Un judío musulmán entre Oriente y Occidente

Frans van den Broek

 

 

Quiso la casualidad -pero alguna vez me dijo un poeta cum profesor de yoga peruano que el azar era una suposición elegante, pero insustancial, y Nietzsche reflexionó a su vez que los libros que necesitábamos se atravesaban misteriosamente en nuestra vida- que cayera en mis manos un libro de cuya existencia no había tenido ni idea hasta el momento fortuito de encontrármelo en un mercadillo de libros usados de Amsterdam. No hubo más razón para escogerlo que el título (que coincidía en principio con uno de mis intereses más fieles), un breve repaso de la contratapa, y mi compulsión a comprar cuanto material escrito presente perspectivas de entretenimiento y tal vez algo de saber. El libro, según pude descubrir después, había sido recibido con aclamación por la crítica en varias lenguas, pero había eludido mi atención por completo. Quizá mejor así, porque pude leerlo justo en momentos en que el Cáucaso volvía a ser motivo de preocupación internacional a raíz del conflicto militar entre Georgia y Rusia, y su lectura me sirvió de contrapunto adecuado para comprender mejor las raíces de un problema que desafía no sólo la capacidad de análisis de los así llamados expertos, sino, sobre todo, de los mismos implicados. Se trata de ‘El Orientalista’ de Tom Reiss, editado en España, según me informa la página web del autor, en Anagrama. A su vez, la lectura de este libro me impulsó a comprar cuanto antes la novela ‘Ali y Nino’ del escritor musulmán Kurban Said, por razones que el lector comprenderá de inmediato. A estas dos obras quisiera dedicar un breve comentario.

 

Durante más de cincuenta años la verdadera identidad del escritor de la hermosa novela ‘Alí y Nino’ estuvo en disputa. Un príncipe musulmán o una austriaca aristocrática, ninguna de las especulaciones que se originaron en torno a Kurban Said parecían excluir otras y determinar de manera innegable la identidad del autor. La novela fue publicada por primera vez en 1937, en una Alemania ya embarcada en la aventura suicida del nazismo, y escrita en lo que entiendo es un alemán diáfano, aunque no exento de misterio. A mí me tocó leerla en holandés, circunstancia que, con todo respeto por la lengua de Johan Cryuff, no creo haya hecho nada para mejorar la novela, aunque por su cercanía germánica a la lengua original me permitió apreciar algo del estilo a la vez claro y sensual del autor. La novela tuvo un relativo éxito (como todos los libros del que luego se sabría era el autor real), a pesar de haber sido publicada en tiempos tan poco propicios a las divagaciones orientalistas, pero luego pasó más o menos al olvido, ahogada por la miseria de una de las décadas más espantosas de la historia de la humanidad. Alguien la redescubrió al comienzo de los 70, la tradujo al inglés, y dada la repercusión mayor de cualquier libro escrito en el mundo anglosajón, sacó a su escritor del olvido, si bien no disipó de inmediato el misterio de su autoría. Hasta que apareció Tom Reiss, quien después de una exhaustiva investigación de cinco años pudo establecer que quien se escondía tras el seudónimo de Kurban Said no era un príncipe musulmán o una noble austriaca, sino un judío nacido en Baku, Lev Nussimbaum, a cuya pluma se debían ya varios libros, publicados bajo otro seudónimo, el de Essad Bey, que le había hecho famoso con títulos como ‘Sangre y Petróleo en el Cáucaso’ o con biografías como la de Stalin, una de las primeras en revelar el lado más sórdido de este demónico personaje. Pero tan o más interesante aún que descubrir la identidad del personaje, fue la de encontrarse con un hombre cuya historia personal era tan fascinante como su novela, una historia en la que un judío azerbayiano se transmuta en escritor musulmán, después de sufrir revoluciones, escapar al exilio, conocer la fama, el amor y el matrimonio, para perderlo todo y morir joven en una Italia todavía enrevesada en el fascismo y la guerra. 

 

El libro de Reiss enhebra la historia de su investigación con la de su propio sujeto, Lev Nussimbaum, además de regalarnos con verdaderos tesoros de información adicional sobre el contexto histórico que le tocó vivir a este escritor peculiar, e historias anecdóticas dignas de la mejor novela de aventuras o incluso de las Mil y Una Noches. Son tantos los temas que aborda, que limitaré mi comentario a un par de ellos cuya actualidad desdice la época en que la famosa novela de Kurban Said fue publicada: la vieja tensión entre Oriente y Occidente, el surgimiento del fanatismo musulmán y la atormentada relación entre el mundo judío y el mundo islámico.  

 

Lev Nussimbaum nació en Baku, la capital de Azerbaiyán, en 1905, en los últimos años, pues, de la Rusia Zarista. Quien escuche el nombre de esta ciudad hoy en día en nuestro autocomplacido mundo occidental, no podrá evitar, me imagino, la evocación de un mundo semi-mítico, del cual se sabe poco más allá del hecho de que casi de seguro se trata de una ciudad subdesarrollada y lejana, poco presente en los itinerarios turísticos por el oriente. A los más enterados les recordará el desmembrado imperio soviético, o el mar Caspio, o el petróleo codiciado por Hitler y que nunca pudo obtener, perdiendo así la guerra con Rusia. Reiss disipa nuestra ignorancia con agradable pericia periodística y logra brindarnos una imagen fresca y atávica a la vez de aquella ciudad tramontana.  

 

 Baku, en los años en que nació Nussimbaum, era una ciudad que reflejaba en sí misma la eterna fluidez de fronteras –fluidas, pero fronteras, después de todo- del oriente con el occidente. De aquella región provenía más de la mitad del crudo consumido por un mundo cada vez más dependiente de la energía fósil. Por sus calles se paseaban camellos y dromedarios junto a Fords último modelo, y la ciudad antigua, con sus murallas y palacios ancianos, sus callejas oscilantes y sus cafés humosos, convivía con palacios y mansiones de estilo europeo, nuevas mezquitas construidas por los muchos barones del petróleo que poblaban la ciudad, y en ella se podía encontrar hasta una réplica exacta de una catedral gótica parisina, convertida en colegio para niñas huérfanas. Casi literalmente, la región estaba sumergida en petróleo hasta las orejas, y no faltó el campesino humilde que hiciera su fortuna al descubrir la sustancia en su terreno tras un terremoto que la hiciera surgir por alguna de las benditas grietas que aparecieron. Nombres como el de los Rothschildt y de los Nobel (del premio homónimo) aparecían en la lista de sus millonarios, uno de los cuales era el padre de Lev, Abraham Nussimbaum. Lev, por tanto, tuvo una niñez acomodada y una educación como correspondía a su posición social. Pero este mundo estaba destinado a desaparecer por los atronadores acontecimientos históricos que siguieron a su nacimiento.

 

El imperio zarista, ya debilitado, no pudo aguantar al final la absurda Gran Guerra y se desmoronó bajo la presión revolucionaria. Si hasta entonces la guerra había sido para Baku un evento lejano, en el que el gobierno central estaba embrollado, y hasta una oportunidad económica por el petróleo que se necesitaba para su continuación, el triunfo del bolchevismo significó el inicio del caos, primero, y de una brutal represión, después. Curiosamente, la madre de Lev había sido simpatizante comunista, a pesar de su matrimonio con uno de los empresarios más ricos de Baku, y hasta había ayudado a Stalin en su momento, cuando este aprendía los gajes del oficio mafioso en que convirtió a la Unión Soviética más tarde. Lev conoció personalmente a Stalin y jamás le tuvo simpatía, aunque escribió su biografía. La madre de Lev se suicidó tomando veneno, cuando Lev todavía era niño, tal vez desgarrada por sus lealtades opuestas. Lev cultivaría desde entonces uno de sus desprecios más constantes en una vida llena de vaivenes ideológicos: su odio a la revolución, al comunismo que había visto en su rostro más torvo desde muy temprano. De aquellos años vino también su afinidad más constante, de la que construyó una identidad alternativa y a la que dedicó la mayor parte de sus energías creativas y vitales: su amor por el Oriente en general, y por el Islam en particular. 

 

La familia Nussimbaum tuvo que huir, por supuesto, como muchos, y su huida es una historia digna de película (el nombre de Abraham Nussimbaum figuraba ya en una lista de burgueses a ser asesinados por los comunistas, hecho del que un primo, por suerte, les informó). Reiss nos relata el itinerario de los Nussimbaum, que los lleva desde Baku hasta Berlín, pasando por Georgia, Persia, Turquía, y varios paises europeos. Lev dejó el oriente físico, pero jamás el espiritual, y siendo muy joven aún se convirtió al Islam. Cabe decir aquí que el Islam de Azerbaiyán no es el Islam de los Aya tollas o de los Saudíes. Uno debe pensar en el Islam de la Turquía de hoy para hacerse una más cabal idea del oriente islámico que Lev tiene que haber tenido en mente al convertirse y asumir el nombre de Essad Bey.  

 

En su obra y en su persona, este judío musulmán encarnó la tensión presente hasta hoy entre los modelos de vida o modos culturales o tipos de civilización –o como quiera llamárselos- que se ha dado en llamar Oriente y Occidente. Su vida y su obra parecieran querer decirnos que es posible la convivencia de estos modos, pero que no es posible su completa fusión, ni que es posible esperar una convivencia sin temblores o tropiezos. Lev había conocido una Baku liberal y tolerante, pero pronto la historia quebró esta siempre inestable armonía y lanzó a unos contra otros, bajo la égida de diversos membretes ideológicos o étnicos o religiosos. Lev admiró a Occidente y vivió en él por el resto de su vida –obligado, es cierto, por las circunstancias-, disfrutó de su educación y de su liberalidad, de su progreso científico y de sus democracias, pero jamás pudo olvidar el misterio espiritual de un mundo anclado en tradiciones milenarias, embelesado por mitos épicos y fantasías guerreras, con los ojos dirigidos a un mundo imaginario, místico o ultramundano. A un narrador como él, la inagotable fuente de historias que es el oriente tuvo que apelar a su espíritu creativo, a la vez que no era inconsciente de la necesidad de acercarse a una Europa próspera y democrática, pero quizá demasiado embarcada en el curso materialista en que se encontraba ya entonces.  

 

A este respecto, los comentarios que dedica a su permanencia en los Estados Unidos de Norteamérica son harto significativos de su tonalidad espiritual. De hecho, jamás se sintió feliz en dicho país cuando le tocó pasar una temporada allí, casado con una millonaria con ínfulas de intelectual y rodeado de gente entregada de manera grosera al enriquecimiento por mor de sí mismo. Su relación con Occidente refleja sin duda también la larga polémica intelectual rusa entre occidentalistas y eslavófilos, tan bien expresada por autores como Dostoievsky, si bien en su caso el oriente islámico ocupa el lugar del alma campesina rusa y de la iglesia ortodoxa. La relación de desconfianza con los desarrollos más nocivos de Occidente fue reforzada de manera dramática por su experiencia del bolchevismo caucásico, a quien no podía dejar de ver como uno de los rostros deformes del occidente tecnológico y científico. La repartición del horror, sin embargo, es más uniforme y extendida que cualquier división ideológica, y Lev había podido experimentar de primera mano la locura colectiva en que pueden caer los humanos cuando las líneas de identidad se convierten en cuestión de vida o muerte, con rusos asesinando a musulmanes, y sunníes a shiítas, o turcos a armenios y los bolcheviques a todos sin excepción, incluidos los propios compatriotas y correligionarios.

 

Como fuera, Lev se creó una nueva personalidad, la de Essad Bey, y hasta se inventó una línea ancestral que hacía de su padre no un empresario judío del petróleo, sino un príncipe musulmán. Lev solía vestirse como guerrero caucásico y se hizo adherente de una corriente hoy más o menos olvidada del judaísmo internacional (que da título al libro de Reiss): se hizo un orientalista. Porque hubo un tiempo en que algunos judíos asimilados de la Europa de entreguerras postularon la necesidad de una alianza con el mundo islámico para poder mejor enfrentarse al crecimiento ineluctable de un occidente cada vez más posesivo y triunfador. Su interés se reflejó, como no podía ser menos entre judíos cultivados, en un interés intelectual y académico por todo lo oriental, pero surgía de una preocupación existencial que se ha repetido, en otros contextos, a lo largo de la historia. Los judíos de la diáspora habrían sufrido, por su propia necesidad de asimilación, un proceso de alienación y debilitamiento de su savia vital más profunda –entidad más metafísica que física, por supuesto-. Al asumir los modos de vida europeos habrían perdido la energía espiritual de sus ancestros, nómadas y talmudistas, poetas y guerreros, y se habrían dejado llevar por la decadencia espiritual de Occidente. Volver a las raíces judías significaba reencontrarse con aquel oriente interior en proceso de desaparición en la propia comunidad. Los árabes eran semitas, a fin de cuentas, miembros de la misma gran familia cultural y hasta racial, y podrían comprender el espíritu semítico mejor que los judíos europeizados.  

 

Cabe recordar que pensar en términos de razas y espíritus del pueblo era cosa común en la Europa previa a Hitler (y lo va siendo de nuevo en la Europa de las regiones, al parecer), y que Israel no existía como estado. La hermandad semítica se ve reflejada negativamente en el mismo término de anti-semita, acuñado hacía unos años para referirse a los pueblos bárbaros del desierto medioriental, y que más tarde se usaría en exclusiva para los judíos. Lev, por afinidad estética tanto como cultural, creía en la unión de musulmanes y judíos, creencia que dirigió su vida y le dio sustancia. Esta creencia, empero, le llevaría a veces por caminos peligrosos políticamente, pues su semitismo y su desprecio a la revolución le harían aunarse a personas de dudoso pedigrí moral, algunas, paradójicamente, simpatizantes de los nazis. Al final de su vida colaboró, incluso, de manera tangencial con el régimen de Mussolini y hasta se ofreció, con desespero de moribundo, a escribir su biografía. Dígase en su defensa –si es que tiene alguna- que el régimen fascista no fue inmediatamente anti-semita y que sólo había sobrevivido gracias a una astucia que no desencajaría en las páginas de ninguna fábula oriental.  

 

Lev declinó varias oportunidades de huida antes de la guerra mundial, atraído por aquella Europa que amaba y temía a la vez y que se precipitaba a la miseria. Tal vez pensó que su arte de máscaras lo terminaría salvando siempre, como había hecho hasta entonces. El nombre de Kurban Said fue parte también de este baile de máscaras, pues le dio la oportunidad de publicar su libro ‘Alí y Nino’ bajo el nombre de un misterioso escritor musulmán, y no de un conocido escritor proveniente del Cáucaso y, peor aún, del que podría averiguarse sin demasiado esfuerzo que era en verdad un judío de familia venida a menos. Además, las autoridades de la Gestapo dieron por bueno el registro del libro bajo el nombre de una amiga de Lev, creyéndose que era su seudónimo. Así aparece en las listas de libros publicados en el año 1937, como obra de la baronesa Elfriede Ehrenfels von Bodmershof, esposa del barón Omar-Rolf von Ehrenfels, un orientalista amigo de Lev.  

 

Kurban Said, o Essad Bey, o Lev Nussimbaum moriría en Positano, en Italia, en el año 1942, víctima de una extraña enfermedad que le causó una necrosis creciente en el pie y la pierna, por la que sufrió de modo horrible. Sigue enterrado allí.

 

¿Qué pensaría Lev ahora, en consiguiente, de la absurda y patética situación en Palestina? Con toda seguridad le habría horrorizado, según se deduce de la lectura del libro de Reiss, y de la misma novela mencionada de Kurban Said. En esta última, y en otras partes, el autor advierte con sutileza y presciencia de los peligros del fundamentalismo religioso (del fundamentalismo comunista también, si se extiende el significado del término). Alí, un muchacho musulmán, hijo de una familia acomodada, basada en la suya propia, se enamora de Nino, una muchachita hermosa de una familia cristiana proveniente de Georgia. La barrera religiosa es un obstáculo, pero un obstáculo que saben salvar, no sin drama y hasta muerte. Los valores más tolerantes de la familia de Nino no coinciden muchas veces con las costumbres más tribales de la de Alí, y las divisiones étnicas que tantas muertes han costado al mundo obran también en la novela en perjuicio del propio país de ambos, Azerbayán. Pero el perjuicio mayor viene de la guerra y del fanatismo ideológico, más sanguinario cuanto más rígido el sistema de creencias que los expresa. A pesar de todos los avatares del destino, el amor de estos muchachos de culturas diferentes parece querer repetir el adagio sufí que considera a todos los hombres uno, más allá de sus diferencias y particularidades, cualquiera su naturaleza. La historia, las tradiciones, las costumbres y velos los terminan arrastrando, pero la fidelidad que los ha unido soporta todos los desastres. Alí y Nino no entenderían el sangriento problema judío-palestino o, mejor dicho, lo entenderían como una instancia más de aquella locura que se apodera de los hombres cuando lo superficial se confunde con lo sustancial.  

 

Lev Nussimbaum fue un hombre de contradicciones, paradojas, máscaras y sueños perdidos, pero su obra es más actual que nunca y Tom Reiss es convincente al hacérnoslo saber. Por ello, cuando vi por la TV que Rusia atacaba Georgia, (o Georgia a Rusia, vaya uno a saber), supe de inmediato que este ataque había ocurrido ya muchas veces, que las historias de los hombres que participan en estos actos se remontan a muchas generaciones y que una o dos sesiones de las Naciones Unidas no van a significar casi nada para su solución, como tampoco lo sería una incorporación expeditiva en la OTAN o ridículas sanciones a los contrincantes. Lo mismo podría decir de las últimas bombas en las embajadas y hoteles colocadas por los seguidores de Al Qaeda, que no son otros que los descendientes de aquellos que vieron sus mundos diluirse lentamente por los ímpetus naturales de la historia, ni en esencia diferentes a algunos de mis vecinos musulmanes en Holanda que consideran a los holandeses depravados o cobardes, y a sus mujeres poco menos que prostitutas. Se esté a favor o en contra de cualquiera de estas ideologías en pugna, siempre es saludable recordar de dónde proceden los conflictos y hasta dónde se extienden su raíces, así como recordar que un retorno a la esencia universal de todo ser humano es imprescindible si no para ofrecer soluciones inmediatas, que no existen, al menos como marcos de referencia para guiar los pasos tentativos de cualquier acercamiento, aunque se muera en el intento y desaparezca nuestro país, como nos recuerdan estos libros de Reiss y del extraño escritor Kurban Said.   

31 comentarios en “Un judío musulmán entre Oriente y Occidente

  1. No sé si seré el primero en abrir los comentarios hoy, pero desde luego me siento muy incómodo con el artículo de van den Broek. Se trata de un artículo tan bien escrito y que toca tantos asuntos que resulta un poco difícil y hasta ridículo tratar de añadir nada en unas pocas líneas. Varias reflexiones. En primer lugar, la gran maravilla de internet es que pueda surgir así el talento, sin tener que abrirse paso a codazos entre los mandarines de la cultura. En segundo lugar, el artículo me ha hecho pensar en lo absurdos que son todos esos esfuerzos por tratar de presentar nuestra época como un periodo histórico nuevo, regido por parámetros antes desconocidos (que si la sociedad del riesgo, o en red, que si la modernidad líquida, que si las identidades asesinas, etc., etc., etc.), cuando puede verse en el texto de hoy que los conflictos y las vías de escape a los mismos siguen siendo muy parecidos: la resistencia a la occidentalización y la modernización capitalista, la busca de contramodelos, la espiritualidad como antídoto contra nuestra forma de vida, la exacerbación de las diferencias. En tercer lugar: el autor al final alude, con cierta timidez, de pasada, a la necesidad de volver a la esencia común o universal de los humanos para hacer frente al dolor y el daño que producen las guerras provocadas por diversos desvaríos ideológicos, en el sentido más amplio de «ideológico». ¿Qué consuelo podemos tener entonces quienes pensamos que esa esencia común consiste justamente en la capacidad de joder al prójimo?

  2. Que voy a decir yo ,sobre el articulo de hoy,si Don Cicuta se siente incomodo y hasta ridiculo al leer un articulo tan bien escrito.
    Pero permitame Sr Puente,despues de que haya alimentado mi «posible» intelecto,que le conteste a Don Cicuta su pregunta moraleja :
    P-«Â¿Qué consuelo podemos tener entonces quienes pensamos que esa esencia común consiste justamente en la capacidad de joder al prójimo?»

    R-Continuar, levantandonos ,cuando tropezamos con esa piedra en el camino….pero siempre ,con un preservativo en el bolsillo.

  3. Perdonenme si me salga del tiesto ,pero les pongo este enlace de la portada de El Plural.com para que me saquen de una duda visual:

    ¿La señora rubia que aperece al lado de McCain ,es Isabel San Sebastian?.

    Agradeceria a los que mas vista tengan que me saquen de esa duda,es que El Que Os Mira esta relajando sus OjOs soñando en Marte y sus lugareños marcianos y no me puede atender.

    http://www.elplural.com/

  4. Muy interesante el artículo.

    Coincido totalmente, pero cuál es la hoja de ruta a seguir cuando no nos ponemos de acuerdo (o ya ni recordamos de qué estábamos hablando) en cuáles eran las causas, los orígenes del problema (cuando hasta la palabra “conflicto” es una problema más a añadir) o cuando son muchos quienes interesadamente desean confundir sobre los orígenes del problema.

    Sobre el “retorno a la esencia de la universalidad de todo ser humano” la pregunta sería: cuándo la izquierda traicionó este elemental principio (que fue suyo desde siempre, y que le diferenciaba de la derecha). «Arriba parias de la tierra…

    ::

    Escuché a Gorbachov hace algún tiempo decir (+/-): en el final de la URSS acertamos plenamente, tuvo un precio menor del esperado para lo que representaba la caída de un imperio, pero en la construcción de la nueva Rusia fallamos totalmente”. Creo que mucho de lo que está pasando tiene ver con este diagnóstico-

    ::

    Leo en algún sitio que los españoles piensan que “primero nosotros y después ellos” (los inmigrantes). Añade el titular que la crisis económica hace crecer la xenofobia en España. Y, por último, se escandaliza de que tal cosa ocurra. Claro, evidentemente, cualquier persona decente se tiene que escandalizar, pero ¿de qué nos extrañamos cuando el primer partido de la oposición mantiene ese discurso xenófobo desde siempre y el actual Gobierno votó la infame directiva europea y su ministro de Trabajo se expresó en los mismos términos que el propio PP, siendo gratamente aplaudido por la derecha más rancia?

    Cerrando el círculo: Volvamos a la esencia de la universalidad de todo ser humano.

  5. Excelente artículo el de Frans van den Broek. Y deprimente. Sólo resaltar dos frases que me han impactado especialmente:

    «.. Lev había podido experimentar de primera mano la locura colectiva en que pueden caer los humanos cuando las líneas de identidad se convierten en cuestión de vida o muerte, con rusos asesinando a musulmanes, y sunníes a shiítas, o turcos a armenios y los bolcheviques a todos sin excepción, incluidos los propios compatriotas y correligionarios».

    Y la otra, la que se refiere a la historia de amor imposible de Ali y NIno, esta pareja que «… no entenderían el sangriento problema judío-palestino o, mejor dicho, lo entenderían como una instancia más de aquella locura que se apodera de los hombres cuando lo superficial se confunde con lo sustancial». La historia de Ali y NIno me recuerda la de otra pareja, protagonista de un libro que leí este verano «El lado oscuro del amor», de un autor sirio cuyo nombre no recuerdo, que me produjo el mismo impacto.

  6. Compartiendo la incomodidad de Cicuta ante un texto como el que hoy nos presenta Frans Van Den Broek, sólo se me ocurre cooperar con la labor divulgadora de estas dos pequeñas joyas literarias, informando que también el «Ali y Nino» de Lev Nussimbaum/Esad Bey/Kurban Said está editado en castellano, por la editorial «Debate» (¿muy apropiado, no?) hace unos años. «El Orientalista» de Reiss como señala F.V.D. Broek se editó por Anagrama el año pasado.

  7. Incomodidad…o un cierto cosquilleo angustioso en el estómago. ¿Estará la capacidad para joder al prójimo en relación con los resultados de los partidos de aultraderecha nazi austríacos, que han doblado su porcentaje de votos, pasando de un 15 a casi un 30%?

  8. Por cierto, se esté más o menos de acuerdo, estemos más o menos incómodos….siempre es un lujo leer a Frans van den Broek. Gracias.

  9. (Sigo)

    Pues parece que si bien encontrar «El Orientalista» de Tom Reiss no supone dificultad alguna, por ser reciente su llegada al mercado español, no ocurre lo mismo con «Ali y Nino». Si alguien está interesado y no da con la obra editada en castellano -creo que en 2000-, por Editorial Debate (ahora Random House Mondadori), puede obtener una versión española -tal vez sea la misma-, en la librería Judaica («Casa de Jacob») de Toledo (libreria-judaica@casadejacob.com) u otra sinstituciones similares. Aparte de en bibliotecas, supongo.

  10. Gracias, Frans. Tu artículo fluye con ese español tan elegante que te gastas, apenas mellado por la estancia en la vieja Europa.

    Bakú: la historia me ha retrotraido a la otra (terrible) historia de los 26 comisarios de Bakú, aquellos bolcheviques fusilados por los ingleses en 1918 cuando Azerbaiyán era una pesadilla de bandas y bandos entrematándose, con la inestimable colaboración de British Petroleum… Y a la vida de mi amigo Rashid Kaplánov, de quien os hablé, judío por vía materna, príncipe kumik por vía paterna; el último de su dinastía, muerto sin hijos en noviembre pasado.

    Abrazos para todos.

  11. Me asusta,me entran unos sudores de vertigo,siento un revoloteo de mariposas mas propio de un inocente joven enamorado que de un hombre hecho y derecho…JAJAJA…que nervios.
    Gracias por dejarme compartir estos momentos.

  12. Aunque no diga mucho, aqui estoy, que se sepa.

    Gracias por el artículo sr den Broek, un escritor que escribe.

  13. Dívar toma posesión de la presidencia del CGPJ y del Supremo .
    La anécdota del acto la han protagonizado Trillo y Dívar cuando tras serle colocado al nuevo presidente del Poder Judicial un collar símbolo de la alta magistratura y en medio de los aplausos de los asistentes se ha podido oír a través de los micrófonos decir a Dívar: «Yo creo que me aplauden a mí», a lo que Trillo ha añadido: «Ni se han sentado. Ni se han sentado. Bueno, ahora ya eres el jefe, coño».

    SIN COMENTARIOS.

  14. Nuestra Marta se extrañaba el otro día de que pudiera encontrar diversión en las páginas de opinión de ABC. Ya dije entonces que cuando esta escaseaba -y ultimamente están un tanto cenizos en el diario monárquico-, tengo que recurrir a dosis de Libertad Digital. Hoy ha sido un día de esos.

    Si últimamente, Federico Jiménez Losantos llama Díaz «Ferraz» a Díaz Ferrán, el presidente de la CEOE, hoy es Carlos Rodríguez Braum el que -con la tendencia a la exageración y el exabrupto tan característicos de estos hiper-liberales nuestros-, se suma a la ofensiva: refiriendose e este personaje, dice que «pocas veces han tenido los enemigos de la libertad un aliado tan estupendo. A ver, camarada Díaz ¿lo hace usted a propósito, o es que no se entera?»

    En otro apartado de Libertad Digital se clama contra la monstruosidad del plan de rescate presentado por la Casa Blanca y se confia en que al menos McCain se oponga al mismo. La responsabilidad de la crisis, nos dicen, es de los políticos demócratas que durante años han puesto cortapisas y regulaciones, no dejando actuar como es debido al pobre y maniatado presidente Bush. Lo juro. Dicen eso. ¿Cómo no me voy a divertir?

  15. Por cierto menudo meneo le ha pegado a Zapatero la señora Cospedal,despues de que este se ofreciera a dialogar con Rajoy para llegar a acuerdos ante «la mal llamada crisis».
    Le van a denunciar ante la Audiencia Nacional por negarle ciertos dinerillos a las comunidades autonomas para la sanidad publica.

    A eso le llamo yo,»los principios de Rajoy & CiA».

  16. Yo también ando encandilado con la prosa de Frans van de Broek y más por la riqueza de esta historia y su personaje. Y hasta comparto su reflexión final. En cuanto a la esencia humana, yo me apunto a la idea periclitada de que los seres humanos son buenos por naturaleza. Es la sociedad la que los corrompe.

  17. Aunque mi comentario 19 iba dedicado al post de PMQNQ 17,se puede aplicar tambien al comentario de Barañain 18.

    Es que estos rebeldes civicos son unos golpistas por derecho propio,golpean constantemente la inteligencia que preservamos con cierto cariño.

    Espero que Barañain sepa esquivar los golpes a la suya con grandes dosis de paciencia intelectual.

    Lo que hay que sufrir para pasar un momento divertido….jeje.

  18. Una pregunta así sin maldad a nuestro fachitroll habitual. Como no sé que nick usará esta vez, le llamaré por su nombre y su afición: Guzmán, el zabal-zarrenda-zale.
    Guzmán, dentro de poco son las elecciones europeas y habéis puesto de número uno (seguro que con vuestra democracia interna hubo primarias para eso) a un tal Sosa.
    Las preguntas son dos. La primera, ¿hubo primarias para decidir a este supermegalidercósmico?
    La segunda, Si saliese eurodiputado, ¿en qué eurogrupo os encuadraríais? ¿o fundaríais el eurogrupo transversal?

  19. Me gustaria que algun periodista (por ejemplo: uno de El Pais ,un medio neutral ,es decir,con encefalograma plano) que les diga a los populares de Madrid y Valencia ,como pueden quitarse de encima «el deficit-quiebra tecnica» de sus televisiones «publico-privadas» para que puedan sufragar en mejores condiciones,la sanidad publica de sus ciudadanos….antes de privatizarla.

  20. Mientras La crisis pasa factura a Zapatero
    y «El PP adelanta al PSOE en intención de voto»y De Cospedal anuncia que el PP intentará ‘frenar el ataque del PSOE a la Sanidad’ y RECURRIRÁN ANTE LA AUDIENCIA NACIONAL.La dirigente ‘popular’ acusa al presidente Zapatero de «matar o intentar matar la criatura que él mismo ha creado», en relación a la Conferencia de Presidentes

    En la oposicion mediatica ,Tras Trashorras o Zohuier, Pedro J. santifica ahora a uno de los absueltos.Mouhannah Almallah, presentado como nexo imprescindible de la matanza y exonerado por el Tribunal Supremo tras tres años y medio de cárcel, descarta que el grupo de Leganés cometiera el 11-M .

    El Mundo resucita la teoría de la conspiración y la COPE la amplifica.

    y en el mundo nacionalista El ‘lehendakari’, es ingresado en el Hospital de Cruces por una infección bucal.

    Mientras en el mundo de los ex-empresarios bancarios se oye el nuevo ‘mantra’ de Mario Conde: ‘Buscamos amar y no odiar’

    Solo me queda exclamar : ¡¡Dios mio!!…¿en que nos hemos equivocado?…sniff.

    Menos mal que nos queda Fernando Alonso…JAJAJA….que nervios.

  21. 16

    Primero gracias por la confianza
    Segundo, yo contesto encantado pero hay blogueros con acreditada capacidad para hacerlo, se me ocurren por ejemplo Magallanes, Antesala, pero seguro que hay más.

    Al grano.

    Margen presupuestario para llegar a acuerdos con Rajoy.
    Lo que hay en este momento sobre la mesa es un Proyecto de Presupuestos en los que se hace una previsión de ingresos y una lista de gastos para el año que viene, que lleva a prever un déficit de 1,5% del PIB, grosso modo esto son 17.000 millones de euros de desfase.

    Por otra parte, según el Pacto de Estabilidad y Crecimiento que nos obliga (de manera suave eso si) a las economías del área euro, nuestro déficit no debe superar el 3% o si lo hace , presentar un programa para volvernos a la senda virtuosa del equilibrio en el plazo de tres años. Este umbral podría tomarse como referencia para fijar un tope de déficit., es decir, otro 1,5% más del PIB otros 17.000 millones de euros más y seguiríamos “cumpliendo” con la exigencia europea (dejando otras consideraciones sobre si llegar al 3% de déficit “de salida” es o no deseable)

    Ahora bien, para llegar a un hipotético pacto con Rajoy no hay que cumplir las exigencias europeas, sino las de don Mariano.

    Me aventuro a decir que el PP no quiere ningún pacto en materia presupuestaria. Que nadie se llame a engaño, si quisiese podría firmar estos PGE perfectamente, o con alguna modificación mínima, sin comprometer la ortodoxia más exigente.

    Lo mas probable es que Mariano Rajoy proponga unos términos inaceptables para el gobierno para no decir que no negocia, pero sin ninguna intención de llegar a arreglo. El PP no va a proponer ninguna solución espectacular en el tema económico tipo algo “a la americana”, ni es su estilo -mas liberales que los liberales, en una variante del siglo XXI del entrañable «mas papistas que el Papa»-, ni tienen nada que ganar. Si se pacta la política económica con el Gobierno
    pierdes la baza de poderlo machacar con la economía en el previsiblemente malo 2009, ¿Con que iban a hacer oposición entonces?. .

    Por otro lado tampoco las medidas propuestas por Solbes no son revolucionarias. El Gobierno no se propone, por el momento, entrar a saco en el sector privado o nacionalizar la banca o cosas así, donde si , a mi juicio, seria imprescindible contar con un amplio consenso para evitar tentaciones de sabotaje y que lo aprobado tuviese la máxima probabilidad de éxito. Tampoco esta obligado a llegar a un acuerdo y no hay incentivos a ceder demasiado.

    Asi es como yo lo veo.

  22. Precioso artículo el de Frans van der Boer. Tan sólo quería comentar que este personaje sobre el que escribe en su artículo me recuerda, en cierto modo, a Amin Malouf, quien en sus novelas y ensayos plantea continuamente los dilemas entre oriente y occidente, dilemas que se dieron también en el seno de su familia, tal como describr en su obra «Orígenes».

  23. Asuntos pendientes

    Pratxanda (último post de ayer, perdona por no contestar antes, pero no me he podido conectar a Internet hasta ahora)

    Me caes muy bien, pero no te pienso perdonar en la vida que me hayas comparado con Mercedes de la Merced. Te la tengo guardada, que conste. Por lo demás, si quieres que nos dediquemos a criticar a presidentes de comunidades autónomas dedicados al urbanismo salvaje y los otros asuntos que mencionas, por mí no hay problema: no nada que me plazca más que meterme con Espe o con Camps, por poner dos ejemplos. No obstante, el que haya muchos presidentes de comunidades autónomas con mala gestión o con actitudes políticas más que discutibles (dejaremos de lado el delicado asunto de las facultades mentales) no justifica el comportamiento de Ibarretxe. Respecto a Cataluña, ya digo, tú lo conoces mucho mejor que yo, así que no me meteré en berenjenales.

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    Barañain

    Me recuerdas a un viejo y querido amigo que todas las mañana escucha cinco minutos la COPE, para desgracia de su novia. En fin, ya echaré un vistazo a Liberted Digital, pues reconozco que me pica la curiosidad. Por lo que comentas, parecen más papistas que el Papa en materia de economía, aunque sus ideas parecen más gastadas que las del Partido Comunista, que ya es decir. Un abrazo

  24. Noticia de última hora:

    A la ministra Aído no le ha gustado que la Puri haga croquetas y piensa poner a la maquinaria del estado a devolver a la Puri al sitio que le corresponde.
    Se teme que el ministro de economía monte en cólera, ya que se tenían grandes esperanzas de que el anuncio de ventas de letras del tesoro actuase como gran revulsivo y motivara a la ciudadanía a comprar masivamente. Se teme que sin la Puri no va a ser lo mismo.

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