Una idea peregrina sobre la crisis de la deuda

Aitor Riveiro

El Banco Central Europeo salvó hace unas semanas a Italia y a España, tercera y cuarta economías respectivamente de la Zona Euro, gracias a un cortafuegos en forma de 22.000 millones de euros. El organismo que dirige el francés Jean-Claude Trichet adquirió por ese valor deuda pública de ambos países que se estaban negociando en el mercado secundario, donde los operadores compran y venden deuda soberana a precio libre. Dicha negociación había llevado una semana antes las respectivas primas de riesgo (el sobreprecio que se paga por los bonos españoles a 10 años respecto a los alemanes) a niveles históricos, lo que hizo peligrar la futura financiación de ambos estados o, cuando menos, la encareció notablemente, ya que lo que ocurre en el mercado secundario afecta directamente al primario. Se retroalimentan.

La acción del BCE echó a los especuladores y frenó una escalada que ya apuntaba a Francia. Funcionó, al menos a corto plazo. Sin embargo algunos economistas la han criticado. ¿Y si en unos meses el BCE tiene tantos títulos soberanos que, por ejemplo, no acepta una quita en la deuda de algún país, aunque fuera la mejor decisión para la Eurozona?, se preguntaba. Precisamente la posibilidad de que Grecia precise de una quita en su dedua soberana toma cuerpo.

El mismo principio se puede aplicar a los llamados eurobonos, es decir, a la opción de que el BCE adquiera directamente la deuda en el mercado primario. En este caso la oposición no es solo académica: el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, no quieren oír hablar de esta opción de momento, tal y como han asegurado en reiteradas ocasiones.

La crisis que viven Europa y EE UU es, fundamentalmente, una crisis de deuda. De deuda pública pero también privado lo que obliga al Estado a ocupar el papel del sector privado para inyectar liquidez a los sectores productivos, lo que a su vez incrementa el volumen de la deuda pública. Y como el ratio del pasivo del Estado en relación al PIB es bajo comparado con otros países del entorno (Italia, Francia, Alemania, Reino Unido, que tienen una deuda superior al 80% menos en el caso italiano, que se va al 120%), la capacidad de endeudamiento sigue siendo aún grande.

Eso lo saben los inversores. La cuestión no es si España pagará o no los intereses derivados de los préstamos, sino hasta cuándo, y hasta cuánto, va a necesitar endeudarse para suplir al sector privado. Mientras esa necesidad se mantenga los denominados mercados podrán apretar las tuercas para conseguir una mayor rentabilidad sin matar la gallina de los huevos de oro.

Estos inversores compran letras o bonos del Estado en el mercado primario. Luego, tienen dos opciones: conservar los títulos hasta su vencimiento y cobrar el principal más los intereses o revenderlos en el mercado secundario para obtener liquidez inmediata aunque con una minoración en el rendimiento. Es una forma más de financiación, eso sí, a costa del Estado, que no tiene más remedio que emitir más deuda por los problemas del sector privado y la bajada de ingresos que ha motivado la crisis. El mercado secundario se llena de deuda española. La confianza es mínima y las fluctuaciones grandes. La siguiente emisión es más cara. La pescadilla que se muerde la cola.

Tanto en Italia como en España los pagadores finales son los ciudadanos y los servicios públicos los más afectados: bajada de sueldo a los funcionarios, elevación de la edad de jubilación, recorte a las pensiones y a la dependencia, disminución cuando no supresión de ofertas de empleo público y un largo etcétera. El Estado del bienestar en peligro.

¿Y si aquél cortafuegos en forma de 22.000 millones actuara en el mercado primario? ¿Y si los españoles decidieran comprar deuda y no especular luego con ella? Hagamos ciencia ficción. Si un millón de españoles realizara una petición por, digamos, 2.000 euros, el Estado colocaría 2.000 millones de euros, cifra cercana a la que suele colocar el Estado en una subasta. Además, lo lograría a un precio mucho menor que en una subasta digamos clásica, ya que no tendría que aceptar las peticiones de inversores que buscan maximizar la rentabilidad.

Es una idea peregrina por varios motivos, pero el principal es que para poder llevarla a cabo, los españoles deberíamos confiar en la capacidad que tiene nuestro país para remontar el vuelo. Es decir; confiar en nosotros mismos.

17 comentarios en “Una idea peregrina sobre la crisis de la deuda

  1. Amo a vé …… puestos a proponer ideas pelegrinas, aquí va una de derechas.

    Tambien se podrían renovar las plantillas de las empresas cambiando personal antiguo, poco reciclado, y sustituirlo por empleados jóvenes, bien formados. El camino es fácil. Basta con que los padres ricos compren el puesto de trabajo para su hijo/a pagando la indemnización por despido del empleado a sustituir. El empresario no reduce sus recursos por ahorrarse el costo. El papá rico, que además ha ahorrado por no tener que pagar el aborto de la niña en Londres, porque ahora es grátis aquí, le compra el puesto de trabajo y recupera la inversión en poco tiempo. Y las empresas se llenan de tontos de los cojones, que como son tontos trabajan más.

  2. ¡¡Madre mia!!,la capacidad intelectual que tiene Fernando I para dorar la pildora del dia despues es digna de ser grabada en los anales de la historia del disparate,aunque si uno piensa en el fondo de sus argumentos uno llega a la conclusion de que los papas ricos no hacen nada para que sus hijos se emancipen ,craso error pues esta comprobado que un hijo pijo gasta mucho menos si no tiene la visa platinum de su papa.
    Asi que le pido a los papas pobres que no vayan a currar,su dinero no vale para nada.

