Conthe quiere contar algo

Jelloun

¿Quién dijo que una entidad como la Comisión Nacional del Mercado de Valores debía resultar aburrida?  Este tipo de instituciones requieren, decía en un editorial reciente el diario El País,  “de una especial capacidad técnica, gran discreción y excelente oficio, sus funcionarios deben saber guardar las formas y sus responsables, medir las palabras y administrar sus silencios�. O sea, más o menos, lo contrario de lo que la CNMV, o mejor su  aún Presidente Manuel Conthe, está exhibiendo en estos días.

Sabíamos que la CNMV resultó ser una de las principales, si no la mayor, de las víctimas colaterales de la batalla por Endesa. Al ser rechazada por el Consejo de la CNMV, y en dos ocasiones, su postura favorable a sancionar a Enel y Acciona por comprar acciones de Endesa antes de lanzar la Opa –en plena contraofensiva a los planes de E.On-, Conthe decidió ser protagonista al menos en su despedida. Como cantaba Cecilia “sería la novia en la boda, el niño en el bautizo y el muerto en el entierro, con tal de dejar su sello�. Al condicionar su dimisión a la previa comparecencia ante el Congreso de los Diputados y no ante el Gobierno que es quien lo nombró, no sólo inauguraba, creo, un nuevo e insólito formato de dimisión –forzando a la audición obligada de su discurso por los representantes de la soberanía nacional-, sino que generaba una expectativa y una crisis en el propio ente regulador -que amenazaba con prolongarse tanto cuanto durara el forcejeo-, con el daño que esa inestabilidad debe provocar en la “imagen� de España en los mercados bursátiles.

Por supuesto, en cualquier momento el Sr. Conthe podía haber desgranado –en rueda de prensa por ejemplo-,  todos sus puntos  de vista sobre la batalla de la OPA de Endesa o cualesquiera otros que tuvieran que ver con esas insinuadas contradicciones entre la política industrial del Gobierno y las normas del mercado de valores, o sobre las controversias internas en la misma CNMV, asuntos todos ellos a los que se ha referido estos días  en sus declaraciones. Declaraciones hechas  con cuentagotas, como si quisiera aportar misterio y emoción a un asunto en el que no parece asomar nada más que orgullo herido y la inevitable dosis de narcisismo (nada ajenas ambas cosas al mundo aparentemente gris y tecnocrático de los mercados bursátiles y las finanzas;  véase, como muestra,  lo que está ocurriendo con el escándalo de Wolfowitz). El empecinamiento parece tener que ver más con la cuestión formal que con el fondo.

O sea, nadie parece albergar temor alguno –ni, en verdad, un extraordinario interés-, por conocer lo que quiera revelar Conthe. Ni siquiera debe esperar mucho de ello el partido de la oposición que estos días jalea la estrambótica actuación de Conthe con el argumento de que es la suya una  muestra de dignidad “muy saludable para el sistema económico español� y una forma de “preservar el prestigio de los organismos reguladores� en contra de la imagen de “república bananera� que estaría dando el Gobierno, responsable con su actuación del “mucho daño a España, a la economía española, al prestigio de las instituciones y al bienestar y riqueza de los españoles�. Son cosas de Rajoy. Aunque el panorama debe ser aún más aterrador si hacemos caso al diputado Arias Cañete según el cual en este asunto el gobierno “ha hecho saltar por los aires todas las instituciones�. Pero todas, todas. Casi nada. 

Finalmente, parece que la solución airosa para dar salida a esta crisis absurda provocada  por Manuel Conthe consiste en hacer posible su inmediata comparecencia en el Congreso con el pretexto de la presentación de la memoria anual de esa Comisión del año 2006 que aún no estaba concluida. (Es otra original aportación española: así como es típico inaugurar obras inacabadas en épocas electorales o reinaugurarlas varias veces, patentamos ahora la presentación en el Parlamento de Memorias anuales sin concluir). El caso es que así  se consigue dar satisfacción al interés de Conthe sin ceder en su pretensión de ser citado formalmente por la Comisión de Economía del Congreso para explicar allí las razones de su renuncia y sólo entonces hacerla efectiva. Será el próximo martes 24 de abril, justamente al día siguiente de que este hombre de rostro torturado cumpla cincuenta y tres primaveras.

Aunque todo es posible. No hay que descartar nuevas sorpresas. Según contaba El País, ayer mismo, al dar cuenta del ambiente actual que se vive en la CNMV “fuentes cercanas a Conthe han asegurado que este ya no está tan convencido y que ha llegado a comentar a sus íntimos la posibilidad de no hacerlo en aras a la independencia de la CNMV�. De hecho, se había rumoreado en las últimas horas que la dimisión iba a producirse ayer, una vez conseguida su comparecencia ante los Diputados.

Solicitó esa comparecencia a través de un comunicado leído ante  los periodistas el pasado viernes  en el que defendía la necesidad de someterse a control por el Congreso y no por el Gobierno. Un comunicado en el que a la vez que lamentaba la pérdida de confianza en su persona por parte de su, hasta entonces, valedor, el ministro Solbes,   pronosticaba una recuperación de la CNMV que saldría fortalecida de esta “catarsis� actual. De hecho, finalizaba, en clave lírica, evocando unos versos de La Eneida, de Virgilio, que al parecer ya habría citado en alguna otra ocasión en la que como fiel escudero de Solbes le tocó lidiar alguna batalla “monetaria� en Bruselas: “Quizá algún día será incluso agradable recordar estas cosas�.

Hace un par de días, se dejó ver en público en la presentación de un libro –de sugerente título, por cierto, “La batalla por el alma del capitalismo�-, y tras soltar un segundo comunicado a los periodistas se encontró con el aplauso de unas decenas de personas allí presentes. Lo que, no estando aparentemente revisto,  complació a Conthe. Acaso sea verdad que este enigmático personaje – una inteligencia fuera de serie� según elogio de Solbes-, tenga sus seguidores e incondicionales. A ellos se debía referir la Wikipedia en la correspondiente reseña biográfica de nuestro hombre (que ya incorporaba ayer mismo la fecha de su discurso de despedida):

“Fue habitual columnista (Expansión, El País,…), sobre temas de la vida cotidiana a los más complejos asuntos de la política y la economía española, en que sagazmente mezclaba conceptos de ciencias sociales, económicos y teoría de juegos con agudeza intelectual y amplia cultura, hasta su nombramiento como presidente de la CNMV de España; a punto de formalizar su dimisión anunciada tras la comparecencia del próximo 24 de abril ante la Comisión de Economía del Congreso, muchos de sus seguidores esperan poder pronto retomar la cita semanal con sus columnas.â€?

Con un personaje así, como he dicho ya, todo puede pasar. Seguramente nada trascendente, nada que altere más de lo que ya lo está  la estabilidad de la CNMV o encrespe a  los mercados, o que haga saltar por los aires alguna otra institución. Hasta puede que, tras tanta emoción artificialmente hinchada a cuenta de esta autoconvocatoria, la exposición de Conthe no aporte mucho más que aburrimiento a sus señorías. A no ser, se me ocurre, que opte por leerles fragmentos poéticos de Virgilio. En ese caso, sí que sería inolvidable la sesión parlamentaria.

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