Una casa en las afueras

Alfonso Salmerón

¿Pueden Pablo Iglesias e Irene Montero comprarse la casa que les venga en gana afrontando la hipoteca con su sueldo de diputados una vez devengado lo que corresponde según el código ético de su partido? Por supuesto que pueden. Y hay un mucho de verdad en el acoso y derribo por parte de la derecha y sus voceros, que denuncian en su defensa, como también es cierto que no se les mide con la misma vara de medir que a otros representantes políticos por el hecho de pertenecer al partido que pertenecen y representar lo que representan.Sin embargo, a mi modo de ver ambos han cometido un error de bulto en una decisión personal, por otra parte del todo legítima, por la que no deberían dar ninguna explicación, ni mucho menos someterla -como han hecho- a la decisión de las bases de Podemos.

Porque se trata de una decisión personal, que como todas las que son tomadas por un representante político tienen una trascendencia. Decía Manolo Sacristán que la política es la ética de lo colectivo. Por consiguiente, en tanto que todo comportamiento individual tiene una dimensión colectiva, desde una perspectiva marxista no se puede disociar lo personal de lo político en la conducta humana.

¿Se puede afirmar por tanto que Irene Montero y Pablo Iglesias tienen derecho a vivir en una casa con piscina en el campo mientras ostentan la máxima representación política y parlamentaria de la fuerza que aspira a transformar el sistema político? Por supuesto que tienen todo el derecho del mundo a hacerlo. Sin embargo, en el campo de la semiótica, es una decisión, que por incoherente con el discurso político que practican, rompe en mil pedazos la credibilidad de sus protagonistas. Una imagen vale más que mil palabras. Y no hay argumentario capaz de tapar la imagen del chalé con piscina en la sierra.

Por mucho que quieran forzarse los argumentos, la cuestión es que esa imagen condensa todos los tópicos del estilo de vida que poco tiene que ver con los valores que se predican, como la sencillez y la humildad, y en especial con aquellos que tienen que ver con el modelo de consumo que conlleva, desde la movilidad al consumo energético. Tienen derecho a vivir donde quieran, por supuesto, pero la credibilidad de unos dirigentes políticos que, cual partisanos, irrumpieron al grito de “abajo la casta” queda muy tocada cuando se asume en tