Iniciando la fase 2

Señor_J

Vivimos en un sin vivir. Si la semana pasada estuvo repleta de emociones, con todo el mundo pendiente de cuál sería el resultado del referéndum escocés, esta se iniciaba con la incógnita de en qué momento se haría efectiva la publicación de la ley de consultas catalana en el DOGC, dando así validez provisional a la misma y abriéndose otro compás de espera, presumiblemente muchísimo más breve en este caso, tras el cual el gobierno plantearía el recurso al Tribunal Constitucional para suspenderla automáticamente. Descubrir si dicha publicación iba acompañada de la convocatoria de consulta, como resultaba lógico esperar si Artur Mas pensaba convocarla (ya que una vez suspendida, no podía hacerlo legalmente de acuerdo con dicha ley), también ha quedado para la posteridad como parte de los misterios semanales. Misterios que a estas alturas son solo de calendario, puesto que mucho se sabe ya de lo que va a ocurrir a corto plazo: desde la evidencia que va a presentarse el recurso, la consulta del 9N ni está ni se le espera, esta semana se habrá llegado al fin de un ciclo. Y tras él se abrirá la Fase 2 del Procés, el contenido de la cual aún está por definir con precisión y cuyo desarrollo dependerá en buena medida del grado de unidad del que sean capaces las fuerzas impulsoras de la consulta, de las ganas que cada uno tenga de empezar a hacer la guerra por su cuenta, de preacuerdos secretamente perfilados, de los riesgos jurídicos que existan por este motivo y por algún otro más privado o de que al final aparezca sobre el tapete alguna alternativa no prevista.

En cualquier caso, nada de lo que sucederá en esta Fase 2 que estamos a punto de iniciar se encontrará desvinculado de los resultados de Escocia. El No resultante supone para el caso catalán la aparición de una barrera prácticamente infranqueable, en una Unión Europea en la que ningún mandatario estatal quiere ver como se cuestiona de forma creciente la integridad de sus estados por los nacionalismos realmente existentes, y en la que no va a existir ningún nuevo país que desbroce el camino y muestre con los hechos (y no mediante informes elaborados por gente y de modo no excesivamente fiables) en qué consiste realmente eso de la transición nacional hacia un nuevo estado, así como las problemáticas reales que suscita. Escocia ha estado a punto de abrir un escenario nuevo, el de la aparición de un nuevo estado europeo fuera de situaciones políticas completamente excepcionales, como las que vivieron los estados surgidos tras el hundimiento de los países socialistas o las que se han derivado de sendas guerras mundiales. Pero no ha sido así y no parece en absoluto que Cataluña esté en mejores condiciones de conseguirlo, entre otras cosas además de las mencionadas, a causa de la oposición y hostilidad que una y otra vez manifiestan los partidos nacionales a ofrecer una solución electoral de características semejantes. Y aunque es cierto que los comicios venideros sacudirán profundamente el panorama electoral, nada hace pensar que vayan a dejar de existir mayorías de bloqueo a corto plazo en el contexto español.

No obstante, lo de que la celebración del referéndum es también una victoria para los catalanes no es solo un lema electoral (que también). El ejemplo escocés ya no es un fenómeno ajeno a la realidad europea, a diferencia de los vividos en Quebec, y refuerza la convicción de que en España hay cosas sobre las que no se puede votar por simple falta de voluntad política. En un vano intento de inventar excusas, los hay que se refugian en la historia comparada (práctica que se agradecería que se abandonase, ya que ni el reino de Escocia ni les Constitucions catalanes, ni el Decreto de Nueva Planta son fundamento para ninguna forma de estado en una sociedad democrática del siglo XXI). Otros en la Constitución, fenómeno este mucho más interesante: «La Constitución no lo permite», escuchamos una y otra vez, como si la carta magna fuera sujeto de algo y no un texto acordado por los agentes políticos, verdaderos sujetos de dicho impedimento. No nos olvidemos tampoco de la diferencia clave también invocada hasta la náusea: que lo de Escocia ha sido un proceso negociado: ¿acaso no sabemos todos que negociación solo puede producirse cuando existe voluntad sobre las partes para negociar? ¿Y acaso no lo es también que la voluntad de negociación sobre el modelo de Estado o sobre la posibilidad de consultar a los catalanes sobre si quieren seguir formando parte de España es completamente inexistente? ¿Cómo negociar sobre un objeto de negociación vetado de entrada? Y me ahorro comentarios adicionales sobre las patrañas de la fractura social o las supuestas tensiones que acarrean los referéndums.

