Maldito día de San Ignacio

 Alberto Penadés

Según el barómetro de junio del CIS el 40% de los españoles «nunca» (21%) o “casi nunca” lee un libro. La mayoría de estos dicen que simplemente no les interesa.  Quienes sí leen, más de la mitad lo hace por gusto (menos mal), un diez por cierto a la fuerza (estudio o trabajo) y el resto por motivos que se asocian con mejorar su mobiliario interior (información, cultura, etc.). Un decente ritmo de lectura (nueve o más libros por año) lo mantiene el 1,5% de la población. 

Por si tienen curiosidad, los que más leen son los de IU (casi la mitad dice leer a diario) seguidos de los votantes nacionalistas. En general, más a la izquierda, más se lee (hay unos cuatro lectores de izquierdas por cada tres de derechas), aunque el efecto es notable sobre todo en los extremos. Y los que más leen son, con diferencia, la gente que afirma tener menos tiempo libre en la vida. Dos tópicos confirmados. 

No sólo se leen, como se ha dicho a veces en el blog, “demasiadas” novelas y pocos ensayos (género preferido por un misérrimo 3,5% de lectores) sino que uno de cada cuatro lectores prefiere la novela histórica. Como lo oyen. La novela negra, la novela romántica, la de ciencia ficción,  apenas seducen al cinco por ciento cada una. Los géneros minoritarios son ultraminoritarios.

 ¿Por qué se lee tanta novela histórica? Seguro que la pregunta lleva a un diagnóstico de interés, pero no lo encuentro. Sólo sé que ser de derechas, ser nacionalista, y estar jubilado, aumentan significativamente el riesgo de ser un lector de estas novelas. Aventuro que está relacionado con el afán de cultura de generaciones que leen más que sus padres (que tal vez no leyeron nada), buscando en ello una mezcla del aura de la cultura con lo “ameno”. El efecto de esta aura ha hecho ricos a algunos escritores geniales, como Eco, que consiguen vender libros a millones de lectores que “no lo cogen todo”, y precisamente por eso les gusta.

Otra hipótesis es que los buenos escritores no consiguen inventar buenas historias. No deja de ser curioso que algunas de las mejores novelas españolas recientes sean en buena medida “históricas” (Reconstrucción, El hereje, Soldados de Salamina…) Sería fácil aventurar también que a los españoles  les gusta hacer fábulas con la historia; de los nacionalistas, al menos, esto se repite sin miedo al aburrimiento.

Hoy se conmemora el nacimiento de San Ignacio. Como se sabe, este hombre decidió cambiar de vida leyendo, mientras convalecía de sus heridas de batalla. Aficionado a las novelas de caballería, cayeron en sus manos historias de santos y le dio por quijotesca emulación de sus personajes. Locura religiosa tal vez; segura, y parece que admitida, ambición de querer ser santo.  Después vino el colegio en Barcelona (un re-tooling a los 33 años, rodeado de niños), la cueva de Manresa, las universidades de Alcalá y París, la Compañía, Roma…y el altar. Un destino, en su modo, admirable, que empezó tumbado con un libro abierto.

Dice Anasagasti en su blog: “Es curioso que siendo San Francisco Javier el santo más vinculado por su biografía al nacionalismo, Sabino Arana eligiera ese día [el de San Ignacio] para fundar al PNV y un grupo de jóvenes fundara ese día, 65 años después, a ETA. Algo tiene pues ese santo para que Sabino Arana le pusiera el nombre de Iñaki y algo tiene, que además del Aberri Eguna, la fiesta de San Ignacio tenga no sólo solera religiosa sino tintes de fiesta nacional vasca.”

Todo aquí es, al menos, curioso. Que Sabino se inventara el neologismo “Iñaki” para desandar el camino que hizo Iñigo (o Eneko, en euskera) al elegir Ignatius (o Ignacio) “por ser más universal”, o “por ser más común a las otras naciones”. Pocos eligen su nombre. Que la biografía de Francisco Javier esté vinculada al nacionalismo: será que predicar en tamil o  morir en China es típico de nacionalistas vascos. (Sé por donde va, habiendo sido su padre agramontés. Ay, la novela histórica).  Que la jornada reúna el doble mérito de haber dado luz a una organización de parte y a una organización criminal, para merecer tintes de fiesta nacional. La ecuación del todo con la parte puede tener un pasar, de tanto oírlo; de lo otro, qué  les voy a decir.

Yo no sé qué cosas leen las hienas. Del tinte que le han dado a su 50 aniversario es mejor no hacer metáforas. Una de las frases más conocidas de Ignacio de Loyola es la de “en tiempo de tribulaciones, no hacer mudanza”.  No sé qué esperan ellos para hacerla de una maldita vez.

