Octubre, octubre

Alfonso Salmerón

Y llegó octubre. Cuando escribo estas líneas, Rajoy ha finalizado su comparecencia en el Congreso. No ha habido DUI. La declaración de independencia quedó en suspenso. Durante apenas unas horas se abrió una puerta al diálogo que el gobierno, con el apoyo de PSOE y Ciudadanos, cerró de un portazo. Ultimátum: Puigdemont tiene una semana para rectificar. Rajoy y los constitucionalistas saben que no lo hará. No tiene opción. Las últimas 24 horas han servido para descomprimir la situación ante la inminencia de la DUI. Mañana es 12-0, otra fecha simbólica que precede a un largo puente de otoño. El gobierno parece haberse dado un respiro que nos va a ir a muy bien a todos. Compás de espera para analizar la situación y estudiar el próximo movimiento.

Las fuerzas constitucionalistas no han querido, no han sabido o no han podido registrar el gesto que ayer realizó Puigdemont tras la conversación con el presidente del Consejo de Europa. El president hizo una finta en el último minuto y abrió una puerta al diálogo. Ese gesto, que le puede costar muy caro, tal vez su futuro político por el malestar que ha causado entre las filas independentistas, ha servido para ganarse, sin embargo, el apoyo de las fuerzas transformadoras del conjunto del Estado. Podemos y los comunes, sin descartar a parte de las bases socialistas (al menos en Catalunya) lo leyeron como una ventana de oportunidad en consonancia con el clamor de las manifestaciones del pasado sábado. ¿Parlem? Puigdemont recogió el guante, Rajoy y los constitucionalistas, lo ignoraron.

Por otra parte, la maniobra surrealista de Piedemonte, que suspende una independencia que no había llegado a declararse, ha sido bien acogida por buena parte de la comunidad internacional. En esta eterna partida de ajedrez en la que se está convirtiendo el procés, el independentismo, movimiento a movimiento ha ido ganando credibilidad en las últimas semanas, mientras el inmovilismo de Rajoy y las fuerzas constitucionalistas parecen perderlo.

Dicho de otra manera, la fuerza de los argumentos parece ir ganando terreno, lentamente, a los argumentos de la fuerza (o de la ley). El 1-0 los cuerpos de seguridad del Estado se emplearon a fondo, pero sin éxito alguno, para evitar el referéndum. Sin embargo, más de dos millones de catalanes votaron pese a la brutal represión policial, que fue retransmitida por las redes sociales a todo el mundo. Dos semanas después, y tras la llamada al diálogo realizada por amplios sectores de la sociedad, la respuesta del Gobierno y sus aliados será nuevamente la misma: el respeto a la legalidad vigente, y en su defecto, el empleo de la fuerza (léase artículo 155 y sus derivadas).

Ahora sí, habrá DUI y habrá 155. Y después, incertidumbre. Tal vez pueda parecer que estamos en el mismo punto de partida y sin embargo todo lo ocurrido a lo largo de las últimas semanas han situado el conflicto en otro estadio. Nada volverá ser lo de antes. “Queremos volver al catalanismo pactista” clamaba Rajoy ayer por la tarde en el Congreso. Como si eso fuera posible. Estamos ya en otro estadio y hay que moverse en unas nuevas coordenadas. El gobierno y las fuerzas que lo apoyan continúan exhibiendo una nula incapacidad para comprender lo que se ha movido en las capas tectónicas de la sociedad catalana en los últimos diez años. El Majestic no volverá, por mucho que desde Madrid se le siga invocando.

En estas últimas semanas hemos podido ir observando cómo el conflicto va adquiriendo nuevas dimensiones. Ya no se trata, exclusivamente, de un conflicto entre Catalunya y España. El 1 de octubre lo transformó también en un conflicto entre democracia y autoritarismo. De un lado, las aspiraciones soberanistas de amplios sectores de la población (la mayoría parlamentaria) de un territorio del Estado, del otro, la incapacidad de éste para adaptar su marco legal de manera que permita canalizar democráticamente el conflicto. En democracia, los conflictos se resuelven con más democracia. Siempre. En democracia, los problemas se resuelven adaptando las leyes a la realidad. En democracia, las discrepancias se dirimen dialogando, llegando a acuerdos y votando.

