Pero dudo que esa situavion de emergencia llegue. Lo más probable será un gobierno PP+Ciudadanos. Incluso en esa coalición no se debe descartar que salga Rajoy. Por lo demás hay cierta izquierda, como que se da cita en Público, tan «monedero», muy interesada en seguir manteniendo el mantra de que PP y PSOE son lo mismo. Ya lo hicieron en anteriores elecciones. Se ve que los chicos de Roures no se conformaron con los regalitos que le hizo el PSOE de ZP. Menudo pájaro. Roures, digo.

  8. La comparación que hace Cicuta con lo ocurrido en torno al referéndum escocés no me parece válida. Gordon Brown –y Cameron- hicieron campaña en contra de la independencia escocesa en un referéndum convocado de acuerdo con la ley, previo pacto político (ejemplar) y sin planteamientos rupturistas como los que promueve ni más ni menos que el máximo representante del Estado en Cataluña, que anuncia su intención de pasarse la ley por el arco del triunfo y adelanta su intención –que luego sea posible o no, y se quede en farol, es otra cosa- de declarar unilateralmente la independencia de su comunidad si gana su lista.
    En el caso catalán lo que falta, al contrario de lo que cree Cicuta, es mayor claridad y contundencia. Uno de las cosas que ha alimentado la fantasía de Mas es ese empeño suicida, muy instalado en buena parte de la izquierda española, de hacer creer a los nacionalistas catalanes que siempre se les dejaría barra libre, que fueran cuales fueses sus pretensiones nunca se estaría por la labor de enfrentarse decididamente a ellos, que Cataluña, en fin, es su cortijo particular donde pueden manejarse a su antojo siempre que, no perturben la gobernabilidad del estado. Tanto se ha abusado de la idea que incluso ahora, cuando es evidente que a esos nacionalistas ya les tiene sin cuidado la gobernación de España ( o su reforma federal) parece que todo consiste en lanzar propuestas seductoras, para convencerles que les irá mucho mejor sin separarse, etc. Un poco tarde, ya. La izquierda española –en caída libre-, parece incapaz no ya de plantar batalla sino de reconocer siquiera el desafío al que se enfrenta.

  9. Van 8 respuestas y de momento ni un catalán… Esta gente no trabaja o qué? Porque es sabido que DC es sobre todo un blog del trabajo 🙂

    Javier, creía que dejaba claro que lo de los fascismos en el artículo de Tacatún era absurdo y no me centraba mucho en ello sino para argumentar por qué era absurdo. Se me olvidó mencionar lo de Albania que cita Cicuta – por cierto, qué miedo coincidir con él! 🙂 y que es efectivamente otra soplapollez.

    Y no sé cuánto mayor era la legitimidad de los republicanos en 1931 si el problema es la necesidad de respetar la ley. Por supuesto yo respeto y exijo que todos respeten la ley. Pero de momento, los soberanistas lo están haciendo. Lo hicieron con el remedo de referendo, que no pudo ser suspendido precisamente porque no supuso una violación legal, y lo están haciendo con las elecciones, que son plebiscitarias únicamente en la medida en la que uno decida que lo son, porque lo que son de verdad son unas elecciones autonómicas catalanas más. Y ya apuntaba al final a que creo que no habrá declaración unilateral de independencia ni violación de la ley, porque no conseguirán apoyo suficiente y porque no querrían poner en peligro la base de su continuación al mando de la Generalitat.

    Ahora bien, el argumento para rechazar la comparación con el referendum escocés es un poco tramposo. Gran Bretaña no tenía ninguna obligación de convocar el referendum y Escocia no tenía ningún derecho a convocarlo tampoco. Ante la presión de una parte suficiente de la sociedad escocesa, Londres se avino a la consulta. Madrid no se ha avenido a nada siquiera parecido. De ahí que el referendum fuera pactado y no hubiera lugar a saltarse la ley. Es decir, la culpa de que las opciones sean aguantar indefinidamente sin cambios o saltarse la ley, es al menos parcialmente de Madrid, en concreto de Rajoy y el PP, porque Zapatero ya buscó una solución que habría funcionado bien pero que lamentablemente el PP tumbó con la complicidad de un irresponsable Tribunal Constitucional que no se saltó la ley pero sí toda lógica democrática, al invalidar partes de una norma refrendada mayoritariamente por el pueblo y, para más inri, dejando que pasajes similares de otros Estatutos estén en vigor en otros territorios sin que se hunda la nación española, por cierto.