No quiero parecer despreocupado, pero les deseo muchas y felices lecturas en este mes de agosto. Yo me pongo con ello.

61 comentarios en “Maldito día de San Ignacio

  1. Ah, por cierto, y amén Basagoiti. Si les hubiera explotado la bomba a los canallas que la pusieron, yo no los hubiera llorado, desde luego. Hubiera pensado, dos menos.

    Y no sé si son vascos o no los criminales, pero estoy seguro, como Basagoiti, de que son mierda.

  2. Este muchacho no es ya que sea inmoral (cuán duro he sido, ay válgame). Es que es tonto de capirote. Basta con conocer la realidad de nuestro ordenamiento jurídico para saber qué es la división de poderes. Y que la presencia de ANV en las Municipales de 2007 la decidieron los Tribunales. El Gobierno, manu militari, no pone ni quita ni un solo concejal. La FGE hizo su trabajo impugando las listas sobre las cuales tenía pruebas de cargo y conducentes, y luego deciden los jueces. Y el nuestro, para lo bueno y lo malo, es un sistema garantista. Más para lo bueno que para lo malo, por supuesto. De ahí, por ejemplo, la presencia que a todos nos ha molestado en las Europeas de la lista de Sastre autorizada por el Tribunal Constitucional. Es más, ni siendo Ministra de Justicia la Leona de España hubiese podido evitar esa presencia.

    ¿Cesiones? Ni una. Ni una. Basta con exponerlas. ¿Se ha concedido la independencia a Euskal Herria? ¿Amnistía general de presos etarras? ¿Terceros grados? ¿Indultos? Pruébelos si puede,pollo. En 1998 sí que las hubo graciosamente con la anuencia de la innombrable. Vaya a la hemeroteca y compruebe usted como cantaba las excelencias de los acercamientos y de los terceros grados ansáricos? ¿Conversaciones de Eguiguren? ¿Hay alguna prueba de lo que se prometió y en lo que se materializó luego? Cuento de pan y pimiento.

    Y tiene razón, el Gobierno perdió mucha credibilidad. Por eso en las Generales de marzo de 2008 obtiene el PSOE más diputados que en 2004 y se queda a un suspiro de la mayoría absoluta. El electorado «castigó» claramente las «claudicaciones».

    Posdatilla 1: ha sacado el histrión el tema de la «tregua trampa». Cuando sale este tema y los fachas cantan la clarividencia de Mayor Orejón, que supo ver cual el inteligentísimo prócer que es, la jugada de ETA para reabastecerse y rearmarse, yo me pregunto desde mi ignorancia: ¿para qué, pues, se envían emisarios a Zurich con el mensaje conciliador de no buscar la derrota, de que la Constitución es intocable, que se va a ser generoso, etc ….? Otro proverbial ejemplo de la doble vara de medir de la derecha española.

    Posdatilla 2: se pregunta mi bienamado Don Polonia que para qué 50 años de terrorismo para llegar a donde el Gobierno les ofrecía. Casualmente, a día de hoy, conocemos que ese es el punto al que han llegado «ilustres» disidentes de la banda fuera y dentro de las cárceles, la de que hay que echar la persiana abajo y empezar a luchar por sus pretensiones en el campo estrictamente de la política y de la legalidad. La llegada de un ejecutivo constitucionalista a Euskadi les ha confirmado que no hay marcha atrás y que la violencia no va a cambiar las cosas.

    Posdatilla 3: Lo del nuevo gobierno constitucionalista en Euskadi debe ser otra de las claudicaciones. No puedo por menos que recordar hoy a un señor, cuyo nombre no voy a mencionar por respeto, que en los blogs de BY decía que el resultado político del proceso de paz sería el desalojo del PNV del poder por parte de Patxi López y de Batasuna en comandita. Todavía no ha pedido disculpas.

  3. Fé de «ratas»: do dice «que la Constitución es intocable» debe dir «que la Constitución NO es intocable» (posdatilla 1 en el 53).

    Gracias.

  4. Y otra: llamar a Don Polonio «Don Polonia». Disculpas mil, la culpa es del teclado, lo garantizo.

  5. «Este muchacho no es ya que sea inmoral (……..). Es que es tonto de capirote.»

    Pues eso.

  6. Muchas gracias, Alberto, por la interesante nota.

    Sobre el diálogo con ETA. En un momento dado todas las informaciones sobre el mundo etarra apuntaban a que estaban dispuestos a seguir un proceso similar al irlandés, con abandono de la violencia y aceptación del marco democrático. En ese contexto, y tras la declaración formal de tregua por parte de ETA, el gobierno solicitó al Congreso autorización para abrir una negociación dentro del marco definido por la Constitución.

