Suarez: un cadáver a los postres

Senyor_J

Erase una vez una película, “Un cadáver a los postres”, que parodiaba a varios personajes clásicos de las novelas de misterio, donde un individuo encarnado por Truman Capote ponía  a prueba su sagacidad y su competitividad para resolver un misterioso asesinato. Como resultado de ello, cada uno de dichos personajes generaba a su propia explicación e incurría con ella, en todos los casos, en el error. Hoy el muerto se llama a Adolfo Suárez y la parodia viene de lejos.

Adolfo Suárez murió el 23 de marzo para convertirse en inmortal. Desde la muerte de Franco ningún otro responsable máximo del Estado ha sido colmado con tantos honores fúnebres ni tantas horas de televisión seguidas y sin duda nunca antes ha habido elogios tan unánimes a la figura de este presidente. Elogios que empezaron a multiplicarse ya unos años atrás, durante su enfermedad, difuminado el riesgo de que el mito viviente diera una sorpresa, pero que mucho se han amplificado en este 2014 de vientos secesionistas y dudas sobre el futuro de un modelo político que el fallecido ayudó, como nadie, a construir.

Es difícil saber cuándo empieza la función, pero no es posible ignorar un momento muy señalado, el de esa foto realizada en 2008 por su hijo, ya en una etapa muy avanzada de su trastorno neurodegenerativo, en que aparecen Juan Carlos I y él de espaldas, con el rey poniendo una mano sobre su hombro. Esa foto, la cual parece que nos transmite un signo de amistad entre dos personas que, a causa de la enfermedad, no es posible seguir compartiendo, sella para siempre la versión oficial de la denominada Transición, según la cual, ambos, cogidos de la mano, protagonizaron esa veloz y trascendental revolución política mediante la cual España dejó atrás la dictadura y se convirtió en una democracia.

Sin embargo, nadie puede hoy cuestionar, de manera medianamente sólida, que todo lo que la Transición dio de sí, es consecuencia, por encima de cualquier otra cosa y de cualquier otro personaje, de la labor política de Suárez como presidente del tardofranquismo  y de los dos primeros gobiernos salidos de las urnas, que no solo dieron pie al cambio pacífico más profundo y duradero de la historia de España, sino también a una ingente obra de gobierno reformadora. Muchísimo menos se le debe a ese monarca que se declara apenado (pena real o fingida, a saber, que la edad desgasta mucho), cuyas reservas ante la apertura política y la pérdida de peso político de la jefatura del Estado eran en su día más que obvias; que hizo valer su peso ante el ejército para garantizarse el seguir en la cima del reino más allá del régimen franquista; que jugó un papel clave, manifiestamente disimulado por sus hagiógrafos, en las turbulencias políticas conspirativas de los primeros ochenta; y que estimuló como el que más la caída de Suárez y tal vez, quizás, quien sabe, yo no digo nada pero ahí queda, buena parte del entramado del 23-F. Nos recuerda, por cierto, Gregorio Morán, en su segunda biografía sobre el fallecido, Adolfo Suárez: ambición y destino,  que a pesar de haber mostrado el presidente dimisionario su arrojo ante los golpistas entre ráfagas de metralleta, el rey no dudo en recordarle el día siguiente que ya no era el amo de su destino: “en la mañana del 24 de febrero, cuando Adolfo, aun presidente, le pidió a Juan Carlos expresamente que quería seguir”, éste le respondió que ése era ya un capítulo cerrado”.