Todo esto se puede decir de otro modo: en Escocia, aunque al final ha perdido el independentismo, este solo ha podido valorarse porque previamente  había vencido  el derecho a decidir, y ese es el eje sobre el que va a sostenerse fácilmente la reivindicación de ejercer ese derecho en Cataluña. Pero para alcanzarlo, de ello deben extraerse al menos un par de lecciones. La primera, que existe una diferencia evidente entre independizarse y decidir, por lo que unos han de saber y diferenciar con claridad lo que están pidiendo y otros entender que lo segundo no implica necesariamente caer en lo primero. La segunda, que con el fracaso independentista en unas urnas se puede acabar perdiendo también, de nuevo, el derecho a decidir: el No parece conceder a Cameron capacidad política para otorgar solamente lo que quiera y como quiera a Escocia en materia de autogobierno, cosa que no habría pasado si hubiera existido una alternativa descentralizadora previa y claramente establecida al Sí, que delimitase las nuevas competencias y facultades de autogobierno que se alcanzarían en caso de no ser el Sí la opción mayoritaria.

Y la Fase 2 también puede estar marcada por dos novedades más. La primera sería que la desobediencia pase a ser algo más que un farol en boca de dirigentes políticos con ganas de marcar perfil y aumentar su bolsa de votantes. Aunque existen etapas y caminos transitables sobre los que sostener la reivindicación durante un tiempo sin mojarse demasiado, del mismo modo que ha llegado el 18S y se acerca el 9N, también se alcanzará un punto en que pueden no haber demasiadas perspectivas más al alcance, aunque para ello será necesario que otros sean los protagonistas principales de los acontecimientos y tal vez que ciertos proyectos políticos alternativos se concreten. Y la segunda, o quién sabe si relacionada con la primera, que el agente agitador, la ANC, pase del activismo manifestante a otro tipo de acción política: ¿veremos a alguna cabeza visible o no tan visible integrada en próximas candidaturas? ¿Serán capaces de impulsar acciones profundas que vayan más allá de convertirse en un ritual anual o de una reivindicación permanente destinada a darse contra un muro?

Todo esto es lo que vamos a descubrir en los próximos meses o incluso años. Abróchense los cinturones, que la Fase 2 está a punto de comenzar, y no faltarán ni misterios, ni sorpresas, ni emociones fuertes.

14 comentarios en “Iniciando la fase 2

  1. Que al whisky le hayan echado agua es normal. Tambien lo será que el cava en algún momento termine perdiendo el gas.

  2. “Debemos, no solo podemos, hablar de Podemos” dice Fernando López Aguilar, en un artículo que puiblica hoy El País, criticando el hecho de que “una suerte de tabú supersticioso impide o dificulta criticar a la nueva fuerza política”:

