Camelos de Hogaño (I)

Andrés Gastey

 

Cada época tiene sus camelos.

 

Quienes elaboran y utilizan el lenguaje público van introduciendo subrepticiamente en él algunas frasecillas biensonantes. Como consecuencia de su uso repetido e irreflexivo, generan lugares comunes que conviene diseccionar. A menudo, este análisis lleva a la conclusión de que se nos coloca impunemente mercancía discursiva averiada.

 

Por poner un ejemplo histórico reciente, aludiré a un camelo que se vendió con mucho éxito durante nuestra Santa Transición: «no hay que confundir libertad con libertinaje». Esto solían proferir ciertos personajes encorbatados que aparecían en pantallas en blanco y negro, con bigotito fino, gafas oscuras y un pañuelo blanco que asomaba por el bolsillo de la pechera de su chaqueta. En realidad, lo que nos querían decir era lo siguiente: para ellos la libertad y el libertinaje sí eran lo mismo, y mucho ojo con exigir la primera, porque caeríamos nefandamente en lo segundo.

 

Desenmascarar camelos es una operación de cierto riesgo intelectual, y hasta puede que físico, porque va contra el espíritu borreguil de los tiempos. Aunque incurra en algunas afirmaciones de mal tono, me propongo desentrañar en esta entrega uno de los que con más frecuencia circulan en nuestros días, y que tiene que ver con la llamada «legalidad internacional».

 

No es infrecuente que se apele a la legalidad internacional como criterio de justificación, o de deslegitimación, de determinadas opciones en materia de política exterior. Simplificando, el planteamiento implícito es el siguiente: lo que es internacionalmente legal es bueno; y lo que no tiene cobertura de la legalidad internacional, malo.

 

Este enfoque presenta la gran ventaja de su simplicidad. Por lo general, hemos sido educados en el respeto a la ley como recta expresión de la voluntad de la ciudadanía, lo que nos lleva a asociar la, por así decir, decencia en nuestro comportamiento con su amparo bajo el ala protectora de la legalidad.

 

Por analogía, extendemos a las relaciones internacionales lo que consideramos decente en el plano interno. Pero ello exigiría hacer la siguiente reflexión: ¿qué es eso de la legalidad internacional? ¿Tiene algo que ver con las leyes de las que se dotan las democracias? Para no mantenerles demasiado tiempo en vilo, me respondo sin circunloquios: no.

 

(Siguen unos párrafos de pedantería que se pueden ustedes ahorrar).

 

El Aquinate definió la ley como «la ordenación de la razón encaminada al bien común suficientemente promulgada por quien tiene a su cargo el cuidado de la comunidad». Casi ocho siglos después, la definición suena algo acartonada, pero incluye los tres elementos básicos del concepto de Derecho: su dimensión axiológica (la ley incorpora un punto de vista sobre la justicia); su dimensión normativo-institucional (se trata de un conjunto de reglas que dicta quien tiene el poder de hacerlo); y su dimensión sociológica (deben ser conocidas –»promulgadas»- y vividas en el cuerpo social al que se dirigen).

 

¿Cómo encaja todo esto con la «legalidad internacional»? Muy mal.

 

Si tienen curiosidad, agarren ustedes cualquier manual de Derecho Internacional. Sus primeros capítulos estarán sin duda consagrados a justificar por qué el Derecho Internacional es, efectivamente, Derecho. Vano empeño. Como bien decía Borges, la prueba irrefutable de la arabidad del Corán es que nunca se mencionan en él los camellos. Del mismo modo, tanto esfuerzo por justificar la juridicidad del Derecho Internacional sólo puede deberse a que su presunto carácter jurídico brilla por su ausencia.

 

No hay sistema jurídico digno de tal nombre sin un mecanismo de normogénesis e instancias de control y aplicación de legalidad. En las Estados modernos, cubren estas funciones los tradicionales tres poderes: legislativo, ejecutivo y judicial, más o menos independientes, más o menos eficaces, más o menos democráticos. Pues bien; hay que recordar que la comunidad internacional en absoluto se maneja con esquemas cercanos a los que funcionan dentro de cualquier país.

