Anatomía de un instante

Ricardo Parellada 

El libro de Javier Cercas sobre el golpe de estado del 23 de febrero de 1981 es de un género singular. El  autor lo cuenta en el prólogo, que llama “epílogo de una novela”. Fascinado sobre todo por la negativa a tirarse al suelo de Suárez, Gutiérrez Mellado y Carrillo en los momentos iniciales del golpe, Cercas escribió febrilmente una novela que recreaba el golpe y sus circunstancias y personajes. Pero el resultado no le satisfizo. A pesar de ser un puro escritor de novelas, la ficción montada sobre un acontecimiento tan cercano y tan crucial en la historia reciente de España acabó por resultarle banal. Cercas lo cuenta con mucha franqueza:

 

“[E]mpecé a comprender muy pronto… que la realidad del 23 de febrero era de tal magnitud que por el momento resultaba imbatible, o al menos lo resultaba para mí, y que por tanto era inútil que yo me propusiera la hazaña de derrotarla con una novela; más tiempo tardé en comprender algo todavía más importante: comprendí que los hechos del 23 de febrero poseían por sí mismos toda la fuerza dramática y el potencial simbólico que exigimos de la literatura y comprendí que, aunque yo fuera un escritor de ficciones, por una vez la realidad me importaba más que la ficción o me importaba demasiado como para querer reinventarla sustituyéndola por una realidad alternativa, porque nada de lo que yo pudiera imaginar sobre el 23 de febrero me atañía y me exaltaba tanto y podría resultar más complejo y persuasivo que la pura realidad del 23 de febrero.”

 

El resultado es bueno y singular: un libro de historia reciente o periodismo de investigación narrado como una novela por un escritor de novelas y documentado laboriosamente con libros, periódicos y numerosas entrevistas a personajes que vivieron muy de cerca los acontecimientos. Aunque Cercas niega que se trate de un libro de historia que ofrezca datos o interpretaciones inéditas, lo cierto es que en los pasajes más delicados para la reconstrucción de los hechos distingue con claridad los hechos más conocidos, las propuestas de otros investigadores, los datos que le llevan a proponer con cautela sus interpretaciones y los cabos sueltos y extremos desconocidos que a su juicio no permiten conocer del todo determinados episodios. El libro no está hecho para historiadores y especialistas y, desde mi punto de vista de lector no especialista, ofrece una narración de los acontecimientos y una descripción de los personajes muy relevante y plausible. 

 

Pero el libro exhibe también una clara intención literaria. A mi juicio, uno de los mayores aciertos es que la vocación literaria de la narración no interfiere con la reconstrucción histórica. Cercas se recrea literariamente en múltiples pasajes sin que por ello la laboriosidad periodística e investigadora parezca sufrir en absoluto. Cercas afirma desde el principio que no se trata de un libro sobre el 23-F, sino sobre el gesto de rebeldía de Suárez ante los golpistas, y se recrea en diversas ocasiones en la descripción de este gesto, que narra fascinado desde todos los ángulos y adereza gustoso con todos los recursos de la lírica. El lector puede dejarse llevar fácilmente y compartir no sólo la fascinación de Cercas, sino también sus gestiones engorrosas para conseguir de TVE el vídeo completo y los centenares de proyecciones silenciosas en casa del escritor.

 

Javier Cercas describe con parsimonia la actitud del presidente Suárez ante los golpistas, pero también las del general Gutiérrez Mellado y el diputado Carrillo. La descripción de esos minutos es utilizada con acierto como hilo conductor y cogollo emotivo de toda la narración. De ahí transita el autor en diversas idas y venidas a la vida política y personal, anterior y posterior al golpe, de estos y otros protagonistas de los acontecimientos, como el rey y los golpistas más relevantes: Armada, Milans del Bosch y Tejero. A falta de datos especiales con los que poder contrastarla, a mi modo de ver la narración biográfica de los personajes, intercalada con los episodios del golpe, es, como la narración de estos episodios, muy informativa y relevante. En el caso de los tres políticos que desobedecieron en los momentos iniciales del asalto al congreso, Cercas pone especial cuidado en combinar la fuerza simbólica de sus gestos con sus realidades de carne, hueso y política, deteniéndose en el arribismo de Suárez, la participación de Gutiérrez Mellado en el alzamiento del 18 de julio de 1936 y la responsabilidad al menos indirecta de Carrillo en las matanzas de Paracuellos del Jarama a comienzos de la guerra civil. La narración es ágil y fiel. Cercas pone un deliberado énfasis en las debilidades de estas personalidades para evitar cualquier ribete hagiográfico, reservando la lírica para la descripción de su actitud durante el asalto al congreso. A mi juicio, el afán de distanciarse lleva a Cercas a insistir demasiado en presentar a Suárez como un arribista inculto y adulador. Con todo, a pesar del énfasis en sus carencias y debilidades, Cercas transmite en definitiva un respeto equilibrado y profundo por los tres.

