El golpe en Honduras

Lobisón

La buena noticia era que en los últimos treinta años la democracia se había convertido en el único juego aceptable en la política latinoamericana, y que los golpes militares se habían convertido en algo del pasado. Cierto que lo que hizo Fujimori en 1992 fue un autogolpe de acuerdo con los militares, pero la convocatoria posterior de elecciones permitió disimular los hechos hasta que el fraude de 2000 agotó la paciencia de la comunidad internacional.

 

Ahora la crisis hondureña ha replanteado el dilema que en 2002 suscitó el efímero golpe contra Chávez en Venezuela. Latinoamérica no puede aceptar que las fuerzas armadas saquen y pongan presidentes, independientemente de la opinión que éstos merezcan. De nuevo hay unanimidad en exigir la reposición del presidente Manuel Zelaya y en repudiar la intervención militar.

 

La situación en Honduras, sin embargo, es bastante complicada. Antes de ser sacado de su casa en pijama y llevado a Costa Rica —donde compareció ante la prensa aún en pijama, para subrayar la afrenta a la que había sido sometido— Zelaya no sólo se había enfrentado con el ejército, sino que también había sido repudiado por el Congreso, y por su propio partido, por intentar imponer un referéndum declarado ilegal por el Tribunal Supremo Electoral.

 

Hace muchos años, antes incluso de que a Don Cicuta se le agriara el carácter, se discutió mucho si las desdichas de la democracia en América Latina no eran en buena medida fruto de la doble legitimidad que introduce el presidencialismo que es la norma en la región. En un régimen parlamentario, si el Legislativo desautoriza al gobernante éste deja de serlo y se debe nombrar uno nuevo. En un régimen presidencialista, en cambio, el gobernante no es nombrado por el Congreso sino por el voto directo de los ciudadanos, y un enfrentamiento entre el Ejecutivo y el Legislativo no tiene solución política.

 

Se supone que el próximo adjunto para asuntos latinoamericanos de la Secretaría de Estado de Obama va a ser Arturo Valenzuela, un académico chileno —profesor en Georgetown— que fue un activo participante en aquella vieja polémica sobre parlamentarismo y presidencialismo, así que no sería raro que la cuestión resucitara en los próximos años. En la academia el ‘ciclo del producto’ depende mucho de la existencia de patrocinadores. Pero hoy por hoy Honduras es un régimen presidencialista.

 

En estas condiciones resulta difícil imaginar la situación que se crearía si Zelaya regresara y fuera reinstalado como presidente. ¿En qué situación quedaría además el nuevo presidente nombrado por el Congreso, Roberto Micheletti? Si la presión internacional fuera suficiente para ello quizá se pudiera intentar pactar su dimisión a cambio de la renuncia de Zelaya y del nombramiento de una tercera personalidad, pero es muy improbable que Zelaya acepte si no le garantiza la celebración de su referéndum para cambiar la Constitución y hacer posible su reelección. Y ese referéndum sólo sería posible si el Tribunal Supremo Electoral contradijera su propio dictamen.

 

Puede que la Organización de Estados Americanos logre imponerse, dada la importancia de la cooperación internacional para la economía hondureña, pero en todo caso es previsible una grave crisis institucional. Y ante esta circunstancia la mayor parte de los observadores están optando por tomar partido en función de sus preferencias políticas. Los detractores de Zelaya sostienen que éste es un aliado de Chávez, y que su reinstalación sería un nuevo paso para la hegemonía del chavismo en la región. (Los más pesimistas incluso presuponen que el próximo en caer bajo su influencia sería el nuevo presidente panameño, el empresario Ricardo Martinelli, lo que parece un alarde de paranoia imaginativa.)

 

Quienes condenan el golpe, en cambio, argumentan a menudo que los problemas de Honduras son consecuencia del enfrentamiento con Zelaya de la oligarquía hondureña —de la que él, por cierto, procede y forma parte—, y prescinden del nada despreciable problema de la crisis institucional a la que ha conducido su empecinamiento en convocar el referéndum para cambiar la Constitución.

Por otra parte Micheletti, el presidente nombrado por el Congreso, está haciendo todo lo posible para empeorar su imagen al decretar medidas de excepción, lo que recuerda bastante la actuación de Pedro Carmona, el presidente por un día que intentó sustituir a Chávez en abril de 2002. Parece que el golpista latinoamericano tropieza siempre dos veces en la misma piedra.