 

No legisla la Asamblea General de las Naciones Unidas, que a primera vista podría parecer el trasunto internacional de un Parlamento: sus resoluciones no obligan a los Estados. Profundizando, uno cae en la cuenta de que ni siquiera sería bueno que la Asamblea legislase, porque está estructurada en torno al principio de la igualdad soberana de los Estados. Este principio de igualdad jurídica entre los sujetos de la comunidad, esencial en cualquier democracia,  es, por supuesto, un fraude en el plano internacional, porque ni los Estados son igualmente soberanos ni deberían serlo. Nada tiene que ver China con, por poner un ejemplo, San Marino; concederles a cada uno una idéntica capacidad de «legislar» sería una monstruosidad.

 

Para complicar las cosas, el órgano de Naciones Unidas que sí puede emitir resoluciones obligatorias, el Consejo de Seguridad, es esencialmente antidemocrático, tanto en su composición (que es restringida y en la que figuran miembros permanentes) como en su funcionamiento (los permanentes disponen, además, de derecho de veto). Con estos rasgos se buscó, en su día, contrapesar los efectos perturbadores del supuesto principio democrático constitutivo de la Asamblea General, lo que suponía arreglar un roto con un descosido.

 

Además, el Consejo de Seguridad es, en cierto modo, también el ejecutivo de la comunidad internacional. Y, en lo que al poder judicial se refiere, el panorama es ya decididamente caótico, con tribunales múltiples, asimétricos, pantanosos; capaces, sí, de encerrar a algún tiranuelo con el fin de que se ahorque o se envenene, pero absolutamente impotentes para alcanzar ese mínimo, esa justicia en alpargatas, que supone la evitación de dobles raseros sangrantes.

 

Así que el Derecho Internacional se parece a cualquier cosa menos a una ley que surja y se aplique por procedimientos democráticos legítimos. El valorar los comportamientos de los Estados conforme a ese patrón carece, por consiguiente, de relevancia moral.

 

(Aterrizo –espero-).

 

La guerra de Irak ha sido, tal vez, el acontecimiento internacional de mayor trascendencia desde el final de la guerra fría. La gran superpotencia había tardado año y medio en reaccionar al bestial zarpazo del 11-S. Cuando lo hizo, actuó a mi juicio con furia y desacierto.

 

España se movilizó entonces contra la guerra. En aquellos lejanos días de 2003, uno tuvo raros y emocionantes sentimientos de comunión con sus conciudadanos. Era estupendo sentirse entonces parte de la voz casi unánime de una nación que clamaba contra la injusticia.

 

Entre los argumentos que manejábamos para oponernos a la guerra estaba el de su supuesta ilegalidad. Ahora bien; aunque «no a la guerra ilegal» sea un gran eslogan para movilizar al personal, deja en cambio bastante que desear en cuanto a su rigor.

 

El PP se esforzó mucho en convencernos de que la guerra sí era legal, aduciendo las resoluciones del Consejo, los antecedentes penales de Saddam y la biblia en verso. Solía, además, traerse a colación el bombardeo de Belgrado por parte de la OTAN de Javier Solana en 1998, que se perpetró sin el aval del Consejo de Seguridad por el veto que Rusia interpuso a esa acción de castigo.

 

Estoy dispuesto a conceder que tal vez tuvieran razón. Pero lo importante de la guerra que se proyectaba entonces y que, una vez desencadenada, ha causado quizá un millón de muertos inocentes, no era su legalidad o su ilegalidad, sino su oportunidad política y, si me apuran, su justicia. Es ahí donde los neojons (© Polonio) estadounidenses y patrios no supieron ver más allá. Con su ceguera fanática y su torpeza, nos han dejado el mundo hecho unos zorros. Tardaremos tal vez algunas generaciones en salir del mal paso.

 

Concluyo. Me temo que, en política internacional, no bastarán las recetas fáciles de la legalidad o ilegalidad de los comportamientos de los Estados para guiarnos sobre lo importante: su legitimidad. Y tendremos, en ocasiones, que respaldar o impugnar determinadas actuaciones basándonos en nuestro interés descarnado o, alternativamente, en el siempre resbaloso, elusivo y anticuado concepto de la justicia.

 

¿Qué camelos contemporáneos les irritan a ustedes? En una próxima entrega me gustaría hablarles de otro camelo de hogaño: la afirmación de que la diversidad es una riqueza.  

34 comentarios en “Camelos de Hogaño (I)

  1. Gastey abandona las «etopeyas» (a Dios gracias) y nos anuncia una serie muy prometedora de artículos sobre camelos e imposturas varias. Bienvenida sea, aunque venga acompañada de algún término etopéyico como «normogénesis»: qué fuerte.