    Cuando hubo un vuelco dentro de ETA y ganaron los que consideraban inaceptable que lo único que ofreciera el gobierno fuera negociar las condiciones de su rendición, volvió a haber muertos y la tregua se terminó. Verde y con asas.

    Sin embargo la derecha sigue creyendo que de no ser por ella ZP se habría vendido España por parcelas. ¿Por qué? Quizá porque era lo que decían sus aliados en los medios de comunicación, en medio de una incesante ceremonía de la confusión. Los mismos medios que siguen sosteniendo que fue ETA la responsable de la matanza del 11-M. ¿Creerían también que Elvis sigue vivo, o que el hombre nunca ha llegado a la Luna, si esos medios lo dijeran?

    Qué raro es todo. Que tengan ustedes buenas vacaciones y lean mucho, incluso Don Cicuta.

  7. Polonio:
    «….la ausencia de muertos (que sí los hubo) durante el proceso de paz».

    Jergón:
    «… dos de los primeros muertos ocurridos tras la tregua (no cuento los que ocurrieron durante la tregua),..»

    No hubo muertos durante la tregua ni durante el proceso de paz. Lobisón cuenta bien lo que pasó:

    «Cuando hubo un vuelco dentro de ETA y ganaron los que consideraban inaceptable que lo único que ofreciera el gobierno fuera negociar las condiciones de su rendición, volvió a haber muertos y la tregua se terminó».
    Y con la tregua, el proceso, añadiría yo.

    Uno puede opinar de una forma o de otra, pero no se debe falsear la realidad para dar más peso a los argumentos de uno.

  8. Aunque no pensaba volver a intervenir y menos por este tema, un cobloguero me avisa del post 58. Tampoco merecería la pena contestar salvo por ese «falsear la realidad» que se me imputa. Podría llenar de datos este blog para desmentir tan terrible acusación, pero ni la hora ni la cuestión merecen más comentarios. Simplemente hago uso de la autoridad que sobre el tema tiene Jesus Eguiguren, que en entrevista en El País de 6 de abril de 2008 dice textualmente:

    «No soy consciente de haber cometido errores de calado. El Gobierno llegó al borde del precipicio para intentar salvar el proceso a riesgo de su propio desgaste. El Gobierno quiso convencerse de haber hecho todo lo que se podía para acabar con el terrorismo. Por eso siguió hasta despejar todas las incertidumbres. E incluso después del final.

    P. ¿Puede explicarse?

    R. Sí. Tony Blair y Gerry Adams, después del atentado de la T-4, pidieron al Gobierno que escuchara a ETA. Y el Gobierno lo hizo.

    Espero que no se tache ahora a Jesus Eguiguren de faltar a la realidad o de miserable.

    Hoy sabemos que el Gobierno siguió intentando salvar el proceso de paz después de atentado, como bien reconoce J.E. Fue así hasta que ETA declaró el final de la tregua. Nada de ello es terrible ni nada certifica que el Gobierno cediera o pactara nada con ETA. Simplemente es verdad que las conversaciones siguieron después del atentado de la T4, con resultado de dos muertos. Es decir, hubo muertos durante el proceso de paz…»se llegó hasta el borde del precipicio».

    Es así de cierto y evidente, lo diga Agamenón o su porquero, aunque en este caso lo afirma alguien que sabe de lo que habla, un tal Jesus Eguiguren. Es sólo una muestra. Pero son muchas las que se reconocieron durante los meses entre el atentado de la T4 y el final de la tregua.

    Ustedes perdonen, pero lo de «falsear realidades» que se lo apunte quien imputa sin argumentos ni peso. No es mi caso.

    Felices vacaciones.

  9. Miren señores,.el gobierno de Zapatero siempre ha evitado que los asesinos de eta cometieran sus fechorias ,de una manera u otra.

    Antes,durante y despues del mal llamado «mal llamado proceso de paz»…lo demas son tonterias basadas en la mas absoluta inopia,propia de los que no se han molestado en leer las estadisticas de las detenciones de etarras ,antes, durante y despues de la tregua de eta.

    Ya esta bien de tomarnos el pelo con argumentos espureos y mas propios de imbeciles de pacotilla.

    ¡¡¡Que ya somos mayorcitos ,y no leemos tan solo el ABC,La Razon,El Mundo o la propaganda liberal de Intereconomia!!!

    ¡¡Fuera, los derrotistas!!

  10. Jesús Eriguren:
    «El Gobierno quiso convencerse de haber hecho todo lo que se podía para acabar con el terrorismo. Por eso siguió hasta despejar todas las incertidumbres. E incluso después DEL FINAL».

    Es decir, que el final ya había sido.
    Posdata: yo no he tachado a nadie de miserable.

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