Y es que el rey no fue su gran valedor, ni siquiera su gran aliado, sino muy pronto otro obstáculo a superar de esa España enmohecida políticamente con el que los vivos seguimos desgraciadamente topando. Pero hubo otros y esos sí que cayeron como fichas de dominó. Muy destacadamente, el gran Torcuato Fernández-Miranda, el viejo capataz franquista precursor del cambio sin ruido. Y también Carrillo, porque ese encuentro secreto donde se conocieron Suárez y Carrillo, devino ni más ni menos que en el primer round de la suarización de ese viejo estalinista y líder indiscutido, el cual,  en cinco años resultará irreconocible por su decrepitud política y su ausencia absoluta de relevancia. Habremos de esperar a Zapatero y Llamazares para contemplar de nuevo tal encandilamiento de un comunista ante un presidente. No obstante, la legalización del PCE  tendrá un significado mucho más notable y trascendente que el principio de la muerte política de Carrillo, pues representará mejor que nada el retorno de las libertades y exigirá asumir unos riesgos que ningún político del sistema bipartidista hoy tendría el valor de asumir (¿por qué me vendrán repentinamente a la cabeza los socialistas navarros y Rubalcaba?).

Quizás debieran plantearse los comunistas el arrojar una rosa roja sobre su tumba. ¿Acaso no fue él el único decidido a integrarles desde el primer momento en el juego electoral?  Ahí es donde la figura de Suárez crece, donde aparece el político de raza, no así en la gestión del suicidio colectivo de las cortes franquistas, donde hizo falta una conspiración enorme y donde, aunque él interpretó su papel, los verdaderos protagonistas fueron otros. Porque amigos, se puede afirmar hasta la saciedad que esos cambios prodemocráticos que vivió España en la década de los 70 eran impulsados desde la calle y por la oposición política, pero si alguien quiere comprobar la de oídos sordos que se puede hacer a la calle y a la oposición, tan solo tiene que poner el telediario cualquier día de estos. Por motivos parecidos tiene también poco sentido reprocharle sus orígenes políticos: Suárez tenía sed de poder y el que quiere beber poder, lo busca de donde emana, en su caso, del entramado franquista. Solo los que entienden eso consiguen poder auténtico, y en ocasiones, hacer política de verdad.

Muchas cosas se movieron en aquellos años, incluso una Constitución erigida en su día para la libertad y convertida hoy en la salvaguarda de reaccionarios y ultraconservadores, quienes, por cierto, gobiernan España. Y es ahí cuando vemos a Rajoy apropiarse de su figura y nos echamos las manos a la cabeza: ¿pero qué parodia es esta en la que el actual presidente, un tipo con total aversión a la negociación y al pacto, que ni en una noche de fuerte borrachera haría una concesión a la Generalitat del tamaño de la que hizo Suárez al reinstaurarla por decreto, afirma que debemos “esforzarnos por seguir el camino que él mismo nos marcó: el del entendimiento, el de la concordia y el de la solidaridad entre españoles”? Pero así son los mitos sobrevenidos: más allá de su realidad histórica, sirven para el uso que uno le quiere dar, y en España se anda huérfanos de ellos: sin un Lincoln o un Lenin locales, solo tenemos a Suárez, “el tahúr del Misisipi con el chaleco floreado”. Memorable expresión esta de Alfonso, que Guerra dio y mucha, en aquella moción de censura a mayor gloria de sus socialistas intérpretes. “Profundo respeto por su obra” dice estos días Rubalcaba que sienten los socialistas hacia su figura. Memoria corta.

Quiera el buen gusto que en la muerte de Felipe, Aznar, Rajoy y Zapatero, no se viertan tan unánimes alabanzas, habiendo sido ellos tan agredidos o más que Suárez por sus rivales políticos, pero que cesen también los que se rasgan las vestiduras ante dichas hipocresías. Cuestionar, por ejemplo, a Herrero de Miñón por sus elogios es muy poco profesional: Joaquín Leguina haría lo mismo por Zapatero llegado el caso y bien sabéis que no es amor lo que les une. Ser presidente del gobierno en España es vivir en un corral mediático y en un congreso que por momentos deviene en una plaza de toros llena de ruido y furia, por lo que los políticos en acción tienden a sobreactuar. Solo algunas veces también la auténtica parodia se apodera de él, como cuando Celia Villalobos ocupa la presidencia del Congreso. No sé si habrá sido mencionado en algún sitio durante estos días, pero seguro que los más viejos del lugar recordarán los versos que entre sonrisa y sonrisa le dedicó desde la tribuna del mismo el antiguo líder de Alianza Popular, Antonio Hernández Mancha, a Suárez, para entonces ya líder parlamentario del CDS:

Qué tengo yo que mi enemistad procuras.

