Daguerrotipos durante la Gran Crisis

Arthur Mulligan

II. El cerco del populismo institucional

Radicalidad institucional

que fue ayer cuando la clase media veía con simpatía a sus hijos sentados en las plazas y frustrados principalmente porque en el ascensor social colgaba un letrero de avería. Acampaban con sus ordenadores portátiles mostrando un nuevo espíritu de autonomía y aversión a los partidos tradicionales, vigilando la pureza del movimiento respecto a todo intento de manipulación y, en resonancia, con cuanto ocurría en otras ciudades, principalmente de occidente.

Se denunciaba el espíritu de casta y su exclusión de facto de un mundo laboral en plena reconfiguración mundial en el que ocupaban el papel de nuevos parias. Sigue leyendo

Tergiversar el debate o «enmarcar»

LBNL

Son unos maestros. Me refiero a la derecha, al PP. En cuanto a «nosotros», más vale que aprendamos, de una vez y en serio, que no basta con tener la razón de nuestra parte, incluso cuando la tenemos, que eso es otro cantar. Además, hay que saber articularla centrando el debate sobre lo que de verdad importa. Si leyeron Vds. «Don’t think of an elephant» (No pienses en un elefante) del científico cognitivo George Lakoff pueden dejar de leer ya mismo porque lo que sigue es un remedo de aplicación de su brillante obra a la situación política española.

Lakoff diagnostica por qué la derecha norteamericana es mucho más eficaz a la hora de fijar los términos del debate de forma ventajosa para sus intereses. Para empezar, invierte más dinero en investigar y formar a sus «cuadros» y adalides, que debaten y unifican sus posiciones antes de salir a tomar al asalto las tertulias mediáticas todos a una, como si no tuvieran diferencias. Las tienen pero tienen claro que tienen un enemigo común.

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Chatarra

Barañain

Más de una semana se ha tomado el señor Fiscal General del Estado para declarar algo tan obvio como que sobre el atentado terrorista del 11-M «hay una verdad jurídica» que es la sentencia y que esta es «incontestable». Desmentía así que él se hubiera mostrado partidario de reabrir el sumario cuando dio instrucciones para que la fiscalía investigara el asunto de los restos de un vagón de los fatídicos trenes, publicitado por un medio digital de Federico Jiménez Losantos («Libertad Digital»).

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Apuntes

Padre de familia

Voy a tratar de seguir el ejemplo del Dietario de Ramoneda en la Ser

Soy oyente de la Cope. Cabría calificarme de oyente asiduo: en la ducha mañanera, cuando me despierta el hambre de la niña de madrugada, cuando me acuesto tardeâ. Siempre he sido de la SER pero últimamente me aburre mucho, con la excepción del Larguero y, sobre todo, del Carrusel, que no tiene competencia. Pero hasta los informativos son cortos e incompletos. Por no hablar de Francino, entrevistando en demasía a personajes insustanciales. Se salva un poco la media hora de humor hasta las diez de la mañana pero incluso al final de ese tramo sintonizo a veces con los impresentables de Josecable de la Cope, en ocasiones bastante divertidos. Herrera en la Onda me irrita, por ignorante, por indolente, por predecible y qué decir de sus colaboradores con la única excepción de Calleja al que casi nunca localizo. Pero incluso Calleja frente a un coro de sinsorgos palidece frente al dueto Fedeguico-Pedro Jeta, francamente insuperable.

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Hoy hace dos años. ¡Feliz cumpleaños!