 

En la narración de los hechos, es especialmente llamativa la descripción del clima político español en los meses previos al golpe. Cercas insiste en la responsabilidad de amplios sectores de la vida social y política en la creación de un clima de desestabilización generalizada y de acoso y derribo a Suárez, que muy gráficamente describe como la placenta del golpe. Cercas narra el acoso que sufría Suárez no sólo desde su propio partido, sino incluso desde su propio gobierno, e intenta mostrar que la idea de un golpe de timón democrático que derribase a Suárez y enderezase el rumbo del país mediante un gobierno de concentración o unidad presidido por un militar y participado por todas las fuerzas políticas era invocada en medios muy diversos, incluso en las conversaciones del número tres del PSOE, Enrique Múgica, con el general Armada en los meses previos al golpe. En la presentación de Cercas, estos movimientos no prepararon el golpe, pero sí constituyeron su placenta. Otro hecho que Cercas expone con plausibilidad y opone a las interpretaciones más generalizadas es la presunta oposición social y política al golpe durante la ocupación del congreso. Cercas afirma que, salvo honrosas excepciones, como por ejemplo la toma de postura del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, o del diario El País en la tarde-noche del día 23, la sociedad española y sus estamentos e instituciones más relevantes no hicieron absolutamente nada para oponerse al golpe durante esas horas: simplemente esperaron a que fracasara… o triunfara.

 

Por otro lado, mi opinión sobre los aspectos literarios de este buen relato de historia y acción es desigual. La narración me parece ágil desde el punto de vista de los episodios, pero muy cargante en el detalle sintáctico. Los episodios narrados se suceden hacia el pasado y el futuro, combinando hechos y personalidades con gran maestría y fuerza narrativa. Sin embargo, las frases son pesadas y la sintaxis repetitiva no consigue alimentar el dramatismo, sino la fatiga del lector. Desde luego, hay una medida muy sencilla que distanciaría la escritura de Cercas de la de muchos insignes premios nobel y la acercaría a la buena literatura: sustituir los puntos y coma por humildes puntos, unos seguidos y otros aparte. Pero el aspecto literario más importante que querría señalar no es este, sino lo que a falta de un nombre mejor se podrá calificar de lirismo político. En mi modesta opinión, el lirismo político de Cercas es emocionante, por ejemplo, en sus descripciones más literales de los gestos de los tres héroes en el asalto al congreso: gestos de rebeldía, gracia, coraje. Sin embargo, me parece menos lograda la elaboración de este lirismo sencillo que los presenta como gestos póstumos de políticos puros que consuman de esa forma sus pactos con el diablo y cosas así.

