Navidad en Belén

Barañain

Esta temporada las autoridades turísticas palestinas preveían la llegada de hasta 100.000 turistas  a la ciudad de Belén en el período que se extiende desde la Navidad católica hasta la armenia, que se celebra el 18 de enero, afluencia récord (si se confirmaba)  que se interpretaba como una señal de apoyo para la menguante población cristiana de la ciudad que vio nacer a Jesús.  Se supone que la población cristiana en Tierra Santa ronda las 190.000 personas, de las que casi ciento cincuenta mil residen en Israel, unas 40.000 en Cisjordania (Judea-Samaria) y las aproximadamente 3.000 restantes en la franja de Gaza. En Belén los cristianos eran el 90% de la población a comienzos del siglo XX y hoy apenas son el 40% de sus 25.000 habitantes.

De esas expectativas daba cuenta un reportaje de la Agencia Efe  que además explicaba  con detalle el desarrollo de las ceremonias que se han llevado a cabo en Belén. Previamente, como quien no quiere la cosa, o como si se tratara de lo más natural del mundo,  señalaba: “Las cruces han sido prohibidas en los souvenires para los turistas y peregrinos en Tierra Santa. Algunos talleres textiles en Jerusalén  y en Hebrón estamparon y vendieron camisetas con la imagen de la Iglesia de la Natividad de Belén sin las cruces. A raíz del aumento del fundamentalismo islámico en los territorios palestinos, la cruz fue quitada también de las camisetas de los equipos de futbol”.

 Luego el reportaje proseguía relatando, como digo, las ceremonias religiosas: “(…) el Patriarca Latino de Jerusalén, Fuad Twal, máxima autoridad eclesiástica católica en Tierra Santa, culminó la ceremonia con su tradicional inclinación al entrar en la Basílica, cuya puerta de acceso tiene poco más de un metro de altura y obliga a una señal de respeto hacia uno de los dos lugares más sagrados del cristianismo, junto con el Santo Sepulcro de Jerusalén, donde se sitúa la crucifixión y resurrección de Jesús. El Patriarca almorzó con los franciscanos -custodios del lugar- y recibió a los dirigentes de las distintas iglesias, para luego oficiar la Misa del Gallo en la Iglesia de Santa Catalina, adyacente a la Basílica que se emplaza sobre la conocida como Gruta de la Natividad. En el servicio religioso es tradición que participe el presidente palestino, Mahmud Abás, así como representantes diplomáticos de las potencias europeas custodios de Tierra Santa: España, Italia, Bélgica y Francia.”

 No consta en la crónica  que ningún representante de las potencias custodias de los Tierra Santa aprovechara la ocasión para denunciar la desaparición progresiva y forzada de la minoría cristiana en Tierra Santa ni, en general, en tierras árabes y musulmanas. Pero, ¿deberían haberlo hecho? 

 Paralelamente, el Papa, en Roma, lanzaba su tradicional mensaje urbi et orbi que, por esta vez, fue muy bien resumido en los titulares de prensa de todo el mundo:   “El Papa insta a la libertad religiosa en China y a la paz en Oriente Próximo”. Resumían las agencias:

 (…) el Papa ha instado a que la Navidad «inspire a los israelíes y palestinos a buscar una convivencia justa y pacífica» que “ayude a consolidar las comunidades cristianas» en Irak y en todo Oriente Próximo (…) El Papa ha querido recordar en su mensaje a China, pese a que las relaciones entre el Vaticano y el país asiático han empeorado en los últimos meses. Así, el Papa ha pedido a los cristianos de este país que no pierdan la fe «a pesar de la discriminación y persecución que sufren» y ha instado a los líderes religiosos chinos a que «trabajen por el pleno respeto de la libertad religiosa de todos».

 La exigencia de la libertad religiosa solamente la plantea Benedicto XVI respecto a China, estando exentos de ella, por lo que parece, todos los países musulmanes en general y los árabes en particular, los cuales se libran de cualquier reprobación por  ese motivo.  Y eso que es justamente en el mundo islámico  donde más evidente es la inexistencia de libertad religiosa y donde se verifica la eliminación, lenta pero segura, de los últimos vestigios  de las iglesias cristianas de Oriente (de los judíos apenas queda allí ya nada que eliminar).

