Libros de autoayuda contra la pobreza

Albert Sales 

El domingo pasado leía en un periódico de los de siempre, de los supuestamente serios, una entrevista en la que se recogía una colección de tópicos sobre las personas sin techo que podría llegar ser insultante si no fuera por qué los reproducía una persona sin techo. La periodista entrevistaba a un hombre de 49 años, originario del Reino Unido, que ha vivido en la calle y que hoy reside en un albergue de la ciudad de Barcelona mientras se labra un futuro convirtiéndose en emprendedor. Concretamente, el entrevistado se dedica a dar clases de inglés y con ellas logra ingresar unos 600 euros al mes. Insuficiente para sobrevivir y pagar un alquiler en Barcelona.

Sin duda, la historia tiene su interés. Es ilustrativa de lo que ocurre hoy en los centros residenciales en los que se atiende a personas sin techo y sin hogar. Cada vez más gente con empleo o con ingresos procedentes de pensiones o de prestaciones sociales ven cómo su estancia en estos centros se prolonga indefinidamente a causa del coste de la vivienda y de las habitaciones de alquiler. No es un problema nuevo… El acceso a la vivienda se ha ido complicando para sectores cada vez más amplios del a población durante las últimas tres décadas. Pero lejos de plantear un problema estructural, entrevistadora y entrevistado dedican la página a proponer la superación personal y la fuerza de voluntad como “solución” al sinhogarismo.

Ya en la entradilla, la periodista afirma del entrevistado “No tiene pinta ni mentalidad de ‘sin techo’. Pasó por Esade, semillero de altos ejecutivos, para explicar su filosofía”. Dice de él que tiene una fuerza mental sin fisuras. Cuando le pregunta si no le da rabia estar frente a un auditorio de personas holgadas de dinero, él contesta “Yo le doy la vuelta a la idea de que cuando los ricos son más ricos, los pobres son más pobres. Estoy convencido de que los que creen en el éxito tienen más éxito y los que no creen, no lo tienen”. Afirma el entrevistado que nunca ha tenido pinta de “homeless” y que en lugar de pedir limosna iba a la biblioteca a escuchar audiolibros como “Piense y hágase rico”.  

Las historias de superación personal pueden ser altamente insipiradoras, especialmente cuando se utilizan para romper estereotipos. Mostrar cómo una persona que lo ha perdido todo encuentra su camino para lograr el éxito personal, sea lo que sea eso del éxito, es muy atractivo para cualquier periodista y siempre va a haber lectores dispuestos a consumir optimismo. Pero en este caso, los estereotipos se refuerzan cuando la entrevistadora afirma “Es una rareza entre los ‘sin techo’” y el entrevistado habla del conformismo, del alcoholismo o del estilo de vida del resto de la gente de la calle.

El periódico en cuestión actúa una vez más como reproductor de los estereotipos sobre las personas que sufren la pobreza extrema, avalado por el hecho que el entrevistado es una personas sin hogar, pero ¿cuál es la mentalidad de «los sin techo» a la que se refieren? Pensar que existe una mentalidad de persona sin hogar es desconocer absolutamente lo que ocurre en las calles, en los albergues y en los centros residenciales. En Barcelona 2000 personas duermen cada noche en estos recursos y, según datos de 2015, el 11% tienen un contrato laboral. Muchos otras van encadenando pequeños trabajos irregulares.

El mercado de la vivienda, el mercado laboral, un sistema de protección social deficiente, y unas leyes de extranjería que reducen a las personas a mano de obra de usar y tirar, son los factores que envían a la gente a dormir a parques y cajeros y que impiden la recuperación. A pesar de todo, con o sin ayuda de servicios sociales y ONG hay gente que sale del infierno personal del sinhogarismo. Cada uno, cada una, manteniendo su lucha cotidiana. Y se puede hablar sus historias sin reproducir tópicos culpabilizadores.

Del entrevistado me gustaría saber, más allá de la anécdota de la conferencia en ESADE, cómo va a seguir su lucha hasta acceder a una vivienda estable. Personas con voluntad de acero en la calle las hay a miles. Lo que tienen en común estas personas no es una mentalidad, es que no tienen acceso a la vivienda. Las personas sin techo, cualquiera que sea su “mentalidad” tienen derechos. El primero de ellos a ser respetadas y a no ser pre-juzgadas por su situación de pobreza. 

4 comentarios en “Libros de autoayuda contra la pobreza

  1. Problemática difícil las que nos plantea el articulista. A un denominador común; «en la calle sin domicilio fijo», se unen cantidad de situaciones que puden llevar a ello, por lo que debe ser complicado buscar soluciones que no lo sean de amplio expectro y cuyos resultados sean insuficientes para considerarlas exitosas.
    La información que nos ofrece Wikipedia da idea de lo complejo.
    https://es.wikipedia.org/wiki/Persona_sin_hogar

  2. Buenisimo el post,y muy esclarecedor sobre los temas relativos a pobreza, como todos los de este autor.
    Me parece especialmente adecuado y algo provocador el titulo.

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