Aumenta la xenofobia en la ex–República Democrática de Alemania

Magallanes

Hemos sido testigos de cómo la política seguida por la coalición liderada por Merkel de aceptar en Alemania la inmigración de extranjeros procedentes del Medio Oriente y África ha tenido como consecuencia que, en los últimos años, se haya producido un rápido crecimiento de partidos xenófobos, como AfD y otros menores Y también ha dado lugar, dentro del partido Cristiano Demócrata bávaro, a una creciente corriente contraria a formar parte de la coalición.Lo curioso de la tendencia xenófoba es que en los landers de la ex–RDA ha crecido con mayor fuerza que en el resto de Alemania. La periodista Anna Sauerbrey del periódico alemán Der Tagesspiegel se pregunta sobre cuáles pueden ser las causas de ello.

Hay que recordar que a mediados de septiembre un joven alemán fue apuñalado durante un festival en Chemnitz, ciudad de Alemania oriental. Dos jóvenes inmigrantes fueron detenidos como causantes del asesinato. Se produjeron graves manifestaciones en distintas partes de la ciudad. Incluso algunos grupos de manifestantes hicieron el saludo nazi con su brazo derecho. También algunos manifestantes tiraron piedras a un restaurante propiedad de un dueño judío. Asimismo se produjeron insultos y empujones hacia las personas que se manifestaban en contra del odio a los inmigrantes. Igualmente se produjeron manifestaciones similares en Kothen, otra ciudad de Alemania oriental.

Aunque no es la primera vez que en Alemania se producen manifestaciones de la extrema derecha, desde 2016 su número ha decrecido en la Alemania occidental, mientras que ha aumentado en la oriental. En las encuestas de opinión, han crecido los porcentajes que apoyan al partido AfD en toda Alemania, pero mucho más en los landers orientales que en los occidentales. Anne Sauerbrey se ha dirigido a personas relevantes para saber cuáles pueden ser las causas de esta disparidad. Uno de los entrevistados es Wolfgang Thierse, que creció en la RDA y llegó a ser el presidente del Parlamento alemán. En los años 70, residiendo todavía en la RDA, trabajaba en el Ministerio de Cultura. Pero su oposición a la expulsión del cantante crítico Wolf Biermann provocó su despido del ministerio. Ahora, como miembro socialdemócrata del gobierno alemán, ha publicado “El estado de la Unión Alemana”, donde afirma que, aunque los salarios y las pensiones están creciendo y el paro está descendiendo en los landers orientales, el salario medio es inferior en un 15% al de los landers occidentales. Igualmente se constata un mayor envejecimiento de la población en el este que en el oeste. Además, en la Alemania oriental hay más problemas para encontrar trabajadores y existen menos empresas grandes, que en la occidental.

Las diferencias económicas, sin embargo, no son más que uno de los factores que explican por qué la Alemania oriental se sitúa políticamente mucho más a la derecha que la Alemania occidental. Otra explicación se centra en la herencia cultural proveniente de la RDA. En principio, parece contradictorio que unos ciudadanos acostumbrados a un régimen autoritario que imponía sus políticas en nombre del pueblo, pero sin partidos políticos ni libertad de opinión, sean ahora más rebeldes a aceptar decisiones tomadas por un gobierno democrático. Parece como que la lentitud de los procesos de toma de decisiones en la democracia liberal les crea una sensación de inestabilidad o vacío político que antes no sufrían y, cuando creen que esas decisiones les perjudican, se rebelan contra ellas pues no hay una autoridad dispuesta a hacer que las acepten a la fuerza como, ocurría en la RDA.

Otro de los entrevistados es Johannes Staemmler, también originario de la RDA. Es uno de los fundadores de la asociación Tercera Generación de Orientales, una red de profesionales originarios de la Alemania oriental. Trabaja en un Think Tank sito en Postdam. Según él, muchos de los que se unieron a las protestas de extrema derecha en Chemnitz, o de los que votan a favor de la AfD, son demasiado jóvenes para tener algo más que remotos recuerdos del régimen de la RDA, pero en cambio sí recuerdan muy bien los cambios radicales ocurridos después de la caída del muro en Octubre de 1989: la privatización de empresas y la acelerada obsolescencia de las técnicas de producción, con la consiguiente pérdida de empleos en los landers orientales.