40 comentarios en “Anatomía de un instante

  1. Qué gusto leer la reseña de Parellada. ¿Cómo puede ser que en este blog haya gente que escribe tan bien y en la mayoría de periódicos y revistas gente que escribe tan mal? ¿Es que dan premios por escribir mal? No he leído el libro de Cercas, pero, desde luego, tras la reseña de Parellada, espero con impaciencia poder hacerlo cuanto antes. De todo lo que cuenta, sólo hay una cosa que me resulta chocante. La acusación de pasividad a la sociedad española (no me atrevo a poner punto y coma o dos puntos tras la apología de Parellada al punto lirondo). Esto me parece un juicio precipitado, por decirlo suavemente. El golpe se produjo hacia las 18:00 horas del 23-F. Todo fue muy confuso y nadie sabía a ciencia cierta quién estaba implicado o qué alcance tenía aquella operación. Al día siguiente salieron a la calle a celebrar la derrota del golpe más españoles que nunca en la historia reciente (más que cuando lo de Miguel Angel Blanco, por ejemplo). Es un tanto aventurado especular con lo que habría hecho la sociedad en caso de haber triunfado los golpistas. Aunque mucha gente no lo sabe, el nivel de movilización popular durante la transición española fue el más alto de Europa en todos los setenta en términos absolutos y, en términos relativos, teniendo en cuenta la población, el segundo más alto. Por último, hay que recordar que casi toda la clase política estaba encerrada en el Congreso. Por todo ello, concluir que los españoles no estuvieron a la altura la noche del 23-F me parece un poco arriesgado. No hubo ocasión, afortunadamente, de comprobar si los españoles se acobardaron o no frente al golpe. Aquello fue demasiado breve, un instante, como diría Cercas.

  2. Las preguntas del día deberían ser: ¿dónde estaba usted el 23-F de 1981? ¿Y qué hizo?

    No he leído el libro de Cercas, autor al que me acerco con muchas cautelas después de su *Soldados de Salamina*, que vendió primero como carne para terminar siendo pescado, pero si afirma lo que comenta Parellada sobre la respuesta de los españoles me parece que a continuación debe decir, e igual lo dice en el libro, qué debería haber hecho, según él, el pueblo español. A mí estas anacronías de la historia, tan del gusto de algunos *valientes* de salón, donde se ganan guerras 70 años después, se hacen transiciones perfectas 30 años después o se reclaman actos heróicos al pueblo 28 años después, como que me tocan los cataplines. Por cierto, ¿qué hizo Cercas el 23-F de 1981? ¿lo dice en la *novela*?.

    ::

    A destacar : «La negativa a condenar expresamente el terrorismo no es indicio bastante para acreditar una voluntad defraudatoria de la ley electoral».

    El resto aquí

  3. 2

    Cercas dice que la tarde del 23-F, con dieciocho años, se fue corriendo a la Universidad para que pareciera que se quería enfrentar a la policía y el ejército. Pero confiesa que en realidad esperaba encontrarse con una compañera y sólo quería ligar.

  4. Buenos dias Ricardo Parellada,caballeros callejeros y cabelleras al viento:

    Yo al contrario de Don Cicuta ,no saldré, corriendo a la libreria mas cercana, a comprar el libro,por muy Cercas que sea (o este,ser o estar,to be or not to be).
    Agradezco sinceramente a nuestro anfitrión,que nos haya clarificado su animadversion a los puntos y comas,hay que «sustituir los puntos y coma por humildes puntos, unos seguidos y otros aparte».
    Esta clarificación,por su parte,me inquieta sobremanera,dada mi tendenciaa escribir con puntos suspensivos…..y acabar mis frases ,as logradas con «un….jeje! o con «un…JAJAJA que nervios».
    Como vera ,apreciado Ricardo ,(permitame que le tutee,vale),he hecho un esfuerzo sobrehumano para mejorar la arquitectura literaria de mis pensamientos,pero no se si estoy en el buen camino,o si deberia de fomentar mi lado mas transgresor,llenando mis escritos con «unos ;;;;jeijei.»o con «unos ;;;;JAiJAiJAi que neirvios.
    Estoy a su entera disposición,para las correcciones que estimes oportunas.

    ( Como veran,no he terminado mi comentario con «un ….jeje» o «un …JAJAJA…que nervios. porque la duda existencial ue Ricardo ha introducido en mi alma de bloguero,hace que me sienta inseguro en estos momentos.)

    Nada tiene sentido,sin un «….jeje» o un «….JAJAJA que nervios.

    …jeje (perdonen no me he podido resistir la tentación de lo prohibido).

    P.D Sr Parellada ,dele click a mi nick azulado callejero,lea y digame si alguna vez podre publicar algo ,aunque sea en una enciclopedia del disparate,seria un honor para mi,gracias.