    Es muy refrescante leer este destape de la idea de legalidad internacional. En este mismo blog, cuando un servidor se mostró a favor de la independencia de Kosovo, algunos pelmazos como Titos o Teoura le dieron con la legalidad internacional en la cabeza. Pero conviene ir por partes. El equivalente al derecho mercantil y civil nacional funciona razonablemente en el plano internacional. La Ley del Mar, la OMC, las regulaciones supranacionales de ocupación del espacio electromagnético (ahí queda eso), etc., tienen algo de parecido a lo que pueda ser un sistema de justicia, con sus sistemas de resolución de conflictos, sanciones, reglas imparciales, etc. Otra cosa es el equivalente al derecho penal: ahí andamos mucho más atrasados. Hay países que hacen lo que les da la real gana. Israel lleva ni se sabe cuánto incumpliendo las resoluciones de la ONU. Y la ONU funciona tan mal, con un organismo tan obsoleto y disfuncional como el Consejo de Seguridad, que a veces hasta los propios miembros de dicho Consejo se saltan la ley a la torera. El caso más descarado es, efectivamente, el de la guerra de Irak, el mayor y más desgraciado disparate internacional que recuerdo en muchos, muchos años.

    Así que en ausencia de una legalidad internacional a la que agarrarse, a los ciudadanos (otra cosa son los gobiernos) no nos queda más que examinar los méritos e inconvenientes de cada caso según una cierta concepción de la justicia entre los pueblos y a continuación formular un juicio político. Es decir, muy poca cosa. Al listo que se le ocurra una alternativa, que nos la haga saber cuanto antes.

    PD: extraordinario ayer el artículo de Martínez, que también denunciaba un camelo, el de que la educación va fatal. Ojalá nuestros periodistas y tertulianos se enteraran de algo.

  2. Pues es muy fino el asunto este.

    O sea, no hay derecho o legalidad internacional porque las instituciones que lo deberian producir y hacer guardar (ONU) no cumplen una serie de requisitos, por eso lo que hace la ONU no existe.

    No me cuadra. Entiendo, no obstante, que mucho de lo producido por la ONU sea inutil, arbitrario o cobarde, pero de ahí a que no exista….

  3. Cicatrizas mal, Cicuta. Una cosa es que la legalidad internacional sea un patrón defectuoso para valorar la justicia de una causa; y otra distinta que sea irrelevante, o que sea legítimo recurrir a ella contradictoria y casi simultáneamente en situaciones similares. En los Balcanes, Occidente ha abogado ora por el principio de autodeterminación de los pueblos (explosión de Yugoslavia) ora por el de mantenimiento de la integridad territorial de los Estados contra la voluntad de los pueblos (las Krajinas, Bosnia-Herzegovina), para volver a la autodeterminación (Kosovo), para volver a la integridad territorial (Mitroviça). El único hilo conductor coherente de este cúmulo de dobles raseros ha sido obrar siempre en perjuicio de los serbios. La independencia de Kosovo no es (o no solo es) nefasta porque incumpla la legalidad internacional, sino porque es a largo plazo generadora de inestabilidad, sufrimiento e injusticia. Ya se ha visto en Abjasia y Osetia. Vendrán más cosas: los albaneses de Macedonia, del valle de Presevo… En zonas con semejante grado de confusión étnica, apostar por la autodeterminación de los pueblos implica necesariamente a) limpieza étnica; o b) creación de nuevas minorías que, lógicamente, reclamarán el mismo derecho a la autodeterminación: la fragmentación ad infinitum. Así que lo lógico hubiera sido mantener las estructuras estatales existentes, intentar democratizarlas y hacer un trabajo a largo plazo de fomento de la convivencia.

    Abrazos para todos.

  4. Ya saben los socialistas madrileños: aprueben esos presupuestos «austeros» del señor Beteta, la señora Aguirre y el consejero Güemes . Total, poco importa en qué se gaste y cómo se ingrese, o si hay más o menos pasta para la sanidad o la educación. Lo urgente, según Zapatero, es que «la situación requiere altura de miras por lo que los socialistas queremos contribuir, desde el gobierno o desde la oposición, a trabajar para ganar el reto de superar la crisis económica». De paso, que también lo hagan en el ayuntamiento madrileño, donde Gallardón lo agradecerá mucho. Del «antipatriotas» hemos pasado al «todo por la patria».

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    Y todo para, en la práctica, decir sí en Navarra y en Euskadi.

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    ¿Debemos suponer que, de haber tenido el Gobierno otros apoyos parlamentarios, el I+D+i no hubiera sido transferido al País Vasco? Al final va a taner razón Pratxanda.

  5. Sugerente y prometedor este empeño de Andrés Gastey por desvelar camelos. Sin embargo, el que ocupa su primera entrega no me convence; no del todo al menos. Cierto que a veces se alude al cumplimiento o no de una inconcreta -y a menudo contradictoria-, legalidad internacional para eludir un juicio de oportunidad política (por definición siempre cambiante). Pero no me parece que de eso se derive (o que para llegar a ahí debamos asumirlo) la inexistencia de la legalidad internacional.

    No creo que debamos ver, necesariamente, la legalidad internacional como una extensión de la legalidad doméstica al ámbito de las relaciones exteriores. Visto así el tema, es claro que no hay paralelismo, no hay órgano realmente «legislador», no hay procedimientos para exigir el cuumplimiento de normas, y menos aún, una plasmación de lo que en el ámbito doméstico supone el derecho penal. Es limitada la función del órgano judicial internacional y es inexistente un «ejecutivo» mundial. Lo del Tribunal Penal Internacional con jurisdiccion universal sigue siendo una aspiración progresista, nada más.

    Yo creo que la legalidad internacional hay que verla con dimensiones más modestas pero aún así, muy importantes. Aunque sólo sea un conjutno de grandes y elementales principios. Por ejemplo, ya en el preámbulo de la carta fundacional de las Naciones Unidas se establecían unos criterios mínimos (o que parecían mínimos, en un alarde optimismo postbélico) que sirven al respecto. Los Estados se constituían como «Naciones Unidas», declarándose «resueltos a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra y a reafirmar la fe en …la igualdad de derechos …de las naciones grandes y pequeñas, a crear condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho internacional,…». Y a partir de ahí las finalidades declaradas no eran otras que «convivir en paz como buenos vecinos, …unir nuestras fuerzas para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales,.. asegurar, mediante la aceptación de principios y la adopción de métodos, que no se usará la fuerza armada sino en servicio del interés común, etc..».

    El desprecio del acuerdo multilateral, así como de los mecanismos de mediación y arbitraje, para imponer por la fuerza una decisión unilateral, que es lo que se produjo con ocasión de la invasión de Irak es -aparte de otras consideraciones-, una ruptura de la legalidad internacional. Y lo seguiría siendo aún si sus efectos nocivos hubieran sido de dimensiones mucho menores que las que ha tendio esa desgraciada iniciativa. Iniciativa que además trató de venderse como lo contrario, como el mero cumplimiento de acuerdos internacionales y/o en base a no sé que precedentes. Incluso se fabricaron falsas «pruebas» (esas de las que ahora se arrepiente Colin Powell), para conseguir esa apariencia de legalidad.

    Andrés Gastey se declara dispuesto a conceder que tuvieran razón quienes invocaban esa legalidad. Entiendo su punto de vista (criticaría en todo caso el horror de la invacsión de Irak y sus efectos devastadores en base a otros criterios), pero yo no estoy por la labor. Además de criminal la decisión de invadir Irak fué un error (que ahora casi nadie discute abiertamente) y un atentado contra la legalidad internacional. Que por limitada e insuficiente que sea, existir, existe.

  6. y ahora que me queda decir a mi….visto el rumbo internacional….mejor me apeo en la siguiente parada.
    ¡¡Que se pare el mundo, que me quiero bajar!!…jeje.

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    Polonio ,como es habitual en el(como buen abstencionista de izquierdas…jeje),se queja de las decisiones salomonicas de Ziluminatius.
    Tranquilo,compañero «ex-monje de clausura veneciano con el agua al cuello»…la palabra de Ziluminatius ,vale lo que sirve para desmantelar el discurso Pepopular,es decir ..si los Pepoplulares tienen la solucion a la crisis en los presupuestos que presentaran ,en los ayuntamientos y autonomias que gobiernan….podremos saber el resto de mortales cuan lejos han llegado al hacer de Ziluminatius el problema del paro y del desempleo.

    Si uno ayuda a que los demas se hundan en sus miserias ,ha ganado el pleito en que les han metido ellos.
    Pepopulares ,no gracias….pero el apoyarlos es otro juego….el juego de la verdad para que se manifieste «la verdad del rajoyvuelo».

    El tiempo al tiempo….que gran invento.
    *******
    Dice «la algarabia mediatica» que Zapatero ha vendido su alma al diablo separatista-nacionalista para hundir en la miseria al españolito de bien.
    ¡Que grandes patriotas estos que nos quieren defender de los antipatriotas!….
    Quizas no se dan cuenta que Zapatero es mas patriota que ellos:
    1º Por estar convencido que España no se rompe ,con las pretensiones nacionalistas ,porque nuestra Constitucion es mas fuerte que todos ellos.
    2º Es mas patriota que los «patrioteros» por la sencilla razon de que todo el dinero que hay en los presupuestos se queda en España y no van al extranjero…es decir al Pais vasco o a Galicia o a Catalunya…porque es evidente que estas tres comunidades son España pese a lo que pretendan los nacionalistas.
    3º A quien lle preocupa que el I+D+i se lo traspasen al pais vasco…si lo mas seguro es que el proximo gobierno vasco sea de los socialistas.
    4º Galicia esta en manos socialistas,Catalunya esta en manos socialistas,Navarra esta «en manos socialistas»…Euskadi esta y estara en manos socialistas.Todos estos «paises separatistas» estan bien unidos por «el pegamento socialista»…ni con un dislovente «franquista» podran luchar contra esa realidad.
    5º El punto 4º ese si que les duele a los pepopulares …¡Ay!…..JAJAJA….que nervios.

    ******
    ¡¡¡Essstoottoooo esss to…too…toddoooo aaa…mi…mi…gos!!!!

  7. Amistad, que es Andrés Gastey quien ha dicho que nos va a hablar de los camelos. No quieras meterte en su terreno con tus historias de Zapaero.

  8. Querido Raphael….perdon….querido Fernando…jeje…Lejos de mi pretender ser un estudioso camelista como Andrés Gastey ,eso no impide que los camelos mios no pasen por el agujero de tu aguja punzante…..jeje.

    Soy un Zapaetereosexual….jeje.

  9. Que dice Sebastián que no nos encabronemos porque el gobierno haya subido el precio del gas en Octubre un 9% sino que esperemos a Enero que nos vamos a poner muy contentos, porque como vamos a consumir menos cuando acabe el invierno, lo piensa bajar …….. palabrita del niño Jesús.

  10. Pues no se porque Ossiana se va a poner de los nervios….ya que no hemos mencionado «la ……..» en ningun momento aunque sea evidente nuestra falta de «luces» en nuestros dialogos argumentales…..jeje.

  11. Polonio: Al final va a taner razón Pratxanda.

    snif, snif, gracias, gracias, sniff. Me siento como estudiante yanqui con birrete yendo a recoger el diploma… Snif. La cuestión pero era debatir sobre cómo se gestionan los traspasos.

    Amistad: Navarra no está en manos de los socialistas. Lo que los socialistas tiene entre sus manos són los coj… de Sanz. Es cuestión de apretar hasta la abstención.
    Y hablando del UPN…

    Escaramuzas en el frente del Este:

    http://www.abc.es/20081020/nacional-politica/zaragoza-advierte-todavia-votado-20081020.html

  12. M Martín Ferrand, hoy, en ABC.-

    «La pájara de Rajoy.

    Contra todo pronóstico razonable, la derecha española se ha estancado en la crisis mientras el Gobierno se sacude la presión a base de fintas improvisadas y regates en corto, la especialidad en la que Zapatero es un artista. La oposición tenía al Gobierno contra las cuerdas de la crisis, asfixiado y exánime, con las ideas agotadas a los pocos meses de renovar el mandato, pero una cadena de vacilaciones, errores y titubeos le han hecho tropezar de nuevo consigo misma. El impulso de renovación y firmeza que significó el congreso de Valencia apenas le ha alcanzado unos meses al Partido Popular, en cuya cúpula cunde un cierto desaliento mientras se vuelven a registrar sacudidas de descontento interno. El liderazgo de Rajoy atraviesa otra vez momentos bajos (…) En apenas un tres semanas, el desconcierto se ha apoderado del PP. (…) La pérdida de pulso de Rajoy es manifiesta. Lo fió todo a la inacción gubernamental ante los problemas de la economía, y no ha encontrado el modo de reaccionar a la inesperada salida en tromba de Zapatero.»

  13. El articulo de Martin Ferran sacado de ¿»La Tercera»? de Abc ,que nos trae Barañain 24,me reafirma en mis argumentos de que la decision del PSOE de apoyar los presupuestos en los ayuntamientos y autonomias gobernados por el PP,es una pieza fundamental en la estrategia socialista por desmantelar «el camelo pepopular»:
    «Con Rajoy conseguiremos la presidencia del Gobierno de la Nacion».

    No hay nada mejor que ver como los que intentan afeitarnos las barbas ,ponen las suyas en remojo…..JAJAJA….que nervios.

  14. El gobierno ha aprobado la asignatura del consenso.
    La oposicion ha avalado al gobierno en su «pretension» de lograr «el Magna Cum Laude en economia.»…..jeje.

    Y el Euribor sigue bajando…para fustracion de Rajoy y satisfaccion en las familias con hipotecas.

  15. Pratxi…los socialistas «tienen en sus manos a Navarra»…con una mano (como bien dices tu ) tiene por los cataplines a Sanz y con la otra le tapa la boca a los nacionalistas navarros….esto parece un combate «todo vale» en plan ménage à trois …..jeje.
    ¡¡¡La que esta liando Zapatero!!!….JAJAJA….que nervios.
    **********************************************

    A veces veo cosas…pero no me atrevo a deciroslas….porque Fernando dira que son otro de mis camelos sobre Zapatero….y eso duele….jeje.

  16. Importante información para «Gusiluz» (21): Soy dama, que no varón. Y … desfaciendo el equívoco, quebranto mi propósito de callar para siempre. Hola de nuevo.

  17. En fin, que en castellano la desinencia en -a se atribuye normalmente al género femenino. Eso yo lo sé y eso que estudié con el plan LOGSE.

  18. Ossiana 28:
    Perdona a Gusiluz…jeje…pero es que desde que la ministra de igualdad hablo de miembros y miembras ,a veces se le hace un lio en….ya sabes….y no acierta con el genero…jeje.
    Espero que ese «Hola de nuevo» sea para siempre.

  19. La serie de artículos que inicia hoy Gastey resulta de lo más estimulante. Irrita constatar cómo tanta gente ha sustituído la espresión de su propio pensamiento por la machacona repetición de lemas y latiguillos que les han embutido en cerebro los medios de (in)formación de masas. Recuerdo ahora que cuando se tramitaba la ley del mtrimonio homosexual, hube de escuchar infinidad de veces la misma sandez respecto a la inconveniencia de dar el nombre de matrimonio a esas uniones. Siempre lo decían bocas distintas pero movidas por el mismo maestro de marionetas (que esta vez tenía sotana).

  20. También relacionado con el artículo de hoy: en una visita que hice al Guggenheim (hace ya unos años) vi una obra de arte conceptual que consistía en un gran montón de caramelos (se podían coger y llevar). Se llamaba Opinión Pública. Da que pensar.

  21. Nada de Menage a trois: lo socialistas tiene cogido a Sanz por sus partes pudentas y este besuquea a los socialistas con abstenciones. Los rojos, lo separatistas y roj-separatistas navarros solo miran. No es que tengan la boca tapada, es que no se oye lo que dicen.

    No es un menage… es un trío! Porque Sanz está casado. Y… oye… si nadie se enterase, si se guardan las apareciencias pro el qué dira… pero es que Sanz lo ha hecho público. Y ahora Rajoy tendrá que divorciarse.

    Lo que no se es si esto es bueno o malo para los convergentes… los navarros!

  22. Puestos a hablar de camelos, me encanta el de que la derecha es mejor gestora mientras que la izquierda se preocupa de temas mas sociales. Para muestra un boton: Gallardon (que no es progresista ni nada que se le parezca, por mucho que en los momentos en que cuando se perdieron las formas el no llego al insulto) es tan buen gestor que cuando vienen mal dadas tiene que parar las obras publicas en Madrid. Ejemplo alucinante de buena gestion. Vamos que si vienen bien dadas estoy en la cresta de la ola y si no …

    Dicho esto, y sin que tenga nada que ver, me parece una aberracion que el psoe de Madrid tenga que apoyar los presupuestos de Esperanza. El PSM cada dia me lo pone mas dificil.

    Salud

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