El compás de espera de los próximos días va a permitir que los movimientos de las últimas semanas puedan sedimentarse mínimamente. Tal vez entonces podamos analizar con más claridad el nuevo estadio en el que está entrando el conflicto. A mi juicio, el discurso de Felipe VI marcó un punto de inflexión. Fue el discurso del capitán general de las fuerzas constitucionalistas. Una llamada al cierre de filas. El desafío del soberanismo catalán había dejado entrever las costuras del régimen. Una mínima concesión y el asunto atado y bien atado durante treinta y nueve años podía saltar por los aires. Todos, a uno y otro lado del conflicto, leyeron bien el discurso del rey. Sin ese discurso no se puede entender el clamor de los pingüinos, de las manifestaciones del sábado pidiendo diálogo, ni el toque arrebato en defensa de la unidad de España del domingo, ni la finta parlamentaria de Puigdemont, ni el cierre de filas de Sánchez. O régimen del 78 o nuevo proceso constituyente. De esto parece que va la cosa ahora.

7 comentarios en “Octubre, octubre

  1. Es curioso que los que no defienden llas leyes que emanan de la Constitución ,nos quieran hacer creer que la Constitución que ellos quieren darnos la tengamos que respetar y cumplir toda su articuladolescencia.
    Llaman fachas y desalmados a aquellos que defienden la integridad de un pais y quieren ellos que los demás le pongamos en bandeja de plata nuestras cabezas sin cabellera para su disfrute como únicos portadores de la verdad democrática revelada por no se que empatia psicológica de movimientos en masa.
    Los corderos no son animales libres.

  2. «Octubre octubre, de Jose Luis Sampedro» recuerdo de bastante niño pedir a mi madre en una librería.

    Dicho esto, no comparto la lectura de la situación de hoy que hace el autor. Puigdemon hizo la mínima DUI posible, a lo que Rajoy ha respondido con el mínimo 155 posible. Se ha inaugurado un delicado proceso de desarme verbal y distensión, muy reclamado y muy necesario. Esto no se hace únicamente por inspiración súbita de los respectivos líderes sino porque yo diría que hay elementos objetivos dificilmente contestables:
    Por el lado Independentista, una DUI no puede prosperar. No hay reconocimiento internacional; no es posible sustituir los mecanismos del Estado vigentes (Agencia Tributaria, Seg Soc,justicia etc) por los nuevos sin acuerdo y no hay respaldo social suficiente (en la sociedad y en el «voto con los pies» que están haciendo las grandes empresas catalanas). Simplemente no hay. Si que hay una masa social importantísima, que votó por un proyecto político determinado, que se ha comprometido y movilizado y ante la que ahora hay que explicarse.
    Por el lado del Gobierno: los ojos de la comunidad internacional están encima pidiendo diálogo; no cuenta con una mayoría parlamentaria suficiente ni para aprobar presupuestos y cuestión no baladí, tiene que responder de alguna manera ante una ruptura completa de la ley. Por otra parte está empezando a observar como en el caladero electoral se empieza a abrir una brecha muy fea, con gente cantando cosas raras por ahí, en plena calle.
    Lo que hay hoy en la mesa es de las menos malas salidas posibles dada la situación.
    En cuanto a «lo pingüino», lado en el que me encuadro. Una cosa es que se haya despertado una sensibilidad hacia las cuestiones identitarias (incluso con referendum incluido) y otra muy distinta es que se asuma la totalidad del argumentario indepe. Una cosa es que se pida un enfoque no violento, respetuoso, constructivo, suave, y otra que esto solo se le pida al Gobierno de Rajoy. Creo que esto es importante que se comprenda y que por ejemplo, esa tentación de llamar «facha» o «franquista» a todo lo que no asuma la totalidad de los argumentos y la agenda indepe, desaparezca.
    En mi opinión, creo que el desarme verbal inaugurado va a acabar en un adelanto electoral del Govern, basicamente por agotamiento de su proyecto y de su líderazgo. Creo que efectivamente hay una posible nueva etapa en la asunción de la identidad catalana, pero creo que el objetivo de la independencia a medio plazo ni es compartido ni deseable ni realista. Otros nuevos agentes posiblemente puedan aprovecharlo mejor.