Qué interés se te sigue, Adolfo mío,

que a mi puerta, cubierto de rocío,

pasas la noche del invierno a oscuras.

 

Así le hablaba el delfín de Fraga en el Congreso, versionando dichos versos al sustituir Jesús por Adolfo y tomándolos erróneamente por obra de la paisana del duque de Suárez, Santa Teresa de Jesús, en lugar de por su verdadero autor, Lope de Vega. Tantos años de parlamentarismo dieron de sobra para que ante su mirada desfilasen hasta los políticos con menor talento y menor habilidad[1]. Como escasa fue la habilidad de un CDS, que todavía obsesionado por unirse a la gran derecha y reducir el espacio del PSOE, dio con sus huesos en el olvido desde los primeros 90. Es ahí cuando empieza el silencio de Suárez, producto entonces de la circunstancias, pero obligado después por la enfermedad.

 

Y ahora Suárez ya no hablará más, ahora serán otras voces las que hablen por él, y lo harán a conveniencia, como lo han hecho en los últimos años, pero quizás de manera más pomposa si cabe y con el ojo siempre puesto en alargar la vida del enfermo, que ya no es Suárez, sino que es el sistema político español. Entre gesticulación cabecera de expresidentes y santiguamientos de ministros, se despidió el cuerpo sin vida de Suárez en el Congreso. El régimen de la Transición también se muere y ni siquiera conjurando ocasionalmente a su gran hechicero será posible salvarse del desgaste con que afronta su agonía.

12 comentarios en “Suarez: un cadáver a los postres

  1. El Suarez Campeador ganó su última batalla después de muerto. Es mi percepción sobre la rapidez y unanimidad con la que el TC ha resuelto el tema de la declaración de soberanía aprobada por el parlamento catalán. No me imagino el acuerdo unánime obtenido en el tribunal de otra forma que no sea un homenaje a conseguir los acuerdos por consenso, sistema que la figura de Suarez inmortaliza.

  2. «que no solo dieron pie al cambio pacífico más profundo y duradero de la historia de España»
    El cambio más profundo fue la II República, no esto. Del 19 de julio en BCN ya ni hablamos. Más duradero? si? hemos ganado a la Primera Restauración? (LOL)
    Suarez legalizó el PCE, sí. Pero no Izquierda Republicana, ERC y Batasuna que tenían el mismo derecho.
    Muere Suarez, y recibe hostias (entiendo) Llamazares, manda gu…
    Los últimos párrafos, directamente no los entiendo, pero hoy no estoy fino.
    Los muertos, y más si se convierten en mitos sirven, para arrear a los vivos. La muerte política vale. Los mismo que ponían a parir a FG, lo usaban para arrea a ZP. Tarradellas, se ve, era el candidato de Ciutadans o algo así si oyes a según quien.
    1 milloncete de leuros para poner el nombe de Suarez a Barajas. MANDA COJONES!!!!
    Recomiendo el art´culo de Carles Boix en el ARA. Es en catalán , es premium y requiere registro. Un resumen tambien en catalán aqui
    http://www.tribuna.cat/recull-de-premsa//boix-suarez-va-establir-un-sistema-autonomic-complex-i-igualitari-finalment-dirigit-a-aigualir-lexcepcio-catalana-25-03-2014.html

    Traduzco:
    Permitió meter los actores del régimen anterior: el gran sistema de empresas y bancos pilotados desde el Estado que creó el franquismo sobrevivió al paso a la democracia…
    …las del servidor fiel y operador hábil capaz de conceder los cambios necesarios para preservar la estructura unitaria y radial del Estado de siempre.