  3. Gracias, Aitor.

    No entiendo muy bien el objeto del artículo. ¿Es una propuesta de salida de la crisis que tú mismo descalificas? ¿Se trata de hacer un análisis de dónde estamos? Desde luego, el comentario subsiguiente no ayuda a aclarar si la cosa va en broma -y no está, me parece a mí, el horno etc.

    Yo diría que el volumen de la deuda pública no es, en absoluto, el problema de España, en contra de lo que dicta el pensamiento «neoliberal» que, asombrosamente, se ha adueñado del debate público. Esto se lo dijo Trichet al Presidente y el Presidente le creyó y montó la reformita constitucional… No; España tiene un problema grave de estructura productiva y, sobre todo, de desempleo. También la deuda privada es, según parece, demasiado elevada.

    Juzgas inexorable la secuencia gasto público «excesivo»/deuda alta/necesidad de recortes sociales. En realidad, este es el relato (como se dice ahora) que han vendido con gran éxito los neojones de los cojones, quienes, so pretexto de atajar los presuntos despilfarros que han provocado la crisis (y los ha habido, claro: M-30s, Ciudad de la Cultura, cauce del Turia, aeropuerto de Castellón o Murcia -todos estos, del PP, auque también los hubo del PSOE-), están aplicando implacablemente su programa máximo de desmontaje del Estado social -todavía raquítico- que en España ha construido una generación. Ahora, por fin, el candidato ha caído en la cuenta de que también se puede reducir el déficit ajustando la variante ingresos; a buenas horas.

    Yo, como propuesta de salida de la crisis, me apunto a Berlanga, ese visionario: «Todos a la cárcel».

    Abrazos para todos.

  4. Totalmente de acuerdo con Don Teoura de que la salida de la crisis de todos pasa por la entrada en la carcel de muchos.

  5. Hablando de cosas «peregrinas»: me he sometido a la tortura de leer la última ocurrencia del inefable juez Santiago Pedraz – de la Audiencia Nacional, ¡cómo no!, – sobre el llamado «caso Couso» que tanto interesa a los periodistas.

    No sé que es peor, si lo grotesco de la argumentación -¡es un decir, el tipo ni siquiera intenta aparentar que argumenta!-, sobre un supuesto «plan del Pentágono para acallar a los periodistas» (que se habría concretado, ya es mala pata, en el ataque al cámara español) o lo rematadamente mal escrito que está el dichoso auto. Una cosa bochornosa. Como su antecedente inmediato, aquella visita a Bagdad de hace unos meses, con nutrido séquito de periodistas incluido 8que, en compemnsación a sus desvelos para tan maltratada profesión le regaló los oídos con toda una colección de artículos-panegíricos).

    http://www.abc.es/gestordocumental/uploads/nacional/couso%281%29.pdf

  6. 8

    Como se nota que el hotel en el que fue ASESINADO José Couso se llamaba «Hotel PALESTINA». Siendo así, «caigan las bombas y hamás news el último».

    El «Caso Couso» interesa, más que a los periodistas, a sus familiares (a los que usted falta el respeto y demuestra una sensibilidad nula, que eso sí que es bochornoso) y a todos los que creemos en que para la normalización de relaciones en la Comunidad Internacional es imperativa la articulación práctica de la idea de jurisdicción universal.

    Posdatilla: gracias por tu artículo, Aitor.

  7. ¿El episodio de hoy a mediodía en Sevilla no puede aumentar nuestra prima de riesgo? Confío en que los mercados no vean muchas imágenes del evento. ¡Qué país!

  8. Fernando, ¿ha sido usted invitado a la boda? ¿Y Polonio? Supongo que serán ustedes los únicos blogueros con alguna posibilidad, dada su condición de sevillanos ilustres. Si fueron, cuéntennos detalles.

  9. En verdad, en verdad que es una idea peregrina. Nuestro Estado viene lanzando emisiones de deuda pública para españoles desde tiempos inmemoriales. Los inversores españoles vienen comprando deuda pública española también desde tiempos inmemoriales. Para comprarla exigen un tipo de interés suficientemente remuneratorio, porque si no, comprarían emisiones de deuda particulares o de otros paises. No se sabe si Aitor propone peregrinamente que los españoles hagan un sacrificio comprando deuda pública española sin exigir remuneración alguna o muy pequeña por patriotismo. «Buy war bonds» decia la publicidad de EEUU en tiempos de la segunda guerra mundial. El tipo de interés era muy reducido, pero la gente los compraba por patriotismo. No estamos en la misma situación.
    Creo que Aitor empezó el artículo sin saber como iba a acabarlo y «se metió en un jardín».

  10. La oposición asturiana critica los recortes a RTPA. Cuentan con mayoría absoluta. Están en sus manos convertir las palabras en realidad.

  11. 14

    Voy a darles el beneficio de la duda. En caso de que incumplan con sus palabras, la sociedad asturiana y los más de 700 trabajadores afectados deberán conocer quiénes son los culpables de la situación.

  12. También espero que los simpatizantes y militantes de los partidos que cometen decisiones erráticas, se lo hagan saber a las respectivas direcciones a traves de los canales habilitados (en caso de haberlos, uno ya duda de eso) para ello.

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