Guantanamera

Jelloun

Ante la prensa y las cámaras de televisión, Lahcen Ikassrien, un ciudadano marroquí residente en España, ha relatado con todo lujo de detalles cómo él y otros prisioneros en Guantánamo fueron interrogados allí por policías españoles. A Guantánamo llegó él, conducido por soldados estadounidenses tras ser capturado en Afganistán en 2001 y con una pulsera que lo identificaba como “animal número 64â€?. Lahcen Ikassrien –que ahora vive libre en España-, asegura que les decía a los policías españoles que él era marroquí y no le podían interrogar. “Cada vez que venís me torturan los americanos», cuenta que les decía a los policías españoles mientras muestra los rastros de malos tratos en su cuerpo. Esto ocurría en Julio de 2002. Era ese el segundo viaje de funcionarios españoles al “limbo jurídicoâ€? de Guantánamo. El primero fue al poco de abrirse ese campo de internamiento en la base naval que los americanos tienen en Cuba. Y habría aún un tercer viaje, que se sepa al menos, en enero de 2003. Lahecn Ikassrien sería extraditado a España, puesto a disposición judicial y absuelto por la Audiencia Nacional de todos los cargos, no aceptándose las pruebas y testimonios obtenidos durante los interrogatorios de la policía española en Guantánamo.

A propósito de otro extraditado –que también había sido visitado por funcionarios españoles en la ratonera de Cuba-, el Tribunal Supremo ha declarado que los interrogatorios a los que allí le sometieron funcionarios españoles «se hicieron sin previa información de derechos, sin asistencia letrada y sin autorización ni mandato de la autoridad judicial española competenteâ€?. Este mismo Tribunal se pronunciaba, de paso, sobre las condiciones en que esa persona extraditada y luego liberada había estado detenida: «La detención de cientos de personas, entre ellas el recurrente, sin cargos, sin garantías y por tanto sin control y sin límites, en la base de Guantánamo, custodiados por el ejército de los Estados Unidos, constituye una situación de imposible explicación y menos justificaciónâ€?.

El impacto de la revelación de que funcionarios españoles –cuando Federico Trillo era Ministro de Defensa, Ã?ngel Acebes de Interior y Ana Palacios de Exteriores-, habían llevado a cabo esa sigilosa e ilegal misión ha coincidido en el tiempo con el debate y votación en el Parlamento Europeo del “Informe sobre el supuesto uso de países europeos por parte de la CIA para el transporte y detención ilegal de prisionerosâ€?. El documento aprobado este miércoles por el Parlamento Europeo confirma y condena el empleo “sistemáticoâ€? por Estados Unidos de un programa de «entregas extraordinarias» –detención extrajudicial y encarcelamiento de sospechosos de terrorismo en países terceros– tras el 11 de septiembre de 2001.Desde mediados de los 90 la CIA ya venía usando el traslado de prisioneros a países sin garantías democráticas suficientes para poder interrogarlos o recluirlos a salvo de controles garantistas en materia de derechos humanos. Tras el 11-S los gobiernos europeos se involucraron bien activamente o mirando hacia otro lado en esa estrategia estadounidense de persecución al terrorismo. La CIA empieza a usar rutas civiles, aeropuertos y, al parecer, bases militares del territorio europeo (¿Rota? ¿Morón?). El destino de los prisioneros: cárceles desde Kabul a Guantánamo. En 2005 Human Rights Watch y The Washington Post denuncian los traslados ilegales y el Parlamento Europeo decide investigar los hechos.

Entre 2001 y finales de 2005, «al menos 1.245 vuelos» operados por la Agencia de Inteligencia estadounidense hicieron escalas en aeropuertos europeos, si bien no todos estaban implicados en detenciones extrajudiciales, según el informe. No se trata ya de sospechas o especulaciones sino de datos verificados, de hechos irrefutables y de enorme gravedad tal y como enfatizaba el eurodiputado italiano Claudio Fava, ponente del informe. Un informe que pone de manifiesto la imposibilidad de que tales prácticas no fueran conocidas y toleradas por los gobiernos europeos. Dicen las crónicas que el texto, especialmente crítico con Alemania, Rumanía y Polonia, fue suavizado un poco al final en pos de conseguir el mayor apoyo parlamentario. Finalmente, el informe –no vinculante para los gobiernos pero de gran calado político-, consiguió un respaldo muy amplio que no incluyó, sin embargo, a los eurodiputados del grupo popular dispuestos a hacer la vista gorda con tal de no incomodar a la Administración Bush en su “cruzada antiterroristaâ€?.