13 comentarios en “El golpe en Honduras

  1. En Latinoamérica se ha pasado de una época en la que los golpes militares eran la tónica a jugar a la democracia con las cartas marcadas para no necesitar de tener que dar el golpe. Unos lo consiguen de primer intento y otros tardan más en conseguir que el juego les favorezca. Aparentemente Honduras está en el proceso de adaptación al sistema.
    Acabamos de vivir las democráticas elecciones en Irán, con el resultado que se conoce tanto en lo referente a la limpieza del escrutinio como a la racción del mundo mundial a lo que claramente se sabe que fué un pucherazo. No se sabe si el que ganó lo hizo por mucho, por poco, o si perdió, el caso es que la gente votó, que es lo importante, otra cosa es como se hace el recuento ….. no se va a tener todo.
    Presumo que en Honduras al final se hará lo que determinen los que manden allí. No tengo ni idea de quien manda allí, pero nos vamos a enterar pronto.

  2. Buenos dias Lobisón,caballeros callejeros y cabelleras al viento:

    La solución para Honduras,seria que el Gobierno español mandara como delegado de justicia universal para el pueblo hondureño a Federico Trillo.
    ¡¡Viva Honduras!!….jeje.

    Lo de Honduras me recuerda una frase de Groucho Marx:

    «La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnostico falso y aplicar después los remedios equivocados».

    Por otro lado:
    Lo de Mariano Rajoy tambien me recuerda otra frase Marxiana:

    «No permitiré injusticias ni juego sucio, pero, si se pilla a alguien practicando la corrupción sin que yo reciba una comisión, lo pondremos contra la pared… ¡Y daremos la orden de disparar!»

    Claro está que a veces pienso que deberia aplicarme el cuento Grouchomarxiano a mi mismo:
    «Es mejor estar callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente»… jeje.

  3. Felicito a Lobisón por su análisis de la situación creada en Honduras a partir del «nada despreciable problema de la crisis institucional» originada por el propio Zelaya al convocar un referendum ilegal. Yo por algo será que me había fijado en ese aspecto especialmente. Me parece muy bien la contundencia de la condena internacional al golpe del nuevo Presidente, pero hay algo tramposo en todo esto. Lo mismo que en el caso Chavez: no se permite el golpe, por supuesto; pero, en cambio sí se tolera -porque no queda otro remedio, entre otras cosas- que los presidentes en funciones cambien la constitución y se perpetúen en el poder, a la vez que van recortando libertades, etc (miren el caso Chavez, como un ejemplo, citado por algún tertuliano como presidente de la izquierda). En definitiva, la encrucijada es muy compleja y no podía estar más de acuerdo con el análisis de Lobisón, que la desentraña divinamente. Por cierto, su discusión sobre el problema de los regímenes presidencialistas vs. parlamentarios me ha gustado mucho y creo que arroja luz sobre el problema. Gracias.

  4. Gracias Lobisón. Con tu permiso, quiero primero agradecer los comentarios de ayer, no pude conectarme a internet en todo el día. Espero que retomemos el debate en otro momento, Teoura. Y agradezco especialmente las clarificaciones y la información de Sicilia. Sí es suerte contar con alguien que lo explique así, y mala suerte que haya tanta brecha entre los expertos y los líderes de opinión, políticos o periodisitas.

    En cuanto al tema de hoy, no estoy completamente seguro, pero creo entender que se achaca buena parte del problema al asunto del diseño institucional, tal vez demasiado. Es cierto que pueden faltar mecanismos adecuados para arbitrar conflictos institucionales, pero también es cierto que ha sido un golpe de estado con todas las letras, algo que va mucho más allá de una crisis institucional. Téngase en cuenta que lo que proponía Celaya era algo muy parecido a una «consulta sobre la consulta» estilo Ibarretxe y que, en todo caso, no entraría en plazo para poder ser él el reelegido, si finalmente la consulta final se programara. Y téngase en cuenta que, por lo que dicen los expertos, en Honduras no se mueve una hoja sin el consentimiento de las élites partidistas, que controlan todas las instituciones: parlamento y tribunal electoral, que son las que claramente se han opuesto al presidente. Parece una crisis del partido liberal, que ha ido contra un egresado díscolo de sus filas (oligarca, sí, metido a salvador del pueblo) y posiblemente parte de una estrategia para mantener la hegemonía partidista (y de lo que representan).
    No simpatizo con el chavismo ni con los presidentes que se ponen el sombrerito para dar mítines, pero ni en Honduras ni en lugar alguno se debe ser tolerante con las asonadas militares. Me congratulo de que la OEA condene el golpe, y las cirsis institucionales que se arreglen por vías políticas.

  5. Muchas gracias a Lobisón por su artículo. Y por sus aclaraciones sobre el parlamentarismo y el presidencialismo. No sé nada sobre Honduras, pero creo que los golpes militares no deben ser tolerados nunca, por poco que nos guste el presidente derrocado.