    Fernando, que la Mesa del PArlament se hace la longuis
    http://www.publico.es/espana/510339/la-mesa-del-parlament-considera-vigente-la-declaracion-de-soberania

    Cómo se hace lo de «change.org» y tal para pedir firmas para un

    Salvador Puig i Antic-Prat

  3. Es usted muy mirado, sr Pratxanda. En «cambio pacífico más profundo y duradero» faltaba añadir de algún modo «democrátizante», de ahí la imprecisión. Aceptamos II República como animal acuático, pero con ciertos interrogantes ya que la idea era sumar «profundo» y «duradero».

    Por lo demás, yo no me he metido con Llamazares, he constado un hecho. ¿Recuerda a otro comunista que estaba antes que Llamazares y el tipo de relación que mantenía con el presidente de entonces?

  4. Me sorprende que en la sala no haya salido a defender nadie al rey de España, se nota que Rubalcaba no tiene usuario.

    El artículo no puede dejar de ser crítico con la figura de Suarez, como no podía ser de otra forma, aunque el lunes en El País, no había ninguna foto de las muchas que había, de Suarez con Franco o con traje falangista o simplemente con alguien vestido de falangista al lado. Como decía es crítico, pero también realza cualidades y acciones políticas del expresidente para los que como el articulista parece provenir de la otra izquierda, aquella por la que el PSOE no hubiese hecho nada en el caso de no poder presentarse. Los comunistas no se podían presentar en la Alemania (RFA), conviene no olvidarlo, y de hecho Die Linke está infiltrada por la policía política.

    Conviene no olvidar que hay errores propios responsables de la pervivencia del status quo, por ejemplo la sólo veintena de diputados, que podían haber sido más con otra ley electoral, pero en cualquier caso no hubiésemos sido la principal izquierda. ¿Quizás con un más joven Marcelino Camacho y no con Carrillo como hizo el PSUC?

    ¿Dónde estaríamos ahora si en vez de Suarez hubiese continuado Arias? ¿Mejor el Egipto actual?

    La comparación con los últimos presidente, no sé si da lugar, lo que destaca de las críticas a Suarez es sobre todo la de los propios.

    Diría que la primera loa que escuché a Suarez, y me descoloco, fue la Kiko Veneno!!! Diría que en el Canal 33 en “música per a camaleons” y no recuerdo ni a santo de qué, pero algo así como que el PSOE tuvo mucha prisa y no le dejaron acabar su trabajo.

    Y puede parecer a los amigos que estoy desmovilizador en el pasado y en el presente, es simplemente que hay que recontar muy bien las propias fuerzas.

  5. Ahora el espectáculo, espectacular, con aviso previo de muerte des del viernes. Y viendo que el PP y los media no se cortan, ¿serán capaces de haber encontrado el cabeza de lista a las europeas en #Suarez? ¿o soy un paranoico?

  6. ah! Cánovas y Sagasta… aquello eran consensos y capacidad de dialogo. Y remar todos en la misma dirección. Y un respeto por la Constiución que no hay ahora..

    Bueno, menos el anticonstitucional de José Martí y el ilegal de Rizal. Este último estuvo viviendo una temporada en Barcelona. En Montjuic para ser exactos

  7. Las fotos de SUarez vestido de falangista? Sólo en Internet.
    En la RFA estaba prohibido el Partido Comunista (KPD), no los comunistas. Des de los 60 se presentabn los maoístas con escaso éxito. Del mismo modo estaba prohibido el NDSP, pero no la ultraderecha, que de tanto en tanto asomaba el hocico.