Tampoco se pudo incluir finalmente –llegó tarde la noticia-, una mención a esa actuación de los policías españoles en Guantánamo que acababa de desvelarse. Pero hizo reafirmarse a los eurodiputados en que, como ha declarado una representante del grupo liberal “demuestra cómo los países europeos colaboraron con Washington� y que los países de la Unión Europea han fracasado “en cumplir lo que predican, los derechos humanos�.

¿No fue José Mª Aznar quién defendió una vez que nunca se deben buscar “atajos en la lucha contra el terrorismo�? Ahora sin embargo, nada más desvelarse el episodio de nuestros policías interrogando en Guantánamo, sólo ha pensado en salir de la escena quizás para ganar tiempo mientras se fabrica alguna coartada que le sirva. Sólo así se explica su cancelación de una aparición en la Universidad de Georgetown (EEUU) alegando que se sentía “incómodo con la presencia de medios informativos españoles�.

¿Responsabilidades políticas? Conociendo al personaje, será difícil que asuma alguna. Por su parte, un impasible Rajoy decía desconocer cualquier dato sobre el asunto e instaba al Gobierno actual a informar sobre ello. Tampoco al portavoz Zaplana le dice nada Guantánamo. Como si la cosa no fuera con ellos.

Menos mal que desde la segunda fila algunos menesterosos han tratado de mantener el tipo. Así, Josep Piqué suponía que, aun no sabiendo nada de nada y descartando que esas cosas ocurrieran siendo él ministro –¡ahí le iban a pillar a él!-, “alguna razón habría para eso� aunque no se atrevía a mojarse más por falta de datos. Mientras, su compañera de filas y flamante fichaje Montserrat Nebrera, mas ligera de equipaje (es independiente en las filas del PP), se descolgaba con la necesidad de condenar los hechos si se confirmaba esa complicidad por parte del Gobierno del PP con el agujero negro de Guantánamo, en su opinión “un estigma en la tradición democrática� de EEUU.

Más en la línea de no reconocer ni ceder en nada, el diputado Gustavo Arístegui balbuceaba una improbable versión diplomático-judicial de lo ocurrido negando que «las conversaciones» mantenidas con los reclusos fueran interrogatorios y alegando que se trataba de una “misión diplomáticaâ€? y que el juez Garzón fue informado antes y después de las visitas (lo que ya ha sido negado por fuentes de la Audiencia Nacional). Asimismo, el diputado del PP aducía que otros países europeos organizaron visitas similares pero que España fue el primero que pudo sacar a un nacional de Guantánamo. Se trataba, en efecto, de Hamed Abderrahaman Ahmed, conocido como el ‘talibán español’. Precisamente el que dio lugar con su recurso judicial al duro reproche del Tribunal Supremo, antes reseñado, sobre los interrogatorios a los que fue sometido allí por funcionarios españoles. Ya es mala suerte que el diputado Arístegui olvidara ayer esa resolución del Supremo que no hablaba, desde luego, de “misiones diplomáticasâ€?.

Yo creo que se debería hacer caso a Rajoy. Debería el Gobierno informar de lo que hicieron esos funcionarios españoles, con qué finalidad, bajo qué órdenes, y si fuera necesario para completar la información, promover una comisión de investigación aunque esta posibilidad sea descartada -por ahora-, por los socialistas para “no entorpecer� las actuaciones judiciales en curso, según ha declarado el portavoz López Garrido. Puede que sea real ese riesgo de duplicidad de investigaciones o tal vez responda esa postura al deseo de no echar mas leña al fuego de la crispación. En cualquier caso, tanto en este asunto como en el de los vuelos secretos se ha abierto -como decía el eurodiputado Fava-, una puerta que ya nadie va a conseguir cerrar.

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