    Creo que dejaba bastante claro mi desprecio político, moral e intelectual por Convergencia pero Madrid bajo el PP ha cooperado en llegar a este desatino.

  10. Feliz vuelta a DC.
    Como Cicuta menciona a Brown para atacar a Felipe, les incluyo un extracto del magnífico y brillante discurso del primero para apoyar a Felipe, y veremos que sí, que sin duda habla de las amenazas que tiene la independencia de una parte de un estado cuando se han convivido siglos :
    « De esto trata la votación. No de que Escocia sea una nación, ya somos una nación: ayer, hoy y mañana. No del Parlamento escocés: ya tenemos uno y sus poderes son cada vez mayores. En realidad trata (y esta es la cuestión) de romper todos y cada uno de los vínculos con el Reino Unido. Yo digo que no quiero acabar con las pensiones británicas, los pasaportes británicos, la libra británica, el estado de bienestar británico, la sanidad británica y el salario mínimo británico.
    Así que, vamos a explicar a la gente lo que hemos hecho juntos. Vamos a contarles que hemos luchado y ganado una guerra contra el fascismo juntos. Vamos a decirles que no hay ningún cementerio de guerra en el que no descansen juntas las tropas escocesas, inglesas, galesas y norirlandesas. Luchamos juntos, sufrimos juntos, nos sacrificamos juntos, lloramos juntos y luego lo celebramos juntos. Vamos a contarles que no sólo ganamos una guerra juntos, sino que también construimos juntos la paz, creamos un servicio sanitario juntos, levantamos un Estado del bienestar juntos.
    Hicimos todo esto sin sacrificar nuestra unión ni nuestra identidad, nuestra cultura, nuestra tradición como escoceses. Como consecuencia, nuestra esencia escocesa no se ha debilitado, sino que se ha fortalecido. No dejemos que una divergencia nacionalista rompa lo que hemos creado juntos. Digamos a los indecisos, a los que dudan y a los que les han dicho que si están orgullosos de ser escoceses no pueden votar por el no, que ésta es nuestra Escocia.
    Vamos a decirles que Escocia no pertenece al Partido Nacional Escocés (SNP). Vamos a decirles que Escocia no pertenece a la campaña del sí. Que no pertenece a Alex Salmond, ni a John Swinney, ni a mí, ni a ningún otro político. Vamos a decirles que Escocia nos pertenece a todos. Explicad a los nacionalistas que no es su bandera, su cultura, su nación o sus calles, sino que es la bandera de todos, la cultura de todos, la nación de todos y las calles de todos.
    Digámosles que nuestra visión patriótica es mayor que el nacionalismo; no queremos que Escocia se vaya del Reino Unido, sino que esté a la cabeza del Reino Unido y, de este modo, a la cabeza del mundo. Me dirijo a los indecisos, a los inseguros, a los que hoy piensan votar por el sí pero pueden convencerse para votar que no mañana.
    Vamos a decirles que nosotros, los que votamos por el no, queremos a Escocia. A la Escocia de la Ilustración escocesa y los inventores escoceses; a la Escocia pionera del derecho al trabajo y, sí, del derecho a una sanidad gratuita; a la Escocia autora del Estado de bienestar y de la ayuda internacional. Logramos todo esto y mucho más desde dentro de la Unión. No a pesar de estar en la Unión, sino a través de ella. No hay una sola parte de nosotros que se haya minimizado por ello. Así que nos dirigimos a los indecisos y a los que iban a votar por el sí y ahora ven ciertos riesgos. Hablémosles de los riesgos.
    Vamos a explicarles los siete riesgos mortales que nos empujan hacia una trampilla económica de la que no hay escapatoria. Con el sí corremos el riesgo de una moneda disputada, de un impago de la deuda, de tener que incrementar miles de millones de libras para las reservas monetarias, de subir los precios en las tiendas, de aumentar los intereses de las hipotecas, de arriesgar un millón de empleos en sectores como la defensa y las finanzas, y de un agujero negro fiscal.
    Antes existía el riesgo a lo desconocido. Ahora, el riesgo procede de la realidad de lo conocido.