Aunque las opiniones de Thierse y Staemmler son respetadas en toda Alemania, Anna Sauerbrey opina que el debate sobre lo que pasa en el este está dominado por expertos de Alemania occidental. Después de 28 años de reunificación, los más influyentes profesionales del periodismo, de la política y de las empresas son originarios de Alemania occidental. La percepción de que los orientales son intelectualmente inferiores se cuela en los razonamientos. Se analiza cómo salvar a los orientales, pero sin conocer sus opiniones.

Se puede entender mejor considerando que el oeste y el este de Alemania son dos hermanos. El mayor quiere al menor, pero cree que su conducta desviada es consecuencia de un trauma sufrido bajo el comunismo. Este seudo psicoanálisis que los occidentales hacen de los orientales es un drama político en sí mismo. Cuando Sauerbrey le expuso esta opinión a Staemmler, este le contestó afirmativamente diciendo que los alemanes orientales están en el sofá del psicoanalista. Que, de repente, personas que no han votado libremente en muchas décadas, tienen que ejercer el derecho a votar. Seguramente no van a votar al partido que la mayoría del resto del país quiere que voten. Pero, una vez que se acostumbren a votar, puede que sus preferencias sean menos de extrema derecha.

Mi opinión es más bien que las varias décadas de sufrir la dictadura del proletariado hacen que una buena parte de la población de Alemania oriental, Polonia, Hungría y otros no se adapten al multipartidismo; les gusta la noción de pertenecer al Pueblo y que un solo partido interprete la voluntad del Pueblo. Esperemos que aquellos a los que nos gusta el debate político y a los que nos parece normal que alcanzar un consenso sea lento y laborioso pero es siempre mejor que la dictadura del partido único representante del Pueblo, no nos contagiemos de esta enfermedad.

4 comentarios en “Aumenta la xenofobia en la ex–República Democrática de Alemania

  1. Me parece muy interesante este tema. Creo que recomendado unas cuarenta veces Antisistema, del otrora debatiente Pepe Fernandez Albertos.
    Me llama mucho la atención lo que dice Magallanes de salvar a los alemanes del este, pero sin escucharles. Es un patron que tengo la sensación de que se repite bastante, por ejemplo la semana pasada estuve en la presentacion de un informe sobre la juventud, digamos los milenials y como ven el futuro y su presente en el que la media de edad superaba con holgura los cuarenta y algunos. Hace poco Victor Lapuente (que también publico aqui) en una columna del pais establecía que los que no reconocen que estamso en el mejor momento de la humanidad es porque cognitivamente estan afectados de un problema, tal y cual. Recientemente hablaba con un economista ligado a los sindicatos de Austria y comentaba que , en su opinión, cuando la gente le vino a contar cuitas, problemas , roces con los inmigrantes, se les recibio con un discurso culpabilizador y que denegaba su posición, como si fuera una patología y nada mas, en lugar de haber tratado de tomar medidas en positivo, o escucharles.

    El abanico de los motivos es amplio, y seguramente se abra todavia más. Yo por mi parte añado otro ingrediente a la caldera:desde básciamente los años 80 el mensaje principal que han recibido gran parte de la sociedad es que aquí cada uno por su cuenta, que los valores y condicionantes éticos son sobre todo un coste, que hay que desrregular para crecer economicamente y que si no eres rico, eres menos bueno y la culpa es tuya. (Todo lo anterior son, evidentemente simplificaciones) Si no hay sitio para ti, si eres anómalo, culpable, un lastre y un estorbo, una consecuencia lógica es que te agrupes y te defiendas.

  2. De los casi 6 millones de votos que consiguió AfD en las últimas elecciones, cerca de un millón fueron de antiguos votantes de izquierda, según los analistas. Hoy asistimos a curiosos análisis en la prensa sobre el auge de VOX. La mayoría se pregunta si quita votos al PP. En Europa la extrema derecha no sólo se ha alimentado de la derecha.
    En España también tuvimos durante cuarenta años un régimen de partido único. Dudo que en España hubiera mas demócratas en 1975 que en la RDA tras la caída del muro. No creo que la dictadura del proletariado sea el culpable de ese voto por una falta de cultura democrática ( que en 1975 en España era casi nula) sino ( y no sólo) la respuesta europea a una crisis que ha dejado muchos muertos en el camino.
    Y eso sin contar que también existe una izquierda reaccionaria. Saní Nair lo explica aquí.
    https://elpais.com/elpais/2018/10/05/opinion/1538750096_843959.html

  3. Cuando el 3 de octubre de 1990 Alemania oriental se adhirió a Alemania Federal , tal y como se contempla en su Constitución y en base a un Tratado negociado entre ambas partes, la extinta RDA quedó automáticamente incorporada a la UE. De este modo, Alemania «ganaba” , una economía equivalente el 10% de su PIB.