    Honduras me trae a la cabeza, como a Amistad Cívica, al insigne representante del Partido Popular en la Comisión de Justicia. Y me trae también una anécdota personal de las más desagradables que me ha tocado vivir. Les cuento:

    Hace varios años, no sabría decir cuántos (igual don Cicuta todavía no tenía el carácter agriado o igual sí, quién sabe) y por eso no sé quien sería el presidente hondureño a la sazón, tuve que hacer una gestión de muy pocos minutos en la calle Rosario Pino de Madrid. Di varias vueltas con mi coche sin encontrar dónde dejarlo y de pronto vi un hueco y lo dejé, sin dar demasiada importancia a la señal correspondiente a aparcamiento del cuerpo diplomático. La gestión duró no más de 3 minutos, pero cuando fui a recoger el coche me encontré con que un cochazo americano con matrícula diplomática me lo había bloquedado. Con el consiguiente disgusto, le pregunté al portero de la casa delante de la que estaba mi coche y me dijo que el cochazo pertenecía a la Embajada de Honduras, que estaba en el cuarto o quinto piso. Subí muy compungido y expliqué mi caso, presentando las consiguientes disculpas, a la señorita que me abrió la puerta, pidiéndole por favor que alguien bajara a retirar el coche. Me dijo que el embajador estaba reunido y que era el único que sabía conducir. Le pregunté que cuánto duraría la reunión para esperar y me dijo que no tenía ni idea. Pasé a un salón donde estaba ella y entró a una sala contigua a decírselo al embajador, que respondió dando unas carcajadas descomunales. Me dispuse a esperar y el tal embajador seguía a carcajada limpia en el cuarto de al lado. Después de media hora le dije a aquella individua que le dijera al embajador que yo tenía una reuníón con alguien importante (era verdad) a la que iba a llegar tarde y que esa persona iba a estar enterada de lo que me estaba haciendo. Entró a decírselo y las carcajadas fueron mayores. Entonces me dijo que si quería, que le preguntara «al coronel» si quería bajar él a quitar el coche. Y me llevó a otro pequeño cuarto donde había un gorila de tamaño natural que me mandó directamente a la mierda. Volví a la sala y dije que iba a llamar a la polícia para que vinieran a retirar su coche y me dijo que aquello era territorio hondureño y que no me molestara, que la policía no iba a hacer nada. Después de DOS HORAS Y MEDIA, y a punto de darme una ataque de algo, después de proferir infructuosamente todo tipo de amenazas, me fui sin mi coche y en un taxi. Lo recogí por la noche.

    Yo no sé si los gobernantes hondureños y sus representantes diplomáticos habrán cambiado mucho desde entonces, pero me da la impresión de que no demasiado, ni el depuesto ni el impuesto.

  6. Dado que por ahora Micheletti no ha hecho ni caso a la condena unánime de la OEA, más que debatir sobre institucionalismo o presidencialism, deberíamos debatir cuándo se envían los cascos azules a Honduras… Ahora que está en el poder, mantendrá bien callado a Zelaya y organizará unas elecciones «demostrativas» en 6 meses para consumar por las urnas su golpe militar, porque Obama dejará bien claro que, si sale de nuevo Zelaya, desaparecerá toda ayuda a Honduras…

  7. Noticia de última hora:

    El ex presidente del Foro Ermua, Mikel Buesa, abandona la formación política UPyD.

  8. Dos muy breves, que estoy de «Ã¡ngel de la guarda» hasta las nueve de la mañana:

    – Una pequeña bromita sobre lo de Centroamérica que me manda mi amigo Rafa Guardiola: «Ya sabía yo que aquel Viva Honduras de Trillo traería funestas consecuencias»

    – Mikelone, se va el caimán: yo ya lo aventuré cuando les truje aquella suculenta reunión de Consejo Nacional del Movimiento que rechazó las listas internas que algún pez gordo de la formación pillaría puerta. Como resultado de aquella cita, en la que dicho órgano rector de Unión Progreso y Pan con Queso se riló en lo que al resto de la sociedad proponen como medida estrella de «regenerasión» se produjo la primera gran purga, la pequeña «Revolución Cultural» de la «Gran Timonel» de Sodupe, los primeros ceses y expedientes de suspensión de militancia, y los primeros brotes de crítica interna que empieza a ser organizada.

    Esto se parece mucho a Gilipollans: primer éxito electoral, ínfulas de regeneración y de nuevos aires frente al ambiente viciado de los partidos «tradicionales», primeras disensiones una vez se tienen ya tres sillas y dos pupitres, ceses, expulsiones, corrientes internas organizadas, etc …

    Si ya lo decía yo: «cuidao con los juegos de manos, que acabaréis por pegarsus y facersus daño».

    Buenas noches.