    “(…) Resulta inquietante la mezcla de estupor y autoncontención que ha revestido a Podemos de un salvoconducto de intangibilidad que empezó por no nombrarlo y ha acabado por alimentarlo tanto como su demonización —nada inocente— desde tribunas ultraconservadoras. Preocupa la inhibición que ha sacudido a buena parte de las filas progresistas (…) El nuevo lugar común espera que desde la izquierda …. aparquemos toda crítica y nos apuntemos sin más a una jaculatoria de salutación obsecuente(…)”
    “(…) Pero especialmente arriesgado resulta de un tiempo a esta parte impugnar el ADN supuestamente izquierdista de parte de su retórica. Somos muchos a quienes algunas de las propuestas distintivas de Podemos no nos parecen de izquierda. De hecho, no comparecen en la contraposición del eje derecha/izquierda, sino en la órbita “antirrégimen” (antisistema) o simplemente “anticasta” (acuñación del vociferante Beppe Grillo, que ha hecho furor en medios de ultraderecha, aunque muchos en España se la atribuyan a Podemos). El siglo pasado arrojó enseñanzas duras sobre el deslizamiento de quienes se presentaban como “lo nuevo” (frente a la “vieja distinción entre derecha e izquierda”) en populismos preñados de intolerancia sectaria. Se abona así la simiente de la actitud totalitaria, sea por vía fascistizante, sea por las depuraciones del “centralismo democrático”… sea por la banalización y jibarización del lenguaje político impuesto por los mass media y hoy por las redes sociales.
    No es de izquierdas galopar la “obsolescencia” de la “arcaica diferencia entre derecha e izquierda»; no lo es bramar —una vez más, como si no lo hubiéramos visto antes en la atormentada historia del “olvidado siglo XX” sobre el que escribió Tony Judt— la necesidad de “superar” (por derruir o derribar) la “periclitada democracia representativa”, ni certificar la “defunción” del parlamentarismo “caduco” y los partidos “oligárquicos”. No lo es practicar la demagogia ramplona de la brocha gorda por la que todos estaríamos del “lado oscuro de la fuerza” salvo quien se autositúa en la Ciudad del Sol que describiera Campanella. No lo es negar la complejidad abandonándose al atajo de la simplificación. No lo es despreciar los grises de un debate dialogal en que la verdad absoluta (“lo que no es blanco, es negro”) no existe desde que aceptamos que lo que nos interesa se construye socialmente, en democracia, razonando, y avanzando por vía de contradicciones y corrección de errores (…)”.

    http://elpais.com/elpais/2014/09/22/opinion/1411410866_899275.html

    Es demasiado suave con esa banda de jetas, pero se agradece que algunos ilustres –cada vez más, afortunadamente-, se atrevan a decir en alto que ese rey está desnudo.

  3. La fase 2 comienza hoy a las 16 horas en el Parlamento de Cataluña. Voy a comprar palomitas.

    ::

  4. Después de tantos años de adoctrinamiento que han llevado a la ciudadanía catalana a la situación actual sin que los partidos nacionalistas, necesitados del apoyo parlamentario de CIU, hayan hecho nada por evitarlo, estamos donde estamos. Ya no esfácil dar vuelta atrás porque lo avanzado ha sido mucho, por lo que la solución final estará vinculado, no tanto a una «fatiga de material» independentista, aún capacitado para aguantar el apriete que se avecina, como por la casi certeza de que en algún momento la propia ciudadanía catalana, y a tenor de posibles situaciones que se puedan ir dando, considere se ha terminado «pasando la rosca». …….. pura mecánica.

  5. Claro que lo de Podemos no es el único ejemplo de tabú. Hay otras formas de evitar el diálogo y el contraste de pareceres, como ejemplifica el llamado “desafío soberanista” catalán. Consiste en hacer como que se plantea un debate, exigiendo respuestas a los contradictores y seguir erre que erre, recitando los mismos supuestos argumentos mientras se hace caso omiso de lo que los contradictores han contestado. Quiero decir, no negando (contra-argumentando) la validez de esas respuestas sino siguiendo con la matraca como si tales respuestas no hubieran existido. Así, el que defiende una concreta postura lo hace no a base de la supuesta calidad superior de sus argumentos sino dando por hecho que esos argumentos son los únicos puestos en circulación.

    Esto lo hacía muy bien el nefasto –y hoy justamente olvidado -, Ibarretxe quien repetía, una y otra vez, aquella estupidez del “¿qué hay de malo en ello?” (refiriéndose a su propuesta), a la vez que ignoraba olímpicamente todas las explicaciones que se le daban sobre todo lo malo que había en su proposición. El tío se jactaba de que nadie debatiera su propuesta mientras hacía oídos sordos a sus contradictores.