  3. Leyendo la primera frase del mi respuesta, aclaro que la que pedía Octubre octubre era mi madre a la librera, no yo a ella.

  4. JoanTarda El portavoz de ERC, con palabras muy duras y señalando con el dedo (ya saben unos señalan con el dedo y otros actuaran), ha acusado a los socialistas de ser corresponsables de las posibles detenciones que se produzcan de responsables catalanes. «Si algún día el señor Puigdemont es detenido, ustedes serán corresponsables de lo ocurrido. Si eso ocurre no vengan a buscarnos».
    Eso lo dice un político de contundente contumacia animaba a los estudiantes a «capitanear la república», lanzando una arenga pública con un tono belicista.

    Y además les advertia que, si no lo hacen, estarían cometiendo un «delito de traición a la tierra».

    «Justamente porque nuestros padres y abuelos jamás se rindieron estamos hoy aquí y nos sentimos orgullosos de ser ciudadanos libres». «Nuestra causa es la de la libertad, del género humano, porque lo que queremos para nosotros lo queremos para todo el mundo, nadie es más que nadie», ha proclamado entre aplausos. «Hiceron sufrir a nuestros padres, y a nuestros abuelos. Pero esto se acabó. Seremos libres».decía este ilustre representante de la conciencia separatista .
    En fin .
    Si esto no es vivir en el pasado,si esto no es incitación al odio….si esto no es fascismo de barretina y butifarra…Que es ?.
    El trauma de los independentistas es que pensaban equivocadamente que las mayorías pueden hacer lo que les plazca saltándose las leyes que les permiten ser lo que son.
    Eso es fascismo..

  5. «Siempre me costó aceptarlo. Pero más allá de todo pesimismo, ahora confío en que prevalecerá el Estado de derecho. La Constitución que nos dimos en 1978 puede que sea mejorable, pero ahora es ya la mejor de nuestra historia. Y estoy seguro de que tú piensas lo mismo. Mientras, Cataluña (no tu Cataluña, sino la Cataluña tontarrona y chapucera de Puigdemont y Junqueras) sigue haciendo día tras día un ridículo descomunal y sin precedentes ante el mundo que nos contempla asombrado.»
    https://elpais.com/cultura/2017/10/12/actualidad/1507819920_766723.html

  6. Hago mías las palabras de Juan Marsé a Gil de Biedma:
    » La Constitución que nos dimos en 1978 puede que sea mejorable, pero ahora es ya la mejor de nuestra historia. Y estoy seguro de que tú piensas lo mismo. Mientras, Cataluña (no tu Cataluña, sino la Cataluña tontarrona y chapucera de Puigdemont y Junqueras) sigue haciendo día tras día un ridículo descomunal y sin precedentes ante el mundo que nos contempla asombrado.”

  7. Y hago mías también las palabras de Amistad Cívica sobre Joan Tardá. Yo también le oí cómo incitaba al odio a una masa de jóvenes acusándoles de traidores si no seguían sus consignas. Intolerable.
    Y que nadie me llame facha ni nada parecido por decir esto. Como bien dice Amistad Cívica, fascismo es pensar que las mayorías pueden hacer lo que les plazca saltándose las leyes que les permiten ser lo que son.

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