  5. Dejando a mi mujer austada ante lo que creía que era una temeridad por mi parte y con el convencimiento, y el deseo, de que la poblacion con su salida a la calle y la previsible cacerolada que en todo lugar del pais la noticia de la entrada de Tejero en el Congreso provocaría, salí de casa y me dirigí a la Plaza de España de Sevilla, sede en ese momento de Capitanía General. Ya en la calle me encontre con un vecino que dió a netender algo así como «ya era hora», pero creo que debió ver en mi cara que no sintonizábamos. Al llegar a la Plaza de España, creo que sobre las 11 de la noche, encontré que no había más nadie que yo. De vuelta a casa tampoco noté ninguna movilidad en la población. Pensé que si esa iba a ser la actitud de la gente, el golpe iba a tner muchas posibilidades de éxito. ….. Afortunadamente no fué así.

  6. No me explico como en una ciudad fantasma como Sevilla ,durante el 23F,solo se encontrara con un vecino que le decia “ya era hora”.

    Fernando VII ,¿estas seguro de que no era tu reflejo en la luna de algun escaparate?.

    P.D: como verán,la pregunta que le hago a Fernando ,no tiene sentido ,si no le añado un «….jeje.»

  7. Hola!!

    No creo que me lea el libro mencionado… pero interesante es seguro… me doy por satisfecha con el artículo de D. Ricardo (punto y aparte…)

    Yo recuerdo que estaba en natación cuando saltó la noticia y en los vestuarios todo el mundo alborotado y yo pensando que mi padre estaba allí (no sabía qué era «allí» pero como mi padre era como Dios, es decir muy grande y estaba en todos lados, estaba segura que mi padre estaba «allí») y cuando llegué a casa mi madre tranquilamente dijo que no estaba «allí». Mi padre llegó mucho más tarde y fue directo al escritorio a por los pasaportes (quien insinúe cobardía que se atenga a las consecuencias…)
    Anatomía de un instante (punto y coma…jeje); supuse que al día siguiente nos iríamos a Francia y no me importó. Pero al día siguiente no nos fuimos, ni al otro, ni al otro… Desde entonces no hago más que ir y volver de Francia…pero nunca me quedo…jeje
    Saludos!

  8. Polonio:
    «La negativa a condenar expresamente el terrorismo no es indicio bastante para acreditar una voluntad defraudatoria de la ley electoral»
    ¿DE QUÉ VAN???

  9. Queridos amigos y amigas, buenas tardes casi desde casa de Trigo Limpio. Mi más cordial enhorabuena a Don Ricardo por su completa reseña sobre esta obra de Alejandro Cercas, de quien leí tiempo atrás su «Soldados de Salamina» y numerosos artículos. Pongo el tomo a la cola. Atraido por las sugerencias de esta bitácora literaria que es DC en memorables ocasiones, he comenzado con «La princesa de hielo» de Camilla Läckberg para acercarme al universo de la moderna novela sueca de suspense, y me pienso merendar en breve «Gomorra», de Roberto Saviano, libro del que también se ha hablado aquí, al alimón de las difíciles circunstancias personales y el peligro para su vida que corre este joven autor italiano desde que osara acercarse al entorno de esa red criminal que es la Camorra.

    Decirles que mi gran amigo y agorero Rafa Guardiola ya se ha liquidado la lectura del ejemplar, y me dice que merece la pena, y que a él, que ha leído mucho sobre la intentona «síbica» de 1981, le ha gustado mucho más que algunos clásicos sobre el particular, como el de Pilar Urbano o el Pepe Oneto.

