Escribir en tiempos revueltos

Lobisón

Al comienzo de Una habitación propia, Virginia Woolf explica que el tema de su conferencia podía haber sido una sucinta presentación de las escritoras británicas, incluyendo el debido homenaje a Gorge Eliot y Elizabeth Gaskell y algunas frases ingeniosas sobre ‘Miss Mitford’. O sea, Nancy Mitford, buena parte de cuyas novelas ha publicado en España la editorial Acantilado. Lo de las frases ingeniosas parece una maldad, un trato similar al que recibió en Estados Unidos Dorothy Parker, aunque ésta tenía un ingenio más desenvuelto: Parker es autora de la frase de que con un dry martini se sentía brillar, con dos acababa debajo de la mesa, y con tres debajo de algún tipo.

Mitford compartía un ingenio más british con Evelyn Waugh, con el que intercambió una larga correspondencia. Claro que Waugh, contra toda justicia, es conocido sobre todo por su plúmbeo Retorno a Brideshead, un lamentable ejemplo de los daños que la gracia del dios católico puede causar en el estilo y el sentido del humor (Chesterton no sufrió los mismos estragos, por cierto). Pero quizá es más fácil relacionarla, para un lector sin demasiados prejuicios, con P.G. Wodehouse, incluyendo sus descripciones del mundo de los grandes propietarios rurales ingleses.

En todo caso, ‘Miss Mitford’, en la época en que Virginia Woolf la menciona, no sólo no había contraído todavía matrimonio, sino que no había publicado ninguna novela. De hecho, las que la hicieron famosa y ha publicado Acantilado son posteriores a la guerra, con una notable excepción: Trifulca a la vista (Wigs on the Green, 1935). Pero esta novela no volvió a reeditarse en vida de la autora, por varias razones entre las que destaca que una de sus protagonistas, la espectacular adolescente Eugenia Malmains, es una bienhumorada caricatura de su hermana Unity Mitford, que resultó seducida por el nazismo (y por Hitler) hasta el punto de intentar suicidarse, en Munich, cuando Gran Bretaña entró en guerra con Alemania.

La sombra del nazismo y sus horrores hizo que Nancy Mitford considerara de pésimo gusto el tratamiento humorístico que se daba en su novela a los ‘camisas tricolores’, cuyo jefe, el capitán Jack, es a su vez una caricatura de Oswald Mosley, el jefe de los fascistas británicos, por el que otra de sus hermanas, Diana, abandonó a su marido. Para que no faltara de nada, Jessica (la penúltima de un total de siete), se unió a los comunistas a raíz de la guerra civil española, y vivió la mayor parte de su vida en Estados Unidos como militante del partido y del movimiento por los derechos civiles.

Se dice que los padres de las hermanas Mitford, cuando conocían a alguien, ante todo le aclaraban que ellos eran gente normal, aunque sus hijas estuvieran como cabras. La familia parece haber logrado mantenerse razonablemente unida, pese a la tragedia de Unity y a que Nancy escribió a la administración en contra de la liberación de su hermana Diana después de que ésta y Mosley fueran puestos bajo custodia durante la guerra. Puede que la considerara un verdadero peligro para Inglaterra o simplemente para sí misma. Charlotte Mosley, sobrina de Nancy y prologuista de la nueva edición de Trifulca a la vista, subraya los conflictos entre las hermanas para explicar la renuencia de Nancy a reeditar el libro, pero las razones dadas por la propia autora tienen sin duda su peso. El fascismo en el libro aparece como una respuesta excéntrica al fracaso de la clase política británica, no como un anticipo de la guerra y de Auschwitz. Es muy arriesgado escribir con buen humor en tiempos revueltos.

