Por una reducción de los impuestos.

Miguel Sebastián

Este artículo va a ser necesariamente más polémico que el del “índice de malestar económico��?. Y es que el tema de los impuestos genera siempre fuerte debates, sobre todo entre los simpatizantes de izquierda. Zapatero afirmó en 2003 que “bajar impuestos es de izquierdas��? y sorprendió en su programa electoral de 2004 con una propuesta innovadora en materia fiscal. Hoy la economía española necesita más que entonces una bajada sustancial de impuestos. Recorte que debería venir acompañado de una mejora de la eficiencia, la simplicidad, y sobre todo, la equidad de nuestro sistema fiscal. Las razones por las que se necesita una bajada sustancial de impuestos son:

1.     Corregir la elevación de la presión fiscal. En el programa electoral del PSOE figuraba el compromiso de “no incrementar la presión fiscal��?.
La medida estándar de presión fiscal consiste en dividir los ingresos tributarios, incluyendo las cotizaciones sociales, por el PIB. En España la IGAE realiza la estimación oficial, que para 2004 era del 34,5% del PIB. En 2006 este ratio ya había subido dos puntos del PIB, hasta el 36,5%. Los motivos por los que sube la presión fiscal son fundamentalmente tres. En primer lugar, la no actualización del IRPF a la inflación supone más de un punto de subida de presión fiscal. En segundo lugar, la fuerte subida del precio de la vivienda hace que se recaude más por IVA. Y en tercer lugar, los beneficios empresariales están creciendo más que el PIB, lo que hace que la recaudación por el Impuesto de Sociedades creaca más que el PIB. En definitiva, puede decirse que la buena marcha de la economía es el principal motivo de un aumento de la recaudación que debería en parte retornar a los ciudadanos.

 
2.     La reforma fiscal del PSOE ha sido insuficiente. En enero de 2007 entraron en vigor las reformas del IRPF y del Impuesto de Sociedades. El recorte de impuestos total, sumadas ambas reformas, es de 4.500 millones de euros. Pero ello no va a impedir que este año avance la presión fiscal en medio punto adicional. Respecto a la reforma del IRPF, que ha entrado en vigor íntegramente en 2007 y cuya magnitud  ha estado en torno a los 2.200 millones de euros, cabe señalar que está siendo imperceptible por la mayor parte de los contribuyentes. Los datos del primer trimestre muestran que la reducción de impuestos está en torno al 3%, cuando se había previsto una reducción de entre el 4 y 6%. Además, esta reforma ni siquiera compensa la subida de la carga fiscal por la no actualización del IRPF a la inflación. Desde 2004 hasta 2007 el IRPF subió en torno a los 4.000 millones de euros por este concepto. Respecto a la reforma del Impuesto de Sociedades, que ha entrado en vigor el pasado 1 de enero, incluye la reducción del 35 al 30% (en dos años) del tipo general del Impuesto sobre Sociedades y del 30 al 25% en el caso de las PYMES (en un solo año). Aunque ha supuesto un avance simbólico importante, ya que es la primera vez en los últimos 25 años en que se reduce el tipo de sociedades, hoy en día un tipo de sociedades del 30% es muy alto para competir en una economía globalizada. Además, se han eliminado buena parte de las deducciones, lo que hace que no haya habido una sustancial rebaja de este impuesto.

3.     La situación macroeconómica aconseja una rebaja fiscal. Una reforma de la imposición directa tiene sentido por 4 motivos estructurales. La primera razón, devolver a los contribuyentes la subida del impuesto sobre la renta por la no actualización correcta del IRPF a la inflación, subida que, además, es regresiva. La segunda, mejorar la competitividad de las empresas. El diferencial de inflación respecto a la zona euro, aunque se ha reducido, lastra la competitividad de nuestras empresas, por lo que sería muy conveniente una nueva reforma del Impuesto de Sociedades que rebaje el tipo efectivo sustancialmente. La tercera, aumentar la tasa de ahorro de los hogares, que actualmente está en mínimos históricos. Y la cuarta, la situación cíclica actual. Las previsiones económicas apuntan a una desaceleración de la economía en 2008 que podría acentuarse en 2009, diagnóstico que comparten el Gobierno y todos los organismos internacionales y analistas privados. Por tanto, desde una coyuntura económica, no hay duda de que 2009 es el mejor momento para una bajada sustancial de impuestos, tanto IRPF como Sociedades. La reforma del IRPF impulsará la demanda y la reforma de Sociedades impulsará la oferta.

4.      La situación política también acosnseja una rebaja fiscal. Como ya se ha adelantado en numerosos medios de comunicación, el PP va a incluir en su programa electoral una rebaja fiscal, que va a afectar tanto al IRPF como al Impuesto de Sociedades. Por tanto, sería conveniente que el PSOE evitara perder esa “bandera fiscal��?, un tema muy influyente en el votante de clase media, en especial en los entornos urbanos y que el PSOE había hecho suya en el programa electoral de 2004.
 
   

 

 

54 comentarios en “Por una reducción de los impuestos.

  1. 44 MCEC

    Muy buena pregunta la tuya, campeón. Ahora pregunto yo: ¿Y por qué en vez de ir todas las mañanas a tu trabajo remunerado no vas al asilo a preparar comiditas prara los ancianitos desamparados?

  2. Iluminador, como siempre, el artículo de Sánchez Cuenca en El País. Por mi parte, la amable corrección de un lapsus, quizás olvido, a lo mejor voluntaria elipsis. Escribe Sánchez Cuenca: «la postura del “resistenteâ€? (…) llamando a una lucha heroica contra los terroristas que sólo culminará con la llegada de la “derrota finalâ€?…», ¿no debiera terminar con «la derrota final de Zapatero»? Para mí, que faltaban dos palabras, éstas: «de Zapatero».

