11 comentarios en “Barra libre

  1. Fernando, te agradezco toda la información que has puesto. Hay que parar los pies a los jetas. Hoy pongo mi aportación a modo de poema 🙂

    ROMANCE DEL DUQUE

    Así recitó el juglar
    a muchedumbre embobada:
    Era un joven que metía
    las pelotas por la escuadra
    y, de pronto, llegó a Duque
    al casar con una infanta:
    braguetazo, que le dicen
    por tierras de Salamanca,
    braguetazu, en les Asturies
    y pelotazo en Granada.
    Al entrar en la nobleza,
    ya Duque de Palma,
    se creyó con la licencia
    del derecho de pernada
    y se vio como intocable
    en la Realeza de España.
    Vino a proponer negocios
    a diversos Reyes Taifas
    que juegan con el erario
    como bien les viene en gana;
    pues es dinero de nadie
    y revierte en quien lo apaña.
    Presidentes de segunda,
    que aparentan Reyes Taifas,
    se embobaron con el «Yerno»
    y prepararon pitanza
    para que comiese el Duque
    cuanto le diese la gana
    y el Duque, más que comer,
    ciertamente devoraba
    con apetito insaciable;
    le gustaba la pitanza.
    Asunto fue de millones
    los contratos que firmaran
    y, por si acaso, el Gran Duque
    adelantados cobraba;
    no fuese que de proyectos
    quedasen humos de paja.
    Asunto fue de millones
    los contratos que firmaran
    y cual lluvia, en gota fría,
    a la Nóos inundaban;
    eran ganancias muy sucias
    y preciso blanquearlas.
    Así fue montando empresas
    (lavadoras las llamaba)
    el prelavado en Aizoon;
    en Belice se lavaban;
    el centrifugado en Londres
    y, una vez blanqueadas,
    retornaban abundantes
    para comprar nuevas casas
    y un palacete en Pedralbes,
    reformado con tal gracia
    que ha llegado a real palacio
    para orgullo de la Infanta.

    Al gran Duque de Palma,
    a más de plebeya plaga
    que le servía de apaño
    para camuflar ganancias,
    les han cogido, en la noche,
    una patrulla de guardias
    que vigilan la honradez
    y encontraron la mangancia.
    Con las alforjas repletas
    a Diego Torres pillaban,
    acompañado de esposa
    y de un cuñado por banda:
    por estribor iba Marcos,
    Miguel por babor andaba.
    Estos cuatro mochileros
    los millones transportaban
    y usaban las lavadoras
    con tal salero y tal gracia
    que hacían de sucios euros
    unas monedas honradas.
    El juez dice «trapicheo»;
    «gran robo» el fiscal la llama
    a la fortuna del Duque:
    la Empresa que no lucraba
    y, sin embargo, lucró
    millones de euros a manta.
    Los impuestos en Belice
    se extinguían en la nada
    y todo era beneficio,
    y todo era ganancia,
    pues pagaba las facturas
    que él mismo se cobraba.
    Con más arte que Paesa,
    el gran Duque de Palma
    amasaba una fortuna
    así, sin más, por la cara
    que tiene de hombre buenazo
    y de marido de Infanta.
    Si en Nóos hubo trapicheos,
    el Duque no sabe nada,
    que Nóos está en Barcelona
    y él residía en las Babias.
    Así se escribe la historia:
    unos pierden, otros ganan;
    aquí perdió el pueblo entero
    y ganó el Duque de Palma.
    Ahora corresponde al juez
    analizar bien la causa
    y demostrar que es verdad
    que, quien la hace, la paga.
    Debe el juez recuperar
    el total de la mangancia,
    subastar el palacete
    y ofrecerle larga estancia,
    en Soto del Real, al Duque
    y a sus amigos comparsas.

    Así terminó el Juglar
    de relatar las hazañas
    del «yernísimo de Rey
    y noble Duque de Palma»,
    que ordeñaba los millones
    que nos faltan en la vaca.

  2. La fiesta de Halloween, en la víspera de todos los santos/difuntos, es genuinamente americana. Casi toda la población se disfraza, con motivos alegóricos sobre la muerte. Todo ello iluminado con unas inquietantes calabazas que llevan una vela dentro. Lógicamente, toda esta parafernalia asusta a los más pequeños. Para evitar este miedo, lo que se hace es involucrar a los niños. Se preparan las calabazas con ellos, se les disfraza a ellos los primeros, se va con ellos por el vecindario a recoger dulces o caramelos, al grito de «trick or treat».
    En España estamos viviendo una especie de Halloween financiero. El asunto es el rescate/intervención. Los alemanes parecen decididos a celebrar la «fiesta». No se fían de Rajoy, como no se fiaban de Zapatero, porque en el fondo no se fían de España. Todos los intentos del gobierno para evitarlo han fracasado, porque la secuencia caótica de medidas y re-medidas han provocado más desconfianza. Solo queda el disfraz. Empezar a preparar a la población para minimizar el susto. También a los inversores privados extranjeros, que huyen despavoridos de España.
    Parece que hay en marcha 3 disfraces. El primero, disfrazar el rescate en sí, como un «plan europeo de salvamento de los bancos», intentando distinguirse de los otros PIG (Portugal, Irlanda y Grecia) y escondiendo al máximo la condicionalidad. El segundo, hacer un plan a medias, una parte el FMI y otra el EFSF, que nos diferencie de los PIG. El tercero y más probable, dar por hecho un rescate en toda regla y empezar a preparar a la opinión publica diciendo que «no es tan terrible», que «no es el fin del mundo», que es un «sacrificio temporal» pero que ya saldremos. Es decir, «disfrazar a los niños» antes de que empiece la fiesta. ¡¡Trick or treat!.

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