9 comentarios en “Escribir en tiempos revueltos

  1. Los tiempos también andan revueltos por aquí e igualmente hay quienes escriben. En este caso, Juio Anguita.

    » ……. La formación social que denominamos España está gravemente afectada por una gangrena que se extiende a los tres Poderes del Estado y alcanza a las más altas magistraturas del mismo. Ese cáncer es la corrupción que como una metástasis se extiende ya a casi todo el cuerpo social y provoca en el mismo un generalizado encallecimiento de la conciencia cívica. Los ladrones convictos son indultados, los incursos en investigación por delitos contra el erario público ven sus causas anuladas, los directivos de empresas, bancos y cajas de ahorros responsables de agujeros que luego se tapan con dinero público, marchan de los lugares que esquilmaron con jugosas y escandalosas pensiones, las instituciones encargadas de velar por el correcto funcionamiento de las entidades económicas miran a otra parte y permiten la escalada de quiebras, pufos y activos tóxicos; los encargados de administrar los fondos públicos para socorrer empresas en dificultades y trabajadores en las puertas del paro, medran con esos recursos, y el poder político balbucea excusas como si con él no fuera la cosa ¿Para cuándo la comisión de investigación sobre los Eres? ……. »
    http://www.larepublica.es/2012/05/las-lentejas-de-esau/

  2. MALAS COSTUMBRES
    Y digo malas costumbres en el contesto de que nos vamos acostumbrando a estar parados, a buscar trabajo y no encontrarlo, a que la prima suba y nos metan miedo, a que nuestro nivel de bienestar se vaya al carajo, a que los políticos metan la mano y no pase nada, a que los bancos roben y sus dirigentes sean premiados con cantidades millonarias, a que en las alturas de la justicia se vea normal lo anormal, a que nos quiten las tejas de encima, que nuestra educación sea relegada, a que la investigación sea mermada en sus recursos, a que la sanidad publica sen convierta en negocio y deje su carácter universal y gratuito, a que lo funcionarios vean mermados sus derechos y su sueldo, a que los interinos de educación y otras áreas pierdan su trabajo y en definitiva sus derechos, a que las cárceles estén llenas de roba peras y los chorizos campen a sus anchas y en definitiva hacer una costumbre de lo que no es mas que la perdida de los derechos por los que siempre se ha luchado. Yo pienso que cuando tengamos asumido todo esto y lo hagamos una costumbre, estaremos volviendo a la posguerra cuando pasar hambre era normal, cuando el analfabetismo era normal, cuando el ochenta por ciento estaba en la pobreza, cuando te podías morir si no te pagabas un medico y a coger la maleta por no pegarte un tiro. Si esas costumbres las consentimos y permitimos que sean restauradas, apaga y vamonos porque esto son malas costumbres.

  3. ¿Y si nos relajáramos un rato, lo que duren el descenso de la prima de riesgo y la subida de la bolsa?

  4. Pasmado me quedo de la sabiduría y erudición literarias de Lobisón. Y yo que siempre había pensado que Evelyn Waugh era mujer. Sólo en inglaterra un hombre puede llamarse Evelyn. Me parece que el único que podría dar cumplida respuesta a este artículo de Lobisón es Van den Broek, que también está como una cabra, con perdón.

    Por cierto, ¿no les echa para atrás la cara del nuevo director de televisión española? Es como la quintaesencia de la clase media alta paleta española.

  5. Don Cicuta, ¿no puede uno tomarse un día de relajo mientras la prima de riesgo baja y la bolsa sube? A saber si esto volverá a pasar.

  6. Vengo de la estratosfera muy mosqueao.
    He estado hablando con Dios y me ha dicho que no coma mas yogurt con nata….y ¡se ha marchado el muy gashó!.
    Estoy convencido de que Dios nos ha abandonado.
    Si les sirve de consuelo…luego se me ha aparecido La Virgen Maria rodeada de querubines y se ha reido de mi,¡ en toda mi cara!.
    En fin, a veces pienso que la prima de riesgo es una alucinacion creada por parasitos terrestres.
    Que pereza me da ser realista….JAJAJA…que nervios.

  7. Estoy contigo, Amistad. A mí también me da pereza ser realista. Me parece todo una pesadilla.

  8. La ventaja de que nadie se tome en serio el post es que nadie repara en los errores: los libros de Nancy Mitford no están publicados por Acantilado, sino por Libros del Asteroide.

Deja una respuesta