    No obstante, el mayor riesgo para nuestra salud y los servicios públicos no es el que plantea la independencia. La mayor amenaza para la sanidad no es la Unión. Su mayor amenaza es el Partido Nacional Escocés, con su plan secreto para recortar 500 millones de libras (630 millones de euros) en este sector.
    Vamos a explicar a la gente de Escocia que no están salvando la sanidad, sino utilizando la sanidad para salvar al Partido Nacional Escocés (SNP). Vamos a aclarar que en el SNP no se levantaron una mañana con la misión de salvar la sanidad; se levantaron con la misión de utilizarla para crear un Estado separado. Digamos a los indecisos, a los que conocen los riesgos y a los que piensan que el SNP es el progreso, que tenemos una visión para el futuro de Escocia. Una visión que reunirá de nuevo a una Escocia dividida. No a una Escocia intimidada, amenazada, insultada y recriminada por el mundo.
    Sé que la Escocia de Adam Smith y John Smith es mejor y mayor que ésta. Sí, una Escocia con un Parlamento escocés que lucha con fuerza por la justicia. Con fuerza para la igualdad en todo el Reino Unido.
    No sólo luchamos por nosotros; no sólo buscamos la prosperidad, la seguridad y la fuerza para nosotros. En todo lugar, en todo momento, en todos los niveles, también en el Reino Unido, nuestro instinto, nuestro deseo, nuestras exigencias y nuestro sueño por la justicia social no pasan por la separación, sino por un mundo con justicia social.
    Éste es el sueño por el que podemos vivir y con el que nunca moriremos. Ésta es la gran causa por la que merece la pena luchar. Porque la verdadera separación que queremos no es del Reino Unido, sino de la pobreza.
    La verdadera independencia que queremos no es de nuestros vecinos, sino de la desigualdad y la escasez. La verdadera libertad y liberación que queremos no es de un país; queremos que todos los países estén libres de injusticia, ahora y siempre. En un mundo de discordias, conflictos y divisiones, un voto por el sí mandaría el mensaje de que los escoceses, que siempre han cooperado a través de las fronteras, en solidaridad y colaboración con el Reino Unido, han dejado de compartir y han abandonado su afán de colaboración con los demás.
    De que los escoceses han dado la espalda a la cooperación y a la solidaridad. De que el país que había sido un modelo para el mundo se ha hecho más pequeño, y no más grande, a los ojos del mundo. Vamos a decirles que lo contrario es lo cierto. El próximo viernes, si nos despertamos con que ha ganado el no, seguiremos siendo escoceses, escoceses ayer, hoy y mañana, y el trabajo por la justicia social continuará.
    Por tanto, yo decidiré mi voto no por mí, sino por mis hijos, por todos los hijos de Escocia y por su futuro. A los nacionalistas que afirman que éste es nuestro momento, aun sabiendo que la consulta es irreversible, les digo que este referéndum no se puede hacer sólo para nuestra época. Que el voto no puede ser egoísta, ni siquiera por un momento.
    No se trata de una votación para una época, sino para todas. Ya que esta consulta no podrá deshacerse ni rehacerse, no debemos votar sólo para nosotros, para esta generación y este momento. Si no hay vuelta atrás, tenemos que pensar en nuestros hijos, nuestro futuro y el siglo que tenemos por delante. Por ello, si tienes dudas sobre el futuro incierto, si tienes preguntas sin contestar, si no te han explicado algunos riesgos, si no lo sabes, tienes que votar que no.
    Pero si, como yo, crees que lo que nos espera no es la separación, sino la justicia mediante la cooperación, te digo:
    Mantén la dignidad. Ten confianza. Nuestros valores son los del pueblo escocés. Ten confianza. Nuestro Parlamento escocés responde a las necesidades y aspiraciones del pueblo escocés. Ten confianza. Nuestro futuro radica en la cooperación y la colaboración, y no en la separación y la división. Esta unidad es nuestra fuerza. Ten confianza para levantarte, hacerte oír y decir por Escocia: no ahora, no en este momento, no a los riesgos, no, gracias.
    Ten confianza para levantarte, hazte oír y di, por el futuro de Escocia: «No». »