 Además, parece ser que  para  el Vaticano el conflicto israelí-palestino  es el único responsable de la persecución de los cristianos en el Oriente Próximo, por lo que su resolución «ayudaría a consolidar las comunidades cristianas«. Es decir, el Islam no tiene nada que ver en la represión de esas comunidades, y en cuanto a los regímenes árabes lo único que la comunidad cristiana debe  plantearse es como coadyuvar a que se resuelva “el conflicto”,  que por supuesto debe de ser de la manera que más convenga a quienes tienen allí la sartén por el mango. Así, los musulmanes podrán mostrarse agradecidos y  magnánimos con las minorías y dejarán “consolidar las comunidades cristianas”. Que tal vez así no les machaquen, vamos.  Que esas comunidades puedan asumir, sin más sobresaltos, su condición  de dhimmis «no expulsables o eliminables«, siempre y cuando no desafían, o critiquen siquiera,  el lugar subalterno que  allí les corresponde.

 No es que a uno le haya sorprendido la declaración del papa Benedicto XVI; de hecho, esperaba más majaderías de ese tipo después de la reciente declaración del Sínodo de  los obispos católicos de Oriente Medio (octubre 2010)  quienes, abiertamente instalados en el antijudaísmo primario, decidieron centrar el mensaje a sus fieles en la crítica  a Israel con una bochornosa declaración que no fue refutada o matizada siquiera por el Vaticano.

 En aquella declaración ya chirriaban los aspectos teológicos, muy antiecuménicos, con perlas tales como que   “la llegada de Cristo ha puesto fin al concepto bíblico de Tierra Prometida“, aserción más bien medieval que alguien calificó justamente como “vestigio de un progromo verbal”.  Pero al margen de lo teológico y de esa insensatez, lo realmente sórdido de aquella declaración era la cobardía que revelaba, tan poco apostólica ella. Esos cristianos del Oriente Medio parecen obligados a demostrar sus pruebas de lealtad a esos países árabes donde intentan sobrevivir. Por supuesto, ser obispo católico en casi todos los países de Oriente Medio no debe ser una condición envidiable. Lo normal es que los cristianos sean discriminados y en algunos lugares perseguidos (o ejecutados si se descubre que el cristiano era un musulmán convertido), lo que se traduce en el creciente número de católicos asirios, coptos egipcios o cristianos melquitas por ejemplo, que cada año abandonan sus países porque temen por su vida, ante el hostigamiento creciente de los de Hizbolah, Hermanos Musulmanes, Milicias del Mahdi, Hamas, etc. Movimientos violentos que consideran a los cristianos indignos herejes y que cuentan para sus desmanes con la indiferencia, cuando no la complicidad, del gobierno de turno.

 Cuando el francés de origen judío (y ateo) Bernard-Henri Levy denunciaba, semanas atrás,  que “los cristianos forman hoy, a escala planetaria, la comunidad más violenta e impunemente perseguida”, tuvo que constatar  la significativa  incomodidad con que se recibía esa denuncia

(http://www.elpais.com/articulo/opinion/defensa/cristianos/elpepusocdgm/20101121elpdmgpan_1/Tes) .

Se refería tanto a los casos puntuales que han alcanzado cierta relevancia mediática  -como el de Asia Bibi, la pakistaní condenada a muerte por “blasfemia”-, o el atentado perpetrado el 31 de octubre en Bagdad por un comando de Al Qaeda (que tomó al asalto la catedral de Nuestra Señora del Socorro  y mató a 44 fieles, la mayoría mujeres y niños), como, especialmente,  a lo que apenas se quiere escuchar en este Occidente justa y orgullosamente laico pero a la vez temeroso de enfadar al fundamentalismo islámico, que hace como que ignora  la suerte de los católicos en Irán, o en Sudán, o en Argelia -”con el escándalo de las mujeres cabileñas y cristianas casadas por la fuerza o encarceladas”-, o en Siria, o la de los coptos egipcios, o la de los evangelistas eritreos, “pobres entre los pobres” cuyo próximo exterminio es públicamente anunciado por el régimen islamista  y también, cómo no, la suerte de los cristianos en la Gaza de Hamás y “por desgracia -escribía Bernard-Henri Levy -, en la  Palestina de Mahmud Abbas, donde esta misma semana han encarcelado a un joven internauta, Waleed al-Husseini, hijo de un peluquero de Kalkilyia cuyo único crimen fue el de haberse permitido criticar el islam en su blog y evocar el cristianismo sin desacreditarlo.”

