Terrorismo y nihilismo: «El jinete amarillo», de Boris Savinkov

Frans van den Broek

En su clásico libro «The Age of Terrorism» de 1987, Walter Laqueur dedica un capítulo a examinar de modo somero la presencia del fenómeno del terrorismo en la literatura, preguntándose si dicho análisis podría contribuir a un mejor entendimiento del mismo, declarando, además, que se trata de un terreno casi sin explorar. Desde entonces han salido ya unos cuantos libros sobre el tema, sobre todo en lengua inglesa, pero no es mucho lo que haya aparecido en nuestra lengua a este respecto. Esto último se debe no sólo a los problemas relativos al tema de estudio, como el de la definición misma del término o el de los parámetros de análisis, casi siempre de orientación política o sociológica, sino por la falta de traducciones adecuadas de muchos de los textos básicos de la historia literaria del terrorismo. El libro que me ocupa es una bienvenida corrección a esta carencia. De hecho, es uno de los que menciona Laqueur en el capítulo susodicho, pero, que yo sepa, no ha merecido mucha atención de la crítica. O, mejor dicho, otros clásicos de este terreno han ocupado tantas páginas y en tantos medios, que la presencia de obras menores como esta se ha visto mermada en comparación. Me refiero a clásicos como «Los Demonios» de Dostoievski o «The Secret Agent» de Conrad, cada cual con copiosa literatura crítica.

 Ahora bien, la razón quizá se deba también a la naturaleza peculiar de esta inquietante novela del escritor ruso, nacido en Kharkov (actual Ucrania), Boris Savinkov. La novela se basa en su propia experiencia como revolucionario socialista en los tiempos de la Rusia del Zar. Savinkov había llegado a ser líder de una facción terrorista y fue corresponsable del asesinato de varias personalidades importantes del gobierno zarista, entre otras, el del Ministro del Interior Vyacheslav von Plehve y el del Gran Duque Sergei Alexandrovich. Su vida, como tantas veces ocurre con este tipo de revolucionarios, fue tan nutrida de eventos extraordinarios, que novelarla pondríaal autor en peligro de perder credibilidad o verosimilitud. Savinkov estuvo preso, escapó, se fue al exilio, donde tuvo un papel de revolucionario romántico, volvió a Rusia, llegó a ser ministro, se alió a los bolcheviques y acabó peleando contra ellos sólo para ser apresado y juzgado por actividades contra-revolucionarias. Al final, en un episodio ambivalente muy propio de su imagen, cayó desde una dependencia carcelaria, o bien asesinado, o bien suicidándose, en 1925. Había nacido en el año 1879.

La estructura de esta novela es simple y los hechos narrados son escasos, pero posee una intensidad dramática que le viene del tono escogido por el autor, de una voz narrativa que combina desapego y sequedad expresiva con desprecio y hasta crueldad. La forma escogida es la del diario. El personaje principal, que cambia de identidad durante el transcurso de la novela debido a su pertenencia a una célula revolucionaria, regresa a Moscú dispuesto a asesinar, junto con un par de secuaces, al gobernador de la región. Poco sabemos de su vida pasada, pero la sugiere larvada por sentimientos contradictorios. De sus compañeros de lucha se nos informa lo justo como para hacer destacar la singularidad del personaje principal. Una compañera, encargada de hacer los explosivos, está enamorada de él, pero él ama a otra, una bella muchacha que se ha casado con un buen partido de la burguesía moscovita, a la que busca y trata de arrancar de los brazos de su esposo, sin éxito. A su compañera, en cambio, la trata con indiferencia, y hasta con brutalidad. Sus otros allegados son personajes previsibles dentro del panorama revolucionario, miembros de las clases trabajadoras que han abandonado su vida pasada para luchar por el cambio de régimen. Estos revolucionarios están asistidos por un idealismo que llega a ser incluso religioso, apelando al amor cristiano y la justicia divina. Al protagonista de la novela ya no le asiste ningún idealismo, antes bien, sólo opera impelido por una fuerza destructiva que no requiere de más justificación que sí misma.

El amor, sin embargo, casi logra devolverle una razón para vivir y dejar de matar, pero el rechazo de su amada termina por cerrar el círculo oscuro de su impertérrita desesperación. Intentan asesinar al gobernador una primera vez, pero fracasan y pierden a uno de los suyos. El partido decide no seguir adelante en determinado momento, pero el odio del protagonista hacia lo que el gobernador representa le hace persistir y desestimar las órdenes de sus superiores. El protagonista detesta al propio partido ya, observa con sorna y desdén al viejo compañero que es su contacto con el comité superior, y sólo desearía huir con su amada y olvidarlo todo. Un nuevo intento de asesinato es exitoso y la policía lo busca cuando termina la novela. Entretanto, se ha encontrado con el esposo de su amante y lo ha matado en un duelo, a la manera de la burguesía y de Pushkin. En realidad, intenta huir de sí mismo, pero no puede, y todo ello le lleva hacia la annihilación, víctima de un mundo que ha desguazado de todo valor, de todo sentido.

Este es el caso, pues, de un terrorista desposeído de creencias, escéptico hasta la médula, agostado en sus raíces vitales. Es quizá por esta razón que puede decirnos poco de la mente del terrorista que conocemos habitualmente, encarnación de ideas más o menos sectarias que articulan acciones fanáticas o estratégicas. Nada hay en común entre el protagonista de esta triste novela y el Jihadista actual que se vuela por los aires en Baghdad o Peshawar, salvo el deseo de venganza y retribución, aunque incluso estos últimos sentimientos son demasiado concretos para asir el alma del nihilista ruso que se dibuja en estas páginas. Dostoievski viene a la mente con facilidad, sobre todo su novela Los Demonios, pero también el Smerdiakov de Los Hermanos Karamázov o Raskolnikov de Crimen y Castigo. Pero también la novela Padres e Hijos de Turgueniev, aunque el nihilista de esta última tiene más asideros emocionales y vitales que el ente vacío que es el protagonista de El Jinete Amarillo.

 Lo que contribuye a este efecto de vaciedad metafísica es la concisión de este relato, escrito con precisión y parquedad expresivas, y su implacable inmisericordia para con el mundo. Mientras que Raskolnikov agoniza durante cientos de páginas, el protagonista de El Jinete Amarillo sólo se permite reflexiones mesuradas y dispersas, dichas desde una posición de desapego tal que hasta parecen negarles el carácter de reflexión y concederles un talante oracular. Lo que profetizan, por supuesto, implicado en el título, es un apocalipsis en el que todo valor se diluirá en el caos, pero sin la seguridad ferviente de sus compañeros de que surgirá un mundo mejor de la destrucción universal. La profecía tiene lugar no por aseveraciones generales en las que ya no se cree, sino por proyección poética desde el estado interior del personaje. Este método de patentizar el absurdo universal será utilizado más tarde por Albert Camus en libros como El Extranjero o en La Caída, sobre todo el tono y voz narrativas. He dicho proyección poética, y, dado el tipo de personaje, quizá asombre la cualificación. Pero no puede ser más justa, me parece. El talento narrativo de Savinkov depende de su maestría poética, esto es, de su cuidada selección de las escasas palabras que describen los estados anímicos del protagonista. No hay hipérboles aquí, ni largas convoluciones febriles, ni rasgaduras agónicas. Su cualidad literaria depende no tanto de la exploración intensiva de los estados, sino de sugerencia y omisión, técnicas más propias de la poesía que de la narración política.

 Los revolucionarios, en general, no eran nihilistas, ya que poseían creencias que los redimían del absurdo y los compelían a la lucha, pero algunos revolucionarios, por desilusión, por cansancio, por carácter, se convirtieron, sin duda, en nihilistas, y algunos nihilistas, en revolucionarios. Cuando todo valor se ha desmoronado, poco es lo que queda, como no fueran los sentimientos primarios del odio, o el deseo de venganza, o la sensación del poder, o el simple terror. La relación entre nihilismo y revolución violenta es compleja, y de muchos devaneos históricos, pero se ha dado, y esta novela lo prueba de modo contundente, casi como un puñetazo a la tendencia conformista de toda alma. Quizá no sea un buen punto de referencia para entender el terrorismo actual o los horrores del estalinismo (aunque, de algún modo, lo presagia), pero sí que sirve para recordarnos una de las modulaciones del espíritu más peligrosas, la que se da cuando la estructura axiomática que sostiene nuestras vidas se disloca y diluye en el vacío, y deja tan solo una voluntad confusa en busca de anclaje y justificación, y acaba encontrando sólo su propia destrucción y la de los demás. A pesar del horror que produce el paisaje interior de este personaje, no podemos dejar de sentir la sinceridad de la derrota en su destino, la autenticidad de un hombre que ha llevado sus creencias hasta su límite y actuado con ellas y por ellas. Ya sólo por esto, El Jinete Amarillo es una aparición importante en nuestro panorama cultural, lleno de hedonismo y autocomplacencia, y de dramas íntimos que, en comparación, parecen cuentos de hadas. El cuento de hadas de nuestras vidas  modernas que, aunque no lo parezca, puede desmoronarse en cualquier momento.

22 comentarios en “Terrorismo y nihilismo: «El jinete amarillo», de Boris Savinkov

  1. Buenos días:
    Le doy gracias por la información que proporciona con su artículo. Aunque me gusta el tema, ignoraba por completo la existencia del libro de Savinkov. El título, de connotaciones impresionistas, es sugerente.

  2. Buenos días,

    Hola Frans, vaya libros que os leeis, tanto ruso tanto ruso.. esos sí que son una raza… jejeje Muchas gracias por la historia. Saludos

  3. Hay un error a la mitad del relato de Frans donde pone «Mientras que Raskolnikov agoniza durante cientos de páginas, el protagonista de El Jinete Amarillo sólo se permite reflexiones mesuradas y dispersas,». Supongo que el protagonista de la novela es precisamente Raskolnikov por lo que el que agoniza durante cientos de páginas es el autor Savinkov . Pero, vamos, no tiene demasiada importancia la confusión porque queda patente que el autor y el protagonista tienen muchísimos puntos en común. Quizás Savinkov no tuvo esa ambivalencia de maltratar a la revolucionaria enamorada de él, mientras que él ama a una guapa burguesa que se casa con otro burgués. O si la tuvo y, al darse cuenta de la contradicción, prefirió que el protagonista no fuese él.

    El anarquismo ruso y su vertiente nihilista y el tinte romántico de los escritores rusos son fenómenos muy alejados del moderno terrorismo. Sobre todo del yihaidista. Quizás haya habido personajes del tipo de Savinkov entre los miembros de la banda Bader-Meinhov, Bandiera Rosa. IRA o ETA. En todos estos movimientos se mesclan distintos tipos humanos: desde el que lucha por una causa de forma altruista y cree que es alcanzable, pasando por otros que solo buscan medrar fuera de los cauces convencionales mas aburridos, pero que están convencidos que algún dia mandarán, y terminando por los que luchan por una causa hermosa pero que no creen que se pueda conseguir en la realidad. Estos últimos son los nihilistas que inicialmente pueden haber pertenecido al primer grupo, pero su razón y la experiencia de la vida, les acaban convenciendo de que se trata de una utopía. Pero demasiado tarde, ya se han hecho a una forma de vida nómada y sin descanso de la cual no se pueden apear. Destruir al enemigo es su única razón de ser. Las personas con tendencias esquizo frénicas encuentran la paz en este mundo.

    Es posible que los mas inteligentes yihaidistas musulmanes se den cuenta de que alcanzar el Califato Islámico es totalmente absurdo, pero fueron reclutados cuando eran jovenes, recien salidos de la madraza y no encontraban otro empleo. pasan los años y se dan cuenta de la absurdidez de su lucha pero ya no pueden cambiar. Son también, por tanto, nihilistas aunque se arrodillen 4 veces al dia invocando a Allah. Saben que el Islam es una cultura que perdió el tren de la ciencia y modernidad y luchan por exterminar a los que disfrutan del bienestar resultante.

  4. Sí Magallanes, ya me había dado cuenta yo de la confusión entre Raskolnikov y Savinkov en cuanto empecé a leer el artículo, pero no quería decir nada para no ofender…jejeje

  5. 3 y 4…

    no entiendo nada, Raskólnikov es el protagonista de Crimen y Castigo, y efectivamente agoniza durante las cientos de páginas de la novela de Dostoievsky consumido por una conciencia de la que no se puede liberar para convertirse en ese hombre excepcional desprovisto de escrúpulos que ansiaba ser…

    Frans, como siempre, no se ha equivocado en nada, no hay ningún error en lo que escribe y es que además está tan claro que no deja lugar a ninguna duda.

    Pero es que además, no saber quién es Raskólnikov es como no saber quien es Hans Castorp, o Humbert Humbert, o Henry Chinasky…. es carecer de la más elemental cultura literaria, sólo justificable para quien haya sido alumno de la ESO con padres analfabetos.

  6. Frans es un extraterrestre en este foro, y las contínuas referencias cultas y literarias que hace en sus artículos se les escapan a la mayoría de los foreros, que se están a años luz de poder entender de qué demonios les habla cuando escribe.

    Por eso algunos hasta presumen de no leerle nunca hasta el final. Para ellos como si escribiera en chino.

    Les sacas del decálogo dogmático elemental de la progresía y se encuentran perdidos…

    Bush malo
    Obama bueno
    ZP bueno
    Rosa Díez extrema derecha
    etc, etc…

    Con estas credenciales, no es extraño que nos tengan el país hecho unos zorros, asomándose al abismo….

  7. Jergón, lo que es saber yo sólo sé decir Kalashnikov, no tengo ni piiii idea de quien es Hans Castorp, ni piiii idea de quien es Humbert Humbert, ni piiii idea de quien es Henry Chinasky, ni falta que me hace, aún así he leído más libros que tú y soy más simpática, guapito de cara….jejeje

  8. Ya que no hay boicot … pues decálogo dogmático elemental de la progresía en imágenes:

    Bush malo …

    http://3.bp.blogspot.com/_GcsfvExvJHY/SoDPQqmqvgI/AAAAAAAAEkI/7GLsBG_RrpA/s320/Guerra+iraqu%C3%AD.jpg

    Obama bueno … casi beatífico …

    http://www.vicentepalacios.com/wp-content/uploads/2009/02/obama.jpg

    ZP bueno … como un niño de Primera Comunión …

    http://microsan.blogspot.es/img/ZAPATERO.JPG

    Finalmente, Rosa Díez extrema derecha … en plena «Revelión Síbica»

    http://www.jlprieto.es/net/wp-content/rosadiez.jpg
    http://www.hazteoir.org/images/campoy_diez_pequeno.jpg

    … y anticipo de lo que será en 2024, con los mismos argumentos que en 2010 …

    http://www.youtube.com/watch?v=SOiMRksAIbU

    Venga, que no decaiga.

  9. Esto es indignante.
    Le pido a Jergon con toda mi contundencia que retire inmediatamente lo que ha dicho: «Frans es un extraterrestre en este foro».

    ¡¡¡El Unico Extraterrestre en este foro SOY YO ¡¡¡¡TENTERAS!!!….JAJAJA…que nervios…este Jergon es que me pone….

  10. Yo tengo la autoridad moral y etica para poder pedir una reunion urgente entre Magallanes y Frans Del Puente,con luz y taquigrafos ,cervezas y aperitivos algusto y si Jergon quiere asistir como oyente,no tengo nada que objetar….pero como dude de que vengo de mas alla de las estrellas….es que le rompo las la botellas de cervezas en la cabeza…jeje.

  11. Hombre Millan,con la que ha liado Jergon no puedes quedarte satisfecho con decir «Muchas gracias, Frans, por tu magnífico artículo» y yastá.
    Por lo menos deberias añadir «Nihil obstat quominus imprimatur», que quiere decir “no existe impedimento para que sea impresa” por que no contiene errores o lo contrario si los tiene…aunque no seas miembro censor de la Iglesia catolica…..jeje.

  12. Hoy he escuchado una de las frases mas risibles de un politico ante unas destitucines.

    Un miembro de la ejecutiva de UM (Union Mallorquina) partido politico que participaba en el Gobierno de La Comunidad Balear,ha dicho , ante las destituciones de sus integrantes en el Gobierno,por los casos de corrupcion que esta destapando la justicia:

    «En Union Mallorquina consideramos que a partir de ahora tenemos las manos libres…»

  13. ¡Pero cuanto ha leido Jergón, qué culto es ! Quizas no seamos dignos de sus abundantes posts. Sí, me eqivoqué con el Raskolnikof. Los demás personajes que nos menciona Jergón, me son tan desconocidos como le son a Sarah. Quizás Jergón nos podría hacer unos resumenes al estilo de Frans en vez de castigarnos con UP y D y Rosa Hype.

  14. Después de leer el documento presentado por el gobierno y que se encabeza con el título de: ……… «Líneas de actuación en el mercado de trabajo para su discusión con los interlocutores sociales en el marco del diálogo social ……. » Tengo el convencimiento de que en esta ocasión el gobierno no va a dar marcha atrás …………… ….. ni hacia delante …… ni hacia a los lados. Entre otras cosas porque aún nada ni nadie se ha movido.
    Con razón todos aparentan salir contentos. Es que han salido igual que entraron.

  15. 13

    Jajajajaj. Muy bueno. Hay artículos de tal nivel en esta web (excepto los sábados) que me da la sensación que si digo algo lo estropeo jajaj.

    Un abrazo, Amistad.

  16. 15

    Crimen y Castigo (Dostoievsky)
    Lolita (Nabokov)
    La Montaña Mágica (Mann)
    Uno cualquiera de Bukowsky, Mujeres o la Senda del Perdedor (aunque antes de Bukowsky recomiendo «On the road» de Kerouac, para ir entrando en materia, la generación Beat y todo esto…)

    Están en cualquier librería o biblioteca y no hace falta leerlos en su idioma original, hay buenas traducciones al español. Una vez leídos todos ellos, cosa que puede llevar al menos 10 meses, verán los artículos de Frans y la vida en general desde otra perspectiva.

    Nadie debería morirse sin haber leído al menos todos los que he puesto incluyendo además A Sangre Fría de Capote.

  17. Ah bueno, y en español, también…

    Todo Rulfo (que no es mucho, no se asusten) y El Señor Presidente de Asturias.

  18. Jergón, dos preguntas:
    -¿Incluirías a Alejo Carpentier en tu lista de imprescindibles?
    -¿Por qué Bukowsky?

  19. Muchas gracias Frans por el maravilloso artículo: por la delicia que supone leerlo y por haberme descubierto un autor que no conocía. No tardaré mucho en hacerme con El jinete Amarillo (la semana que viene, en cuanto acabe con los exámenes).

    Jergón otra pregunta: dices que hay buenas traducciones de Dostoievsky en castellano. Cuales?

  20. Jergón ¿pero tú no lees en versión original? Apuesto a que Magallanes sí. A pesar de ser alumno de la ESO con padres analfabetos. Recuerdo que un día nos contó aquí cómo estudió de niño en el colegio americano del Japón ocupado. Es que la ESO empezó muy pronto y muy lejos.

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