  11. Aquí va el primer catalán, aunque del cabreo que me produce el tema quizás me embarulle y no responda con la serenidad que desearía.
    Me ratifico en lo que dije ayer. El artículo de Felipe González me parece excelente, lucido y muy conveniente para la tesitura en que nos encontramos.
    LBNL, me gustaría que aclarases cuál sería la mayoría suficiente que reclamas para avalar la independencia. Te recuerdo que pera cambiar la Ley Electoral hacen falta dos tercios del Parlament, por tanto una mayoría cualificada que los soberanistas no contemplan para proclamar una declaracioón de independencia, se conforman con una mayoría de de parlamentarios – que dado el sistema electoral que favorece a los partidos más votados y que han creado un frente en que cabe todo- que no tendrían dificultad en alcanzar.
    Felipe González, ha sido el político que más votos ha cosechado en Cataluña ( aunque de modo interpuesto, mediante los candidatos catalanes del PSC ), más que el padre de la patria y definidor de quién es catalán y quién no.
    Respecto a la alusión de González a la situación de Italia y Alemania en los años treinta, me parece impecable. no está hablando de Hitler a partir de 1939, se refiere a la formación de ese espíritu que se fue formando debido a la confianza de muchos de los actores, del miedo, de la cobardía y del gregarismo de otros, que permitió que la situación llegase a lo que llegó.
    En Cataluña existe una mayoría que calla, per que no otorga.¿se hubiesen atrevido los soberanistas a haber planteado estas elecciones coincidiendo con las genérales? ¿Hubiese sido muy inconveniente convocarla en una fecha en que la mitad de Barcelona está de puente por la Festividad de la Merce?
    Sobre si los votos de Podemos se pueden considerar soberanistas, creo yo que en la misma medida que se consideraron catalán instas los votos que el cinturón otorgaba al clan socialista de los pijos de Pedralbes.
    En fin, seguiré con esto otro rato.

  12. Magnifico Brown. Gracias Mulligan por copiar el discurso. La de cosas que dirían algunos en España de alguien que pronunciara un discurso como el de Brown.
    Ayer el subdirector de InfoLibre, supuesto periódico digital de izquierda, escribía en Twitter: «Pues entre la carta de San Felipe a los catalanes, el manifiesto de la patronal y los registros policiales es posible que Mas saque mayoría». Este es nivel de cierta izquierda en España. Lamentablemente.

  13. 1) Ese ¿inteligentísimo? analista político cuyo nombre no ha mencionado Polonio habla de la «ausencia absoluta del actual presidente del gobierno ( añadía al Rey Felipe ) en el tema catalán». Pues en eso Rajoy y Felipe ACIERTAN!! En estos casos hay que seguir el manual y hacer «algo» cuando el manual lo indique. Mientras tanto, no se negocia nada con los discursos chantajistas. El PSOE habla de federalismo como solución al ¿problema? catalán (no define, por cierto, qué tipo de federalismo: ¿asimétrico quizás? ¿con o sin pacto fiscal? ¿qué dirán las CC.AA. gobernadas por el PSOE?), pero los soberanistas no quieren federalismo: lo quieren todo.
    2) El artículo de González: impecable. Coincido con chipeador.
    3) Invito a leer el resumen de la entrevista al siempre lúcido Boadella en estos temas: Boadella: Cataluña tendría un orgasmo si el Estado sacara los tanques
    http://www.heraldo.es/noticias/nacional/2015/08/31/boadella_cataluna_tendria_orgasmo_estado_sacara_los_tanques_482451_305.html?utm_source=whatsapp.com&utm_medium=smmshare&utm_campaign=noticias