  9. PMQNQ 5 deberia emplear frases de Grocucho Marx en su relato :

    Las frases quedaria mas o menos asi:

    «Debo confesar que nací a una edad muy temprana».Hace varios años, no sabría decir cuántos (igual don Cicuta todavía no tenía el carácter agriado o igual sí, quién sabe,es «tan viejo que recuerda a Doris Day antes de que fuera virgen».)
    ……
    Después de media hora le dije a aquella individua que le dijera al embajador que yo tenía una reuníón con alguien importante (era verdad) a la que iba a llegar tarde y que esa persona iba a estar enterada de lo que me estaba haciendo. «No piense mal de mí, señorita. Mi interés por usted es puramente sexual». Entró a decírselo y las carcajadas fueron mayores……jeje.

    ¡¡Viva Honduras!!

  10. Llego a casa después de un agotador viaje, en el que he tenido que discutir con socialistas vascos, gente rocosa y terca, y me encuentro con las alusiones groseras de Lobisón a mi persona, siempre humilde por lo demás. Pensaba contratacar como merece la ocasión, pero la divertida noticia de la salida de Buesa de UPD, sin duda el más insigne antietarra de discoteca de la historia de la humanidad, me ha levantado el ánimo.

    Si no me equivoco, el parlamento hondureño, en claro abuso constitucional, había iniciado un proceso de impugnación o impeachment del presidente a cuenta de su salud mental. Quizá el referéndum que quería Zelaya no fuera muy constitucional, pero la reacción del legislativo declarándole lunático tampoco contribuye a mejorar las cosas. Ya se declaró loco en Ecuador al «loco» Bucaram en los noventa y acabaraon en un sainete en el que tres personas declaraban ser simultáneamente presidentes del país: el propio presidente Bucaram, su vicepresidente, y el presidente del congreso. me temo que si Zelaya regresara, se podría producir algo parecido, que supongo que nadie desea.

    Total, que la situación es extremadamente liosa y tampoco veo qué se puede arreglar si Zelaya regresa y tiene a todo el mundo en contra, incluso a los que antes eran los suyos. En esas circunstancias, me parece que lo más sensato es que EEUU impusiera unas nuevas elecciones en las que se hiciera tabla rasa o algo similar. No creo que nadie lo aceptara, aunque si Obama levanta la voz…

    Obama tiene un vicio parecido al de ZP: le gustan los académicos, que como sabe hasta el más ignorante son todos unos inútiles y siempre se equivocan. Es verdad que no es lo mismo un académico norteamericano que uno español, pero ni por esas me convence la jugada. Dicho esto, vayan todos mis respetos por Arturo Valenzuela, aunque quien de verdad se sabe bien la historia del presidencialismo es el brasileño Cheibub, que también anda en tierras de Obama.

  11. Gracias a todos los esforzados comentaristas. Quizá yo soy un pardillo, pero no creo que ni el actual adjunto para asuntos latinomericanos, Tom Shannon, ni su probable sucesor, Arturo Valenzuela, vayan a apoyar una salida autoritaria en Honduras, y me parece bastante evidente que Obama no es Nixon. El juego va a jugarse en casa, con los partidos y la ‘clase política’ contra Zelaya, y lo que no sabemos es si esto será el comienzo de un movimiento popular a su favor.

  12. Don Cicuta, no se enfade, que todos le queremos como es.

    A Zelaya el Congreso le podría haber abierto un juicio político por ignorar al Tribunal Supremo Electoral o por haberse demenciado (aunque esto resulte poco serio), pero no lo ha hecho. Ese es el problema, le ha sacado el ejército sin más.

  13. El golpe de Honduras puede tener consecuencias graves si la OEA y EEUU no son capaces de encontrar una transacción entre Zelaya y los partidos políticos hondureños (entre otros el liberal al que pertenece o pertenecía). ¿Por qué han sido tan torpes los golpistas conociendo lo que pasó en Venezuela con el golpe contra Chavez y sabiendo que el presidente de EEUU no es ni Bush ni nadie de derechas? Creo que lo que pasó es que las clases medias y altas suramericanas están acojonados con la extensión del demagógico Chavismo. Honduras está al lado de Nicaragua, ya convertida al chavismo. El golpe ha sido consecuencia de eses terror a la consolidación del chavismo. Lo que está pasando en Venezuela es grave: cadenas de televisión clasuradas, destitución de politicos que ocupan puestos por elección acusados de corrupción por unos tribunales de justicia totalmente nombrados por Chavez, ejemplo el Alcalde de Maracaibo, expulsión inmediata de cualquier político extranjero que venga a participar en actos en que se critique a Chavez, racionamiento de divisas extranjeras que no se conceden a importadores que no sean adictos al Chavez.

    A pesar de todo ello, no se puede consentir un golpe militar. Es la mayor prueba que tiene Obama y la CE de que son defensores de la democracia. Contra el chavismo hay que apoyarse en Lula y otras democracias suramericanas a las que EEUU y la CE deben dar todo su apoyo moral.

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