  8. Interesante artículo, al que le pongo sólo algunos peros: me parece excesiva la contraposición que hace entre el papel de Suarez y el del Rey en torno a la transición. No me vale eso de que Juan Carlos tenía «reservas» hacia la reforma porque -tanto si eran auténticas o disimulaban ambos-, eran iguales o mayores las de Suarez casi en vísperas de que se iniciara el cambio. Hace poco ha recordado ese asunto I. Sanchez Cuenca en un
    artículo en InfoLibre. Tampoco es justa la apreciación de que la condolencia de Rubalcaba se compadecía mal con el trato dispensado por los socialistas a Suárez. El PSOE le hizo oposición, cierto, pero el juego sucio se lo hizo la derecha en su propio partido. Cita la conocida frase de Guerra sobre el «tahúr del Missisipi» pero ese mismo Guerra es el que mejor relación tuvo después con Suárez (y antes con su delfín Abril Martorell) siendo prácticamente el único político en activo que visitaba asiduamente a Suarez en los últimos años.

  9. Me han mandado una viñeta que no sé colgar en el blog, pero que la pondría si pudiera. Se llama «Suárez camino del cielo» y se ve su silueta subiendo en el aire con una viñeta que dice «Por fin me acuerdo de todo. QUE OS DEN».
    Yo recuerdo haberme peleado con todo bicho viviente en aquellos años defendiendo lo que hacía Suárez, y lo que hacía el rey, por suppuesto. Eso después de haberme llevado las manos a la cabeza cuando fue nombrado. Pero su labor fue impresionante, puro encaje de bolillos, ingeniándoselas para manejar a aquel ejército ingobernable, consiguiendo que aquellos procuradores en cortes o como demonios se llamaran, se quitaran del medio ellos mismos sin enterarse de lo que hacían, legalizando al partido comunista…. en fin, trayendo la democracia. Todos estos que lloran ahora por las radios le apuñalaban entonces. Se podían callar ahora, por lo menos. Hablo de la derecha, por supuesto, porque el PSOE era su adversario político, por lo que era normal que le atacara. Leer a Aznar el otro día en El País proclamándose el sucesor de Suárez como hacedor de consensos no sé si da risa o ganas de llorar. ¡¡Consensos Aznar!!!
    Este un país de muy poco fundamento y de mucha cara dura.

  10. No me ha convencido senyhor_j con situar a Suarez tan por encima de los demás actores de la transición, pero sobre todo, me parece cómico como denigra a Juan Carlos que fue precisamente el que nombrá Suarez por encima de Areilza y Fraga que parecían los candidatos con mas peso. Escogió a un falngista y fue muy criticado por esto. Senyor_j incluso aprovecha el artículo sobre Suarez para al estilo de la extrema izquierda suponer que Juan Carlos estaba inspirando a la conspiración del 23-F.
    La transición fue un trabajo de muchos. Primero,las huelgas eran casi diarias, los jovenes se manifestaban con miles de banderas y exigían la amnistía. pero Juan Carlos no se quedó a verlas venir. Se cargó a Arias de forma muy astuta: dando una conferencia de prensa al New York Times en que claramente dijo que no quería más a Arias, forzando a este a dimitir. Por ello , estoy completamente de acuerdo con Barañaín :»me parece excesiva la contraposición que hace entre el papel de Suarez y el del Rey en torno a la transición. No me vale eso de que Juan Carlos tenía “reservas” hacia la reforma porque -tanto si eran auténticas o disimulaban ambos-, eran iguales o mayores las de Suarez casi en vísperas de que se iniciara el cambio. Entre el Rey, Suarez, Torcuato, Carrillo, Felipe, Tierno Galván, Gutierrez Mellado, Tarradellas y el arzobispo Añoveros, todos juntos hicieron el mismo papel que Gorbachov en la URSS: socavar desde dentro el régimen. Y no me olvido de Carmen Diez de Rivera, muy olvidada, que Suarez se encontró con ella cuando lo nombraron director de la TV y que fue su más activa influencia a la hora de que era necesario legalizar al PC o no se salía de una democracia tutelada y falsa. Ella estaba con Tierno Galván. Gorbachov,al igual que Suarez, hizo su carrera política en el partido único, comunista o falangista. pero supo darse cuenta de que eso ya no servía al país. Pero a nadie se le ocurre crítcar a Gorbachov por haber crecido en el PC ruso. En cambio,Suarez, ay, ay ,no es puro.