    ¿Dónde esta servidor aquella jornada? En casa con un cuadro gripal impresionante, con lo que pude ser testigo directo de la emisión de la entrada de los golpistas en el Congreso desde el viejo receptor de radio de mi abuela. Me sentí perplejo, siendo un pre-adolescente con no mucha consciencia real de lo que pasaba, ante la preocupación de mi padre, implicado como estaba en el PSOE local desde años atrás, el rostro desencajado de mi abuela (que perdió a un hermano en agosto de 1936 en Loja: vinieron a casa a por él y ya nunca más se supo), la serenidad de mi abuelo (que había sufrido la detención en las primeras horas de la entrada de los nacionales en su pueblo y que se libro del «paseo» gracias a un amigo de derechas de la niñez que le sacó antes de que llegara el «amable» pelotón de falangistas y somatenes), las noticias desde el extranjero por parte de llamadas de algún amigo de la familia que lo pintaba todo aún más negro, …… Sólo ahora es uno consciente de lo incierto de aquellas horas, de las tribulaciones de mis mayores que recordaban como un 17-18 de julio de muchos años atrás sucesos similares también radiados fueron el preludio de la tragedia cainita que ha marcado décadas enteras de la historia de España y de qué fue lo que nos jugamos. Y recuerdo también la manifestación del 24, la mayor que se ha producido jamás en nuestra ciudad y que congregó a todos los demócratas en torno a la defensa de la Constitución y de las libertades recién recuperadas.

    Posdatilla 1: recordar hechos como aquellos es un buen acicate para que la gente acuda a cumplir con su obligación cívica y democrática de participación, en la próxima y en cualquiera convocatoria electoral. Mucha gente dio su vida entera para garantizar los derechos políticos de todos los ciudadanos en democracia.

    Posdatilla 2: recordando aquella fecha, en mi ciudad natal, cuántos se frotaron las manos aquella noche y desaparecieron el 24 para no manifestarse, y más tarde reaparecieron políticamente como gentes del «centro reformista». Curioso, ¿no?

  10. Muy buenas
    ¿Donde estaba yo?

    Era un crio, seis añitos, recuerdo a todo el mundo nervioso, y recuerdo ver al Rey, aunque fuese tarde. No me mandaron a la cama pronto.
    Al dia siguiente no hubo cole y en la tele pusieron un montón de documentales de animales.

  11. [7]

    ¿Fue usted solo a enfrentarse a Pedro Merry ? 🙂 ¿No será usted de Bilbao, aunque de Sevilla?
    Magnífica capitanía, obra magnífica de Aníbal González (en donde se rodó parte de la mítica Lawrence de Arabia, por cierto).

    [11]

    Pues va de que el Constitucional le ha dicho al Supremo de todo menos bonito. Aunque las malas lenguas hablan de que se llevan fatal. Mal de amores, dicen.

    (me ha gustado mucho su post 9, Sarah)

    [13]

    ¿Seis años? ¿Ni siquiera la mayoría de edad sanitaria? ¡Cuánta provocación! 🙂

  12. 14

    Don Polonio, como usted bien sabe, Perico Merry estaba desactivado gracias al Tío Pepe.

  13. Hoy todos «esos defensores de nuestro estado de derecho» gritan por las esquinas de sus tertulias contra la decision del Tribunal Constitucional ,porque revocó anoche la sentencia del Supremo que declaró la nulidad de la lista Iniciativa Internacionalista-La Solidaridad entre los Pueblos (II-SP), que podrá ahora presentarse a las elecciones al Parlamento Europeo del 7 de junio.
    Yo soy defensor de la ley de partidos y creo que el Tribunal Constitucional ,ha puesto los limites constitucionales para que esa ley no trasgreda el derecho a participar en unas elecciones democraticas.
    Por lo tanto ,esta decision,me demuestra que nuestro alto tribunal ,dicta sentencia basando sus argumentos en nuestra legalidad y teniendo en cuenta que hay un Tribunal Internacional que vela por los derechos humanos.
    Es un acto de afirmacion de que nuestro estado de derecho existe,es una realidad ,imperfecta,pero lo es.

    «Esos defensores de nuestro estado de derecho» que gritan por las esquinas de sus tertulias ,son los mismos que no aceptaron lo arduo y dificil que es la ilegalizacion de una formacion politica,hasta que no se aportan pruebas evidentes de delito.

    Son los mismos que ahora nos dicen que va bien la lucha antiterrorista «porque hemos rectificado»….¡¡¡Cuanto cinismo!!!.

  14. Lo que uno aprende en este Debae Callejero.
    Según Fernando ,reafirmado con las carcajadas de Polonio,hay «golpistas que se desactivan con Tio Pepe».(para hemerotecas)

  15. Gracias, Ricardo.

    Me gusta la reflexión del autor citada: ¿qué sentido hubiera tenido una aproximación al 23-F desde la ficción, cuando los hechos fueon tan extraordinarios?

