El aborto, la opinión pública y la infancia

Alberto Penadés 

¿Divide el asunto del aborto a los españoles, como afirma Rajoy? Bueno, inevitablemente, en éste como en cualquier otro, hay división de opiniones. El dato más reciente del CIS (que ya es antiguo, febrero de 2008) indica que un 24% de los españoles no están de acuerdo “en ningún caso” con el aborto, mientras que un 38% sí están de acuerdo, aunque algunos digan tener reservas. El 35% afirma estar de acuerdo “en casos específicos”.  Así pues, es evidente que hay una inmensa mayoría que acepta, al menos, la lógica de los supuestos, y el grupo más numeroso lo acepta sin ceñirse a esa lógica. Con todo, se podría decir que uno de cada cuatro sigue siendo mucha gente que se opone, pero oponerse no quiere decir que, necesariamente, que se requiera que se legisle y persiga de acuerdo con la propia conciencia.

 A quien sí divide es a los electorados, especialmente al del PP. El 43% de los simpatizantes del PP rechazan frontalmente el aborto, pero un número parecido (el38%) lo aceptan en algunos supuestos (posiblemente, de forma parecida a la prevista por la actual ley) y un 20% lo aceptan sin más. Es lógico que no hicieran nada mientras gobernaban. La lógica de proponer una restricción en la regulación de la práctica del aborto está mucho menos clara: el electorado de centro es en este sentido perfectamente representativo del conjunto de la sociedad, y sólo uno de cada cuatro centristas muestra una actitud de oposición al aborto. No es creíble que vayan a hacer nada en el futuro, si quieren a esos electores y, como creo que delata la presencia de Cospedal en la manifestación, a quien se le puede atribuir cierto liberalismo en temas de fe y costumbres, de lo que se trata es de intentar desgastar. (Por cierto, no se pierdan los blogs del manifestómetro y de malaprensa para repasar la magnitud de las mentiras “periodísticas” sobre la asistencia a la manifestación). 

¿Están las actitudes hacia el aborto más allá de la división entre izquierdas y derechas, como afirma Bono? En realidad, no. Aunque al menos uno de cada cinco simpatizantes del PSOE piensa como él, cerca de la mitad de los electores del PSOE tienen actitudes de aceptación del aborto más allá de supuestos específicos. Lo que está dividido es el centro político, en el que, ampliamente definido, reside Bono y un grandísimo número de españoles, pero es una división con una mayoría clara en un sentido. Por lo demás, en la izquierda hay posiciones cercanas al consenso, si tal cosa se puede encontrar en asuntos de opinión. La gran mayoría de la izquierda (entre el 50% y el 70%, dependiendo del grado de izquierdismo) se muestra tolerante con el aborto, incluso sin necesidad de pensar en supuestos específicos. El consenso a la derecha es simplemente menor, porque el centro de gravedad de la población española en este tema cae del lado de la tolerancia, y sólo en los muy de derechas es posible encontrar una mayoría que se opone incondicionalmente al aborto.

 Hasta mediados de los años 90 se hacían encuestas abundantes sobre la cuestión del aborto, con resultados interesantes. Desde entonces, apenas aparece la cuestión en las encuestas “a la juventud”. Para la población entre 16 y 29 años debería ser un asunto que decide sólo la mujer (alrededor del 55%), mientras que el resto creen que “la sociedad debe poner límites” o lo prohibirían. El último dato de este tipo lo difundía hace dos días Público, equívocamente por cierto, como si se tratara de una encuesta a la población española en general. Los jóvenes no van a responder fácilmente que la sociedad debe limitar el ejercicio de un derecho. A los que el aborto no nos parece un derecho inalienable, aunque estemos a favor no sólo de la ley actual sino de las mejoras que quiere introducir el gobierno y, en general, de una ley de plazos, la pregunta nos parece capciosa.