    Eso mismo se observa en el no-debate sobre Cataluña. El artículo de hoy es un ejemplo.

    De entrada, sería de agradecer algo más de ecuanimidad al observador para no atribuir la falta de voluntad negociadora exclusivamente al gobierno central o, por extensión a quienes se oponen a los planes de Mas. Si algo caracteriza su desafío es la nula voluntad de negociación que lo ha caracterizado, absolutamente simétrica a la de Rajoy.

    Hace falta mucha ceguera o sordera para seguir con el mantra de que “en España hay cosas sobre las que no se puede votar por simple falta de voluntad política”, atribuyendo las explicaciones de los contrarios a un “vano intento de inventar excusas” o a “patrañas” sobre las que mejor ahorrarse comentarios (mucho mejor, faltaría más y menos arriesgado). O sea que el problema político estriba en que algunos, muchos, no tenemos mejor cosa que hacer que inventar tonterías, sólo por fastidiar a unos honestos y lúcidos soberanistas, campeones de la claridad, e impulsores de un debate transparente.

    Aunque sé que a estas alturas el empeño es inútil, el articulista debería reconocer al menos, y por poner un único ejemplo, que cuando la mayoría de los ciudadanos de este país dice “la Constitución no lo permite”, no se acoge a una supuesta restricción física extraña que nos sujeta las manos, sino que se refiere a unas previas reglas de juego que no pueden ser vulneradas unilateralmente, y cuya modificación es cosa de todos los que las han instaurado, no sólo de los residentes en una concreta demarcación territorial, a su conveniencia.

    El fondo del no-debate no es que unos quieran votar y otros no quieran que se vote, sino que unos quieren votar en un ámbito limitado en el que ven posible su victoria y sobre unas premisas predeterminadas y otros quieren que la votación sea de todos y son esos todos, sus representantes, los que deciden cuando y sobre qué se vota, pues no están obligados a seguir la agenda de una parte, por muy legítimamente que esta parte insista en su reclamación.

  6. Excelente el comentario de Barañain. Pero inútil. Yo al menos me doy por derrotado. El esquema básico de este tema se sustenta en esa perversión tan de tv3 de español=facha e independentista=demócrata. Un juego al que se prestan no pocos intelectuales de izquierda, cuya cobardía es igual a la que tienen con Podemos. A partir de ahí hagan ustedes todas la variables que quieran, como esa fundamental que explica perfectamente Barañain: «cuando la mayoría de los ciudadanos de este país dice “la Constitución no lo permite”, no se acoge a una supuesta restricción física extraña que nos sujeta las manos, sino que se refiere a unas previas reglas de juego que no pueden ser vulneradas unilateralmente, y cuya modificación es cosa de todos los que las han instaurado, no sólo de los residentes en una concreta demarcación territorial, a su conveniencia».
    Pero ya digo, me doy por derrotado. Eso sí, el placer de ver hoy escenificados 34 años de nacionalismo catalán en la persona de Pujol no me lo quita nadie. Ya tengo las palomitas.

  7. ai (suspiro) lo que vamos sufrir con el proces.
    estoo… El tema desodiencia y satos de la legalidad es algo claro desde julio de 2010. Desde la sentencia del TC y 1a manifa. más alla de faroles políticos. No hay caminos dentro, no sólo para la independencia, sino para el federalismo
    No hay solución para CAtalunya DENTRO de la Constitución. Ergo hay saltar la legalidad en un momento u otro.
    La carpeta del EStatut se cierra mal, y acaba rebentando el cajón. Veremos como se cierra el cajón para ver si peligra el armario.