    Yo el 23 F tenía 287 años. No había todavía empezado mi carrera en la industria del petróleo (sector comercialización minorista); ese día me había propinado unas lentejas, y la digestión pesada se prolongó en una siesta a la que puse fin conectando con radio nacional para la sesión de investidura (creo que era). Luego vino el ruido de las ráfagas y la convicción de que los habían matado a todos. Eran, sin duda, tiempos peores.

    Abrazos para todos.

  16. Joer. Pues si que tardó Teoura en empezar su carrera en la industria del petroleo. Menos mal que se vinculó a la minorista, si va a la mayorista tarda por lo menos 765 años.

  17. Don Fernando tiene más razón que un santo. No sé a ciencia cierta si se trató del preciado «Tío Pepe», que en eso tengo mis dudas. Los consumidores de ese elixir, por lo menos los que yo conozco, son más comedidos que el militar en cuestión, suelen guardar la debida compostura y, sobre todo, saben combinar adecuadamente el caldo con la riquísima gastronomía que le es compatible al mismo. Yo tengo noticia (lecturas y comentarios) de que Merry estaba completamente borracho aquella tarde debido al consumo excesivo de bebida destilada y espirituosa, e inhabilitado totalmente para tomar decisión alguna, gracias al cielo. Mira por donde el alcohol pudiere haber contribuido al mantenimiento del sistema de libertades en nuestro país.

  18. No se si Jon Salaberria 24,conoce personalmente a Fernando, pero creo que lo ha descrito como es debido:
    » Los consumidores de ese elixir, por lo menos los que yo conozco, son más comedidos que el militar en cuestión, suelen guardar la debida compostura y, sobre todo, saben combinar adecuadamente el caldo con la riquísima gastronomía que le es compatible al mismo.»….como dos gotas de agua…..jeje.

  19. Señores y señoras, a uno le pilló la noticia jugando al mus (que es muy vasco). Al poco rato me dirigía al puerto para embarcar rumbo desconocido junto a Don Xabier Arzalluz Antia…

  20. Jon (12), dices que vas a leer La Princesa de Hielo para entrarle a la novela negra nórdica. Ejem, yo, como en el chiste irlandés, te diría que es mejor no empezar desde ahí.

    (24) Mi información de aquellos días también apunta a los destilados (coñá) como causa de la pasividad de Merry. ¿Recordáis que muchos años después el golpe contra Gorbachov fracasó (entre otras razones) porque su pretendido sustituto, el vicepresidente Guennadi Yanaiev, se excedió en la ingesta de vodka? A la mañana siguiente ni siquiera recordaba lo que había sucedido.

  21. Teniamos una Exclusiva mundial para Debate Callejero.
    El Que Os Mira ha dado con las cintas originales de la conversación telefónica que mantuvieron Álvaro Pérez y Francisco Correa,pero esta indispuesto,con una pereza propia de seres gandules o parlamentarios europeos del PP,donde los haya.
    Lo siento.

  22. Escribre muy bien Parellada, tiene razón don Cicuta. Yo estoy leyendo la novela de Cercas. Y me está gustando mucho.

    Recuerdo con detalle todo lo que hice aquella tarde-noche. Hasta que oí al Rey y bajé a comprar El País, y empecé a respirar. Una cosa que no olvidaré jamás de aquella jornada es que no fumé. Lo había dejado, y fumaba tres cajetillas diarias, el 19 de noviembre anterior, y las ganas que pasé aquella noche no se pueden describir. Cuando logré vencer la tentación supe que no volvería a fumar en la vida.