 “Frente a la eliminación lenta, pero segura, de los últimos vestigios  de esas iglesias cristianas de Oriente que tanto aportaron a la riqueza espiritual de la humanidad, ya no hay nadie (que se oponga o lo denuncie)”, clamaba entonces el filósofo francés. Parece que ni siquiera el Papa de Roma, añado yo hoy.

 A propósito de esta situación, hace un par de meses, cuando se conoció la declaración de los obispos de Oriente Medio, escribía en su blog el periodista Jorge Marirrodriga:

 “Tal vez el ejemplo más palmario sea Belén, la cuna literal del cristianismo. Una ciudad hasta hace no tanto cristiana en la que ahora los cristianos son una minoría, y van por el camino directo de la desaparición. Un proceso acelerado exponencialmente tras el traspaso de la administración a las autoridades palestinas. Palestinas y musulmanas, hay que añadir. Y menos mal que los frailes no permitieron que en 2002 los palestinos que asaltaron la Basílica de la Natividad enterraran a sus muertos allí, que si no a estas horas la Iglesia donde según la tradición nació Jesús sería una mezquita. Este periodista estuvo allí.

 Uno entiende todo esto y el que además a algunos obispos no les guste Israel (donde por cierto la vida de ningún cristiano corre peligro), y que intenten marcarse tantos ante el sátrapa de turno que gobierne en su país atacando al único país de Oriente Medio donde si alguien se convierte al cristianismo no será condenado a muerte. Pero, hombre, de ahí a que la conclusión del Sínodo se centre en la crítica a Israel va un trecho muy largo. Los prelados exigen el fin de la ocupación israelí y la creación de dos Estados. Muy bien, pero ¿y qué pasa con la situación del propio rebaño, cuyo cuidado se les ha encomendado en una tradición que comenzó hace dos mil años cuando un judío hijo de un carpintero ordenó a otro judío pescador “apacienta a mis ovejas”? ¿Quién apacienta a esas ovejas mientras ellos se dedican a la política? ¿Nasrallah o Muqtada Al Sader? ¿Quién alzará la voz por sus ovejas perseguidas y machacadas? ¿El imam de Damasco o el de la Universidad de Teherán?”

 Al leer en el reportaje de Efe sobre las celebraciones navideñas de Belén lo de la forzada inclinación ritual que hacía el Patriarca Latino de Jerusalén al entrar en la basílica de Belén me vino a la cabeza – ¡pura asociación de ideas !-,  algo que leí años atrás sobre un rito católico en la mismísima Plaza de San Pedro de Roma -y no consigo recordar ahora si era en Navidad o en Semana Santa-, en el que, ante los fieles,  el obispo de Roma daba un puntapiés al rabino principal de la ciudad, acto de humillación sumisamente aceptado por el representante de los judíos “deicidas”. No me refiero a una práctica medieval, la humillación desapareció del ritual ya en el siglo XX. Ya digo que ha sido una asociación mental, y aquello no tiene que ver con la inclinación  del patriarca de Jerusalén -lógica al pasar por una puerta baja-,  pero no he podido evitar pensar que tal vez a lo más que aspiren las iglesias cristianas en Oriente Medio no sea sino a desempeñar, esta vez como víctimas, el papel humillado que sus propios antecesores asignaron a los judíos. Eso explicaría todo.