 El aspecto que tal vez sea más polémico de la futura ley, la autonomía de las niñas de 16 años para decidir abortar sin información ni consentimiento de sus padres o tutores, fue tocado indirectamente hace unos quince años por una encuesta y, curiosamente, era el único supuesto que dividía a la opinión a partes iguales (se preguntaba simplemente si el mero hecho de ser menor podía ser una razón para abortar legalmente). Para mí, esta nueva ola de debate debería llevarnos a pensar qué significa la infancia y qué valor le damos. Yo me confieso a oscuras cuando a los mismos sujetos se las trata, incluso por una misma ministra, como niñas o como mujeres, dependiendo del caso al que se refiera en sus declaraciones.

 Recientemente hemos visto como una parte del mundo del cine se revolvía contra la posibilidad de que Polanski sea juzgado por engañar, drogar y, al parecer, violar a una niña de 13 años en casa de Jack Nicholson. También hemos sabido que, ante la intervención de la policía de Londres, se ha retirado una foto de Brooke Shields desnuda, a la edad de diez años, de una exposición de arte de la Tate Gallery. Soy de los que piensan que la madre de la actriz, que encargó la fotografía en su ansia de crear una estrella, merecería un severo castigo corporal si es que alguien lo merece (la Shields ya hizo de prostituta infantil en una película a los 11, y apareció desnuda a los 12). Algunos defienden el valor artístico y documental de la foto. Yo supongo que lo tiene, por qué no.

 Creo que el rechazo absoluto a Polanski, a la madre de la Shields y a los papanatas del aura artística es progreso moral, y va en la dirección de proteger la infancia en tanto que no aceptamos que la idea de consentimiento responsable sea concebible a ciertas edades. También creo que no buscar una solución al problema de embarazos indeseados en la franja de edad donde estos son más problemáticos, y muy numerosos, es hipocresía. Pero no me encaja la solución retórica de empezar a referirme a las niñas como mujeres y a cubrir con el manto de los derechos lo que, en otro contexto, tal vez describiríamos como decisiones irresponsables. No sé qué pensarán ustedes, yo simplemente no lo tengo claro.

58 comentarios en “El aborto, la opinión pública y la infancia

  1. 48

    Joer Jon, no compliques la cosa, hombre. Dar a entender que un católico puede ser otra cosa distinta que mero, e incondicional, seguidor de los prelados pederastas, teniendo, además, propia opinión en temas conflictivos, abre posibilidades imprevistas y que pueden desequilibrar la buena marcha del blog.

  2. Amigo Fernando, yo soy un católico incondicional …. en lo que se refiere a la Palabra. Y en eso nada tiene que ver la jerarquía. O sea, soy un puto hereje. Me quemaría alguno si pudiere.

    Un abrazo.

  3. Ya, más en serio, el tema del aborto es de los que está haciendo diverger más a la España rural de su histórico alineamiento con el voto y pensamiento socialista oficial. Al menos en Andalucía y Extremadura, donde me suelo mover por toda su geografía en excursiones venatorias semanales (Bermejo os manda recuerdos). No hay un bar de pueblo en el que no se escuche en la barra hablar del tema aborto y la pretendida desvinculación de los padres a la información previa como de algo aberrante. Y en esos locales son hombres los que comentan sobre ello …. las mujeres ya podreis imaginar. Presumo que será en las grandes urbes donde pueda haber más seguimiento al planteamiento de la ministra Aido, contrariamente al sentido del voto ciudadano, que es en las zonas rurales el que consolida al PSOE en ambas comunidades.

  4. bueno bueno Fernando… qué bares… qué hombres en el bar hablando del aborto… en cada pueblo… qué mujeres no se sabe donde hablando vete tú a saber de qué… la imagen es total…jajaja… por ellos y para ellos la mejor solucion es lo que dice Ricardo Parellada: “Con los debidos respetos, a mí me parece que, para bien o para mal, lo que piensa la gente no condiciona tanto, o no debería condicionar tanto, lo que es posible en una democracia. …… El negro y sus chicos no apelaron a lo que pensaba la gente, sino a lo que la gente debía pensar si querían tomarse a sí mismos en serio.”

    Como han dicho antes, que se apruebe la ley ya y punto.

    Saludos!!

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