    En lugar de contar lo que hice aquel día, les transcribo lo que escribieron mis hijos en el colegio cuando les pidieron que lo relataran. Salió publicado, con otros relatos de niños, en El País Semanal del 10 de Mayo del 81. Describe bastante bien lo que fue aquel día para mi familia:

    Mi hijo:
    «Estaba en la peluquería con mi madre cortándome el pelo, cuando oí comentar a una peluquera que habían oído por la radio que habían asaltado el Palacio de Congresos unos que iban de guardia civil. Se reunieron todos los peluqueros, y yo creí que el asalto había sido efectuado por ETA, y además que habían asaltado el sitio donde estaba reunida la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa. Llegamos a casa y mi padre comentó la noticia con su habitual serenidad, mientras se tomaba una taza de te. Tenía puesta la SER y empezaban a dar informativos. Mi madre comenzó a dar resoplidos, como hace siempre que está preocupada. Yo, con cierta gana de parecer más responsable de lo que soy, me fingí más preocupado de lo que estaba realmente, y cuando mi madre le pidió una tila a mi padre, yo me apunté a la ronda».
    «Yo me di cuenta de que, aunque hubiera querido, no habría podido limpiar mi cuarto, cuadernos del colegio, etc., de pegatinas, posters y banderas de izquierdas. Pensé que a lo mejor yo podría ser un nuevo Ana Frank y me vi en su misma situación».
    «Tengo que reconocer que sentí algo de miedo cuando me enteré que el que estaba en el Congreso al mando de los insurrectos era Tejero»:
    «Luego sentí más miedo cuando mis padres me dijeron que Miláns era un fascista».
    «Mi madre insistió en que nos fuéramos a casa de mi abuelo, por si pasaba algo, y sin decirnos nada, cogíó los pasaportes, por si acaso. Nos fuimos a casa de mi abuelo, donde pasamos esa noche».

    Mi hija:
    » Mi madre, que tenía bastante miedo, me dijo «vamos a casa de la abuela». Preparamos las cosas, los pijamas, y mi familia y yo nos quedamos a dormir en casa de mi abuela».

    Así es cómo fue.

  23. Ahora que estoy aquí, en las islas canarias, justamente en el mismo sitio donde el 23 F de 1981 acababa de jurar (en realidad, prometer) bandera (hablo de la mili, aclaro para los jóvenes, que hice siendo ya licenciado universitario) cuando Tejero, Miláns y cía montaron el lío aquel, no me cuesta nada recordar qué hice, como viví esos instantes… Creo que ya era mayor, sin serlo, aunque no tanto desde luego como Teuora, por lo que cuenta, y casi me da apuro ese recuerdo, sobre todo, despues de leer el post de Polonio (14) contestando a Fernando (7). Desde luego, me adhiero al post 2 de Polonio.

    Espoleado por Parellada leeré el libro de Cercas aunque tras la lectura de lo que publicó EP semanal pensé (no sé bien por qué) que no me iba a gustar. Rarezas de uno, que está en horas raras. Ojala me equivoque.

  24. Vamos a ver ,un poquito de por favor….¿que es eso de «aclaro para los jovenes»?..¡corcholis!…aqui los unicos jovenes que hay son mi nietecilla y los churumbeles nacidos a la luz de debate callejero…jeje.

  25. Pues yo estaba en casa merendando cuando la vecina de al lado llamó a nuestra puerta para contarnos lo que acababa de oir por la radio punto seguido Recuerdo que mi padre nos dijo que no habláramos en la calle y a mí aquello me parecía superemocionante punto y aparte

    AL día siguiente no hubo cole así que no tuve oportunidad de cumplir las instrucciones paternas, pero las pelis que había en la tele compensaron mi frustración punto final.

  26. Una precisión: la multitudinaria y emocionantísima manifestación de rechazo al golpe no fue el 24 sino el 27 de febrero. Por lo menos en Madrid.

    Y ahora un pequeño homenaje a Rafael Azcona: repasando el EPS donde venían los relatos de mis hijos, releí el de la hija del genial guionista. Iba al mismo colegio y cuenta: «Pregunté si iría al colegio al día siguiente y mi padre me dijo que sí, pues ese era mi deber de ciudadana».

  27. Muchas gracias por los comentarios, muy especialmente por los testimonios de PMQNQ.

    Me alegra comprobar que soy un año más joven que Teoura, pues el 23-F yo tenía 286 años.

