Lobisón
Un lugar común es que los empresarios son gente con un sexto sentido, capaces de ver por dónde sopla el viento, de descubrir las demandas del mercado y los giros de la opinión pública. Puede ser, pero hace un par de días Arturo Fernández, el conocido empresario, se lamentaba de las acusaciones sobre el uso de las tarjetas opacas de Caja Madrid alegando que los usuarios debían suponer que era la Caja quien respondía fiscalmente por los gastos, y que no cabía pedirles a ellos por tanto responsabilidad. Este puede ser un buen argumento para defenderse de acusaciones judiciales, pero revela que Fernández no ha comprendido los cambios en la opinión pública y cómo afectan estos cambios a los usuarios de las tarjetas.