  14. Debate en el programa 8 al día de 8TV (Grupo Godó) ,una ex PSC , Martínez Sempere lo más lindo que dice de Felipe González es antidemócrata y de los no soberanistas algo parecido a tontos. Le ha tenido que corregir el notario y ilustre articulista del mismo grupo López Burniol al que ha llegado a poner muy nervioso.
    ¿Qué hacía esta chica en el PSC? Nos hemos quitado un buen lastre con ella, Geli, Maragall, Castells etc.

  15. Chipeador, yo no sé cuál es la mayoría suficiente pero sí tengo más claro qué mayorías resultan insuficientes para las cosas de comer. Desde luego el 50%+1 de los escaños me parece insuficiente. También el 50%+1 de los votos. Tengo más dudas sobre el 50%+1 del censo, precisamente porque descuenta el puente de la Merced, la menor participación en las autonómicas y la minoría silenciosa. Pero he escrito aquí muchas veces que en Bosnia, con 2/3 votando a favor de la independencia, hubo una guerra civil atroz. En cambio, en Montenegro Javier Solana en nombre de la UE, consiguió que se aceptara un porcentaje que era algo así como el 55% del censo y Montenegro se hizo independiente en paz, y mira que había razones para que esa independencia no fuera necesaria.
    Lo que tengo claro es que cuando un número suficiente de gente se empecina en algo, por mucho que a mí me parezca equivocado, lo democrático es hacerles algo de caso, bien en forma de concesiones sustanciales, bien en forma de – como en Escocia – viéndoles el órdago en condiciones pactadas.

  16. Lo de los fascismos de los años 30 no se sostiene por ningún lado. Ni los independentistas son fascistas ni se benefician del miedo que provocan las pistolas (como sí hacía el PNV de Arzalluz e Ibarretxe). Tan absurdo como cuando se decía que los amenazados por ETA vivían como los judíos en la Alemania nazi. Lo cual, sin embargo, no implica que a mí me parezcan bien las tácticas nacionalistas catalanas, como tampoco la amenaza horrible de ETA, por supuesto. Pero exagerar es dar armas al contrario…

  17. Por último, qué lástima que ninguno de los comentarios se centrara en el horror de la inmigración que está sacudiendo Europa, o en la amenaza del terrorismo islamista, que es muy pero que muy intensa…

  18. LBNL con los porcentajes que reflejas estoy de acuerdo, yo también reconocería la secesión, pero inmediatamente me convertiría en refugiado. Mi padre llegó a Cataluña huyendo de la persecución de los franquistas de su pueblo en el País Vasco. Marcharía como huyen los sirios en la actualidad, huyendo de la miseria económica en que quedaríamos.
    En lo de la comparación con la Alemnia de los años treinta, reconozco que no se puede comparar cuantitativamente, pero sí cualitativamente, digamos que el germen es común: el odio. Ya sé que no todo el mundo siente este odio entre los soberanistas, pero créeme lo he reconocido en muchos y hace mucho. Lo de comparar a los judíos de los treinta con los amenazados por ETA me parece que con diferencias, es lo mismo.
    La carta de González ha suscitado muchas críticas, pero no veo que desde los medios estatales se critiquen con la misma intensidad los exabruptos diarios de muchos soberanistas.
    Por último respecto a la mayoría silenciosa, calla pero no otorga. Hace falta mucho valor y pagar un precio alto por pronunciarse públicamente contra el pensamiento único que pretende implantarse. Por ejemplo, no veo que Joan Manel Serrat se haya pronunciado y lo comprendo, yo también callo bastante ante determinados círculos. Ayer a Colau que el 9N votó sí sí le abuchea ron en un programa de radio con público por decir que no acudiría a os actos del 11 S.
    Mucha gente que visita Barcelona no aprecia que la presión de los independentistas sean para tanto, les invito a que recorran a Cataluña interior.

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