    Habría que ver más despacio si es justa o no la apreciación de Cercas sobre la pasividad de la sociedad española la tarde del 23-F, como señalan Cicuta y Polonio. A mí la narración de Cercas me resulta convincente. No sé si he transmitido bien su punto de vista, pero en todo caso no creo que merezca ser considerado un valiente de salón, como dice Polonio 2. Matiza demasiado como para merecer que se le califique así. No creo que a todo el mundo le interese leer el libro, pero si alguien lo ha hecho o lo está haciendo, como PMQNQ, me interesaría saber si está de acuerdo en este punto.

  28. Polonio, me alegro que te gustase…

    Me han contado esta tarde que el partido este nuevo, II-SP (cómo se lee?), dijo que rechazaba la violencia (sin especificar) y que es lo mismo que hizo Aralar, entonces no entiendo el follón con este II-SP y no con Aralar (¿o lo hubo y no me enteré?),
    ¿esto es correcto?

    Saludos!

  29. Agradezco a mi querido Ricardo el interesante texto sobre el libro de Cercas y de paso le mando mis buenos deseos para toda su familia, sobre todo para la que es de seguro la niña de sus ojos. Ya te llamo pronto, compadre, pero antes déme usted su nuevo teléfono, que no poseo. Sobre el 23-F: la circunstancia de que este incidente se transmitió por TV hizo posible un impacto internacional más agudo. Recuerdo las imágenes que pude ver en Perú del coronel Tejero y su absurda bravuconada, que parecían sacadas de una película sobre dictaduras latinoamericanas. Habituados como estábamos los sudacas a gorilas irrumpiendo en los congresos como en su casa, no es que el hecho nos haya parecido extraño. Lo extraño fue su transmisión casi en directo y que fuera Europa, aunque España acababa de salir de una dictadura. Recuerdo también ciertos comentarios de mi finado padre sobre la reacción de los congresistas. Habiendo peleado en la guerra, mi padre tenía un automático respeto por el coraje, y le endilgó elogios incluso a Carrillo. Digo incluso, porque mi padre era cualquier cosa menos un comunista. «Ese será un comunista, pero tiene huevos». Algo así dijo. Ya sabemos que las generación de nuestros padres apreciaba con más ahinco los atributos gonadales. Como es común en muchas ficciones (pienso en el momento de cobardía de Jim, en la novela de Conrad, por ejemplo), el destino de un hombre puede redimirse o condenarse en un acto, aunque dudo que de haberse tirado al suelo, habría cambiado mucho en la imagen de los desafiantes Suárez y Carrillo. A fin de cuentas, a nadie le gusta ser visitado por un balazo. Pero dicha actitud los honra y testimonia cojones, que valen algo después de todo. Muy buena reseña, Ricardo, y me compraré el libro cuando vaya a Madrid.

  30. El 23-F fue el bautizo de fuego de nuestra democracia. Fue el día en que para los observadores extranjeros España pasó a ser considerada un país de Europa Occidental y dejó de ser el origen del caudillismo que ha caracterizado a los países suramericanos.

    Ese dia yo seguí lo que ocurrío y charlé mucho con otras personas sobre el desenlace. Ver al Rey en la tele fue un momento emocionante y después de su discurso de «la Corona no puede tolerar…», me entró un gran relajo y tuve nuevas conversaciones telefónicas, ahora rociadas con vino. Al dia siguiente fui a mi trabajo con sueño, pero deseoso de hablar. A las 9 y media abandoné mi despacho con otro compañero y nos fuimos a la plaza de Neptuno a esperar el final de la bravuconada. No nos dejaban acercarnos a las Cortes, pero en cuanto en la lejanía vimos salir a los congresistas la mayoría nos pusimos a apaudir.

    El 27 nos reunimos muchísimos en la Ronda que va de Embajadores hasta Atocha y nos dirijimos a Las Cortes. Entonces Atocha estaba surcada por un paso elevado por el cual yo iba con mi mujer y cuñados y, al ver que la gente tambien se dirigía a Neptuno por debajo del paso elevado, me acordé de la película El Almirante Potenkin, en la que Einsestein mostraba masas circulando por encima y debajo de puentes.

    Por mucho que me digan algunos que el Rey estuvo dudoso hasta tarde, yo creo que lo hizo muy bien y que fue su bautsmo de fuego.

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