  8. A todo esto ya hay más de 800 municipios que dan apoyo a la consulta del 9N. Y sí lo los concejales del PSC se han repartido de todas maneras. SI/NO, etc. Algun caso de ICV tambien.. Y algun concjal del PP ha votado a favor o se ha abstenido.
    sobre votar:
    «Para mí, esta es la forma más adecuada de separar la cuestión democrática (si debe haber o no referéndum) de la cuestión nacional (si Cataluña debe tener un Estado propio o no).»
    http://www.infolibre.es/noticias/opinion/2014/09/09/catalanes_fracturados_21287_1023.html

    Sobre negociar… No creo que el Parlemnt dijera NO a una propuesta del gobierno o las cortes para organizar el referendum. Es de la parte del NO donde está el bloqueo a un referendum sobre la independencia. Por si interesa
    http://www.joserodriguez.info/bloc/donde-esta-instalado-el-bloqueo-institucional-en-el-proces-catala/

  9. Desde principios del Siglo XX la educación en Catalunya ha estado en manos del estado, solo rota en el período 1931-1939 y 1980- No recuerdo si también tenía competencias la Mancomunidad. Así que es el Estado español quin ha tenido más tiempo para adoctrinar. Y pese a ello desde 1905 siempre que hay elecciones en Catalunya ganan los partidarios de la descentralización, etc. ¿Cómo se explica si no podían adoctrinar en las escuelas? ¿No existe adoctrinamiento en «el otro bando»?

  10. En cualquier caso ¿Qué soluciona no votar? El bando españolista gana tiempo y espera que se parta el bloque (Duran y sus centristas frente a CiU… sí C I Unió o que el voto de ICVEUiA no sea claro en unas plebiscitarias),

    De mientras segurá habiendo una mayoría de catalanes que prefiere la independencia (que no? Referendum!) cosa que le da igual a la mayoría de la opinión publicada en Españistan. Y no se si de la pública.
    Sentado encima de la constitución se está cómodo. Ya se lo harán, verdad.

    Mientras Catalunya es ingobernable, pero NO porque se divida el arco parlamentario, o por que ERC nos eque. NO. es porque la Generalitat está intervenida, El Gobierno se está petando la autonomía y no hay un duro en caja. En caja, sí, pero la controla Montoro.
    Qué pasará cuando se active la Agencia Triburtaria Catalana? Y la gente pague impuestos a la Generalitat. O no. Que pasará si se corta, ni que sea una parte pequeña el flujo de dinero de Charneguistan a Españistan? Cómo se lo tomaran los mercados?
    No lo se.
    Lo que sí se es que aunque te sientes encima de la Constitución encima de la alfombra, la mierda de debajo está últiima no se va. Se acumula.
    En definitiva, hoy por hoy y a corto/medio plazo sin referendum no hay paz/paraíso. Si metes miedo, puedes hacer que la gente no coopere en la consulta. Pero los partidarios de la misma seguiran ganando: llevan dos elecciones (cat y europ), vamos a por las municpales.
    Alguien, en algun momento, hará algo.

    Les recuerdo
    que ninguna de las dos repúblicas llegó con ningun referendum ni con ningula ley constitucional.
    que desde MAdrid se puede ordenar intervenir una autonomía, pero luego hay que hacerlo en el terreno. Y, aunque parezca facil, si no lo haces bien puedes quedar peor que al principio.
    Veremos.

  11. Buenas noches y muchas gracias por sus comentarios. Mis respetos a las discrepancias expresadas, pero no se tomen a mal la forma de expresarme: lo de las «patrañas» creo innecesario comentarlo porque ya lo hizo en su momento el señor Sanchez-Cuenca en el enlace que les dejó el señor Pratxanda, pero además es que es una obviedad, otra de esas ideas que alguien deja caer en relación con las consultas soberanistas, con el ánimo de que calen, pero que no se toma molestia alguna en demostrar.

    Por lo demás espero que hayan disfrutado de la comparecencia de Pujol. Lamentablemente lo allí sucedido con unos y con otros a mí no creo que me deje dormir la vergüenza ajena en toda la noche. Y mal que me sabe, porque ando con sueño, demasiado para polemizar, así que me despido.

  12. Lo de esta tarde, efectivamente, de vergüenza ajena. La caradura de este señor es infinita. Por cierto, ¿a ustedes no les parece raro que ese señor Turull, con lo mayor que es, deje que le riña su padre?

Deja una respuesta