6 comentarios en “Navidad en Belén

  1. Tremendo articulo y tremendo suceso nos trajo ayer Barañain,no se si el articulo fue consecuencia del suceso o la conclusion a unos miedos que se materializaron de forma violenta con un hecho dramatico que ponia broche final y una conclusion tragica prevesible aunque no deseada.
    Ayer cumpli 53 años y para deshacerme del horror manifiesto de la cultura religiosa del exterminio os traigo una noticia que me da esperanza en el ser humano.

    Una mujer se casa consigo misma porque se quiere mucho
    Es la segunda mujer que en Taiwán se casa con ella misma en un periodo de dos meses.

    Cheng Ching, terapeuta de profesión, se ha casado consigo misma en Natou, Taiwán, para recibir el año, 2011.

    La boda de Chen se ha celebrado el primer día del año justo en la fecha en que Taiwán celebra su 100 aniversario de la república. Ching declaró sentirse feliz por «encontrarme a mi misma y enamorarme de mi persona».

    Chen no es la única mujer que se ha casado consigo misma, el mes pasado una trabajadora de 30 años en Taipei se casó consigo misma convencida de que ya era hora de que se casara aunque todavía no hubiese encontrado a su hombre ideal.

    ::::
    Asi que siendo coherente conmigo mismo os digo:

    Hoy,2 de Enero de 2011,Amistad Civica se casa ante vosotros con la solo presencia de su ordenador y el router adsl,sus Dos neuronas como testigos y su Yo mirandose al espejo….con los poderes que me otorga ser libre como el viento.
    Asi que hoy me siento feliz de encontrarme a mi misma y enamorarme de mi persona ,no se que pueden pensar los musulmanes y los cristianos del mundo entero,tan solo les puedo decir que dejen de matar para ir al cielo.

    Amaros los unos a los otros ,pero primero amaros a vosotros mismos….no os odieis por vuestros defectos.

    Ante mi doy fe.
    AC/DC
    firmado:
    JAJAJA….que nervios.

  2. Sopa de titulares para un mundo mas cuerdo:

    Le Tribune: «Salgado es la muralla femenina contra la crisis del euro»
    Incluyen a la ministra española como una de las personalidades del año

    «La mejor noticia, la reelección de Zapatero»…Blanco dixit.

    Cascos podría presentare en Asturias contra el Partido Popular.
    ::
    ¡¡Asumiendo que vamos a perder ,consigamos ganar!!…..JAJAJA…..que nervios.

  3. Alvarez Cascos, María Sangil, Ortega Lara, Monserrat Nebrera… y eso que les va bien en las encuestas, el día que les vaya mal hay que ensanchar las puertas de Génova 13 para permitir salir.

  4. 3
    No, Amistad Cívica; el artículo es anterior; de hecho un error técnico (mío, que soy más bien un poco desastre con el ordenador) impidió que se pudiera publicar unos días antes como era mi intención. Lo del atentado de Alejandría ha sido una coincidencia que viene a confirmar tanto la gravedad del problema que pretendía señalar como la aparente irresponsabilidad -nada inocente-, con la que (no) se quiere afrontar aquello. No me ha extrañado que después de la salvajada, cuando aún limpiaban restos en Alejandría, el papa de Roma en su fastuosa (o grotesca, según se mire) misa de año nuevo, se haya limitado a la queja indeterminada que conviene a la diplomacia vaticana, evitando nombrar lo que de ninguna manera quiere nombrar (o sea que es inútil preguntarse ahora aquello de …»Â¿que dirá el santo padre que vive en Roma, que están degollando a su paloma?»). Y viendo el reflejo del atentado en los medios (al menos en los españoles) , se comprende la perplejidad del ateo Bernard-Henri Levy cuando se vio en la necesidad de tener que «explicar» lo que había denunciado. Ayer -y hoy-, al menos en los medios digitales de prensa había que bajar mucho el cursor por la pantalla del ordenador para dar con la noticia. Había, por lo visto, muchas otras cosas más relevantes para nuestros periódicos.

    5
    Alvarez Cascos es excesivo hasta cuando se pica.

    Buenas noches y feliz año nuevo (aunque yo casi me apuntaría a lo que decía ayer Pablo Franco cuando se saltaba el 2011…

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