  3. Buenos días. Muchas gracias por los comentarios recibidos. Pido disculpas por no haber respondido ayer, pero estuve lejos del PC desde las 6.30 AM hasta las 11.30 PM, incluyendo las inexplicadas 4 horas de retraso en el viaje de ida y vuelta en avión a Madrid desde Almería, donde «resido transitoriamente».
    Entre los comentarios, como no podía ser de otra forma, se recoge la preocupación porque un recorte de impuestos sacrifique la atención a prioridades sociales, a formación, etc. MCEC, Mítica, Don Cicuta e Isidoro hacen mención a este argumento. Quiero decirles, para su tranquilidad, que no se va a recortar nada por esa bajada de impuestos. Partimos de un superavit que puede llegar al 2% del PIB, unos 20.000 M euros, o, si se prefiere, casi 3 billones y medio de las desaparecidas pesetas. Con este superávit, inédito en la historia española reciente, que se añade a los de 2005 y 2006 (el PP nunca consiguió un superávit) se pueden hacer 3 cosas: bajar la deuda, aumentar el gasto público o bajar los impuestos. Opino que se deben hacer las 3 cosas y que las 3 cosas son «de izquierdas», frente al argumento de la izquierda tradicional de que «bajar la deuda y bajar los impuestos son de derechas».
    Es, por supuesto, debatible la magnitud en que debe hacerse cada una de ellas, pero esta vez se debe acometer una sustancial rebaja de impuestos.
    Otros señalan que la presión fiscal es aun baja y puede seguir subiendo. Para este argumento tengo algunos comentarios. El primero, que un 40% de presión fiscal (que, ciclos aparte, coincide con un 40% de gasto público) parece razonable para que el Estado (el sector público en su conjunto) pueda llevar a cabo su función protectora, dinamizadora, de aseguramiento, etc. para el que fue diseñado. En cualquier caso, el debate sobre cuál debe ser el peso del sector público en la economía es muy interesante, pero es otro debate.
    Pero lo importante de nuestro sistema fiscal es que, si no se hace nada, la presión fiscal aumenta por sí sola, fundamentalmente por el efecto de la inflación que es totalmente regresivo, a cargo de los trabajadores, y que supone un carga impositiva adicional que en la legislatura ha alcanzado los 4000 millones de euros. opino que hay que devolverselo en el IRPF, a través de una elevación del mínimo exento y una rebaja de los tipos.
    Para mejorar el ahorro hay que reducir los tipos altos del IRPF y la imposición sobre Sucesiones y Patrimonio. También existe la idea de que estos impuestos reacen «sobre los ricos» y que rebajarlos sería «de derechas». Nada más lejos de la realidad. Esos impuestos recaen sobre la clase media, fundamentalmente asalariados. En los tramos altos del IRPF apenas hay ricos. Por otro lado, con una esperanza de vida de más de 80 años, el impuesto de sucesiones ya no cumple una función de garantizar la «igualdad de oportunidades», porque cuando el heredero recibe la herencia está casi jubilado. Y el de patrimonio supone gravar a la gente que ahorra frente a los que se gastan toda la renta.
    Por eso afirmaba al principio del artículo que cualquier rebaja de impuestos debe hacerse en el marco de una reforma fiscal que garantice la eficiencia, la sencillez y, sobre todo, la equidad. Equidad vertical y horizontal. Vertical, que quien más gane, pague más. Y equidad horizontal, que 2 personas iguales en renta paguen lo mismo. Comparto con Amistad C. la repugnancia por el fraude fiscal como muestra flagrante de una falta de equidad horizontal. Pero para combatirlo es necesario que el sistema sea sencillo, para que los inspectores se dediquen a «investigar», no a «comprobar». Así, un sistema fiscal más sencillo es una garantía de que sea más justo, además de eficiente. Pero para ello la izquierda tiene que renunciar a su vieja aspiración (que ha sido un fracaso histórico) de que los impuestos cumplan una función redistribuidora, tal y como señala Franco. Pero ese será el argumento de mi próximo artículo, que será aún más polémico.
    Para finalizar, el tema político. No se trata de ir «a remolque del PP». Se trata de que no nos arrebaten otra bandera. Como han hecho con la Constitución, que ellos ni siquiera apoyaron en su día.
    Los españoles siguen pensando que el PP gestiona mejor la economía que el PSOE, y que al PSOE le gusta subir los impuestos. Romper estas 2 percepciones puede ser crucial para renovar o ampliar la mayoría de progreso en 2008.
    Buen fin de semana y una confesión no gafosista. No sólo me gustó, sino que TENGO en DVD la película Lost in Translation. Es lo que tiene la España plural…..

  4. Miguel, como bien dices, los progresistas debemos evitar que nos arrebaten la bandera de la buena gestión económica y de la eficiencia. Es posible bajar los impuestos, generar riqueza, al mismo tiempo que se redistribuye.
    Esto es con MAYUSCULAS ser de IZQUIERDAS: bajas la presión fiscal a los bolsillos de los trabajadores, generas empleo y riqueza y, por ende, aumentas la capacidad de gasto para políticas sociales -eficientes (claro!)-,es decir:
    Mayor justicia social
    Más empleo
    Mejores politicas de educación
    Mayores oportunidades
    Mayor bienestar
    SUMA Y SIGUE!!!…..
    Creo que encaja en los principios de la izquierda, ah!! ES DE IZQUIERDAS Y ADAPTABLE A LA ECONOMIA GLOBAL. Hay que espabilarse nuevos obreros del mundo!!!
    MIGUEL, LA IZQUIERDA NECESITA CAPITANES QUE DEFIENDAN ESAS BANDERAS, VUELVE PRONTO!!

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