    A pesar de tener un pariente rico, el proceso de unificación-al carecer de modelos previos- debió de enfrentarse a tres problemas urgentes: la modernización de una economía un 70% menos productiva y extraordinariamente contaminante, la transferencia del entramado institucional de la república Federal de Alemania y, por tratarse de un estado de derecho, la regulación en el territorio incorporado de las compensaciones a los innumerables ciudadanos que habían sido despojados de sus bienes en 1949.

    Como en política los mejores deseos no garantizan nada, se cometieron muchos errores, algunos de ellos muy graves y con consecuencias que llegan hasta nuestros días.

    El principal de todos fue la tendencia armonizadora que hacía tabula rasa de los condicionantes en presencia, esto es , la rebelión contra el sentido de la realidad que complicó un asunto al que le sobraban dificultades. Se llegó a la paridad de las dos monedas en presencia , dos “ marcos ” que representaban el empuje y la fatiga económica simultáneamente.

    No obstante y a pesar de los indudables progresos , se estima que aún queda recorrido hasta que Alemania oriental pueda dar por concluido el proceso de convergencia real con el Oeste del país. Dicha convergencia apenas avanza ya. Predominan en el tejido productivo empresas pequeñas y fábricas meramente subsidiarias de sociedades matrices con sede en Alemania occidental, escasean los puestos de trabajo de alta cualificación, la actividad de investigación e innovación en las empresas es modesta. Todavía no está erigido algo similar al pilar estructural básico de la economía germano- occidental: un amplio sector de empresas medianas (Mittelstand) que son flexibles, dinámicas, creadoras de un empleo bien retribuido y activas en la formación profesional de los jóvenes y que tienen una capacidad de liderar con sus productos y servicios especializados el negocio en los mercados globalizados. Obviamente, se necesita más de una generación hasta que se haya subsanado por completo el destrozo económico que llegó a causar un régimen con férrea planificación estatal.

    En este cuadro específico es natural que aparezca su correspondencia en comportamientos políticos diferenciados, pero sin el dramatismo que incorpora el populismo militante.
    En las últimas elecciones, el bloque constitucional sigue muy fuerte con más del 70 % de los votantes, ciudadanos que nada esperan de los desesperados. Merkel sigue dirigiendo el país con una socialdemocracia agostada por sus propias contradicciones y continúa-junto con Francia – los esfuerzos para mantener a flote el proyecto europeo, fuera del cual no hay salvación.

    La AfD es una advertencia especialmente siniestra por las viejas banderas de calaveras que enarbola ; es una infestación local , como las que han proliferado en el resto del continente pero que, al igual que sus predecesoras , carecen de la capacidad unificadora de las grandes corrientes que fundamentan nuestros estados liberales.

    Cierto que los análisis psicosociales pueden detectar motivaciones en los múltiples fenómenos migratorios , procesos mal encauzados, influencias malsanas de políticos turcos y rusos, el muy vulgar resentimiento por las expectativas insatisfechas y un sin fin de razones , pero nunca, al menos en este momento histórico, la motivación que todo lo soporta, cual pudiera ser la globalización, acaparadora de papeletas de la sociología académica.

    Y ello porque tal y como nos advertía el genio de Isaiah Berlin, la clasificación taxonómica de hechos sociales y decisiones políticas en el pasado no constituye por sí misma una ciencia de la que quepa esperar automatismos que reequilibren situaciones perturbadas. La información siempre ayuda , en especial los grandes números y el cálculo estadístico. También la fe en los valores que informan las constituciones liberales y la memoria de las tiranías sufridas, en especial las que desataron la furia ciega de los pueblos creyentes.

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