TODOS LOS ARTICULISTAS DEL SEGUNDO AÑO DE DEBATE CALLEJERO

Aitor Riveiro
Dos años y todavía no hemos arreglado el mundo. Y mira que contamos en Debate Callejero con mentes preclaras, inteligencia colectiva para dar y tomar, comentaristas de lujo que saben de energía, política nacional, política internacional, geoestrategia, economía, sanidad, educación, demoscopia, literatura (de la buena y de la barata), fútbol y Rock&Roll. Pero nada, no hemos conseguido influir lo más mínimo en lograr que el planeta sea un lugar más apacible para seres humanos y demás fauna.
Sin embargo, no son dos años tirados por la borda o desperdiciados. En todo este tiempo hemos pasado (yo por lo menos) muchas más horas en Debate Callejero que en muchas otras páginas de Internet; he leído más en profundidad muchos artículos de este ‘blog’ que los reportajes de los mejores periódicos de este país; he aprendido más gracias a los comentarios que se hacen en DC que en muchas tertulias de radio o televisión.
Muchos gurús de la nueva era de la comunicación predicen para 2009 el final de eso que llaman la blogosfera en una suerte de ‘big crunch’ que acabará con la inmensa mayoría de los blogs de Internet. No creo que pase con Debate Callejero, donde lo importante no es la relevancia, tener muchas o pocas visitas, más o menos comentarios. Pero si pasara, sería una auténtica lástima y yo no sabría que hacer por las mañanas mientras desayuno.
Espero veros a todos aquí dentro de un año.

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Si ya lo decía yo…

Barañain

Ignorante como soy,me acerco a la lectura de las noticias económicas con el mismo escepticismo con el quecompruebo mi peso (creciente, maldita sea) en la báscula de mi cuarto de baño. No la entiendo, sé que no da un peso real y no tengo ni idea de qué hacer para calibrarla. Pero como hago uso siempre de la misma báscula me conformocon verificar la oscilación entre una medición y otra.La coherencia interna del aparato de marras me sirve para alarmarme o tranquilizarme sobre mi obesidad rampante.

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Ansiedad

Mimo Titos


Hay días en los que la cita semanal con Debate Callejero produce desasosiego. Hoy es uno de ellos pero no como en otras ocasiones por la falta de inspiración, por lo repetitivo de los temas que dominan la actualidad o incluso por la falta de acontecimientos sustanciales. No, hoy uno siente angustia por no poder escribir doce artículos en vez de uno sólo, o lo que es lo mismo, por la imposibilidad de encontrar un nexo conductor que permita enlazar los múltiples puntos que uno querría tocar.

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La vida misma

Meteoro

España está en vilo. Mariano Rajoy y Andrés Pajares no dan pie con bola. Ambos han perdido el rumbo, el norte, el oremus, la razón, el juicio. Pajares deambula por los canales de televisión mascullando palabras pastosas. Rajoy anda dando palos de ciego con tanto nombramiento. Su destino está entrelazado, sus existencias se confunden. Los síntomas de Mariano son alarmantes.

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Conatus

Ignacio Sánchez-Cuenca

El marrano Espinosa, que según algunos era oriundo de Don Benito, o de cerca de Don Benito, que tampoco se sabe a ciencia cierta, basó su teoría de la naturaleza humana en el principio del conatus, que también puede decirse conato, en virtud del cual, como se afirma en la Ática, III, Prop. VI, «cada cosa se esfuerza, cuanto está a su alcance, por perseverar en su ser.» El conatus, así expresado, es de aplicación universal, aunque su materialización en el caso del ser humano tiene una dimensión específica, de índole psicológica, que consiste en que la persona se esfuerce, en un sentido que no cabe predicar de las piedras del monte, en conservar y potenciar su existencia. Una piedra es dura, pero no está en su mano afirmar su dureza salvo cuando algún revoltoso la arroja en contra de algo o de alguien. Ahora bien, esa afirmación de su ser no corresponde a la piedra en cuanto tal, sino a quien la lanza movido por intenciones que van más allá de la constatación del conatus pétreo.

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La política: ciencia, técnica y prudencia

Ricardo Parellada

Me propongo evocar una forma antigua de concebir la actividad política, porque me parece que sigue teniendo gran fuerza y relevancia para comprender la naturaleza de esta noble ocupación. Esta forma de concebir la actividad política hunde sus raíces en la psicología y la filosofía moral antigua y medieval y utiliza el lenguaje arcaico y precioso de los hábitos y las facultades del alma. El ser humano posee el lenguaje y la razón. La actividad racional admite dos usos principales: teórico y práctico. En su uso teórico o especulativo, la razón tiene por objeto las cosas que no pueden ser de otra manera. Su misión es indagar lo que las cosas son, esto es, reflejar o especular sus características principales. De ahí el nombre de razón especulativa. Son objeto de ciencia o razón especulativa, por ejemplo, las leyes del movimiento de los astros, las leyes de las metástasis del cáncer, las leyes del mercado y la estructura de los espacios no euclídeos.

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