  11. Gracias por todos los comentarios. Por alusiones, vamos a comentar alguna cosa.

    Sr Barañain (y sr Magallanes en parte). Respecto a la figura del rey, hay un relato cerrado alrededor de lo fundamental de su figura del que participó el propio Suarez. El propio Suarez dijo que se lo debía todo al rey: no en vano a los protagonistas de la Transición hay quien los llama «desmemoriados selectos». Pero según los autores no hagiográficos, la operación cambio de régimen fue fundamentalmente pilotada por Torcuato. Con el acuerdo del rey, sí, pero no en un papel estelar, igual que tampoco lo tuvo Suarez en ese momento. Simplemente hicieron su papel y fue Torcuato quien apadrinó a Suarez y quien lo señaló como relevo de Arias. Es Torcuato, además, quien «dio el aviso» al rey de prescindir ya de Arias. Hasta que es nombrado presidente, ¿qué relación hay entre el rey y Suarez? Escasa, casual, no se van juntos a cenar para planificar el cambio de régimen, de eso se ocupa Torcuato, quien seguiría cumpliendo un papel crucial hasta la liquidación de las cortes franquistas. Y a partir de ahí, la Transición entra en fase suarista plena, no monárquica. De ahí que defienda que la figura más importante del momento es Suarez y desde luego, al rey no lo consideraría ni la segunda, pues fundamentalmente hizo lo de siempre: dejarse llevar y proteger su cargo.

    Respecto a lo de Rubalcaba y el tahur, no pretendía meterme demasiado con el PSOE, sino aludir a ese juego de ir a muerte en la arena y canonizar luego al muerto. Es solo un ejemplo, pero citemos a Suarez, 29/1/1981, discurso televisado de dimisión: «No me he quejado en ningúnmomento de la crítica. Siempre la he aceptado serenamente. Pero creo que tengo la fuerza moral para pedir que, en el futuro, no se recurra a la inútil descalificación global, a la visceralidad o al ataque personal porque creo que se perjudica el normal y estable funcionamiento de las instituciones… El ataque irracionalmente sistemático, la permanente descalificacion de las personas y de cualquier tipo de solución con que se trata de enfocar los problemas del país, no son un arma legítima».

    Sr Magallanes, si no le he convencido, eso es bueno. En el comentario anterior quedan comentadas algunas de sus observaciones. Respecto al 23F, yo no acuso, solo aludía a ese agujero negro que constituye la explicación de la trama y la base para hacerlo es sobradamente conocida. Me refiero al verdadero Hotel Palace, los movimientos de Alfonso Armada promoviendo un golpe de timón a finales de 1980, como la misteriosa cena de Lérida, que desde luego fueron tan compartidos por la Zarzuela como tantos otros episodios de la Transición. Y es un movimiento contra Suarez, que ambos van a tratar en las pistas de esquí de Baqueira en esas navidades, con un rey apostando por un jefe de gobierno a dedo (Armada) y Suarez por elecciones anticipadas. Y el rey se marcará una cena con Armada el 3 de enero, a la que seguirá 24 horas después un viaje de Armada a visitar a Milans del Bosch. La historia sigue pero no vamos a alargarnos. Los caminos del rey y Armada se mantienen en paralelo durante esas semanas, ¿pero cuando se separan? ¿Cuando Armada se reune con los conspiradores en enero montando tal vez una movida por su cuenta? ¿O más tarde? Yo no lo sé…

    Ale, muchas gracias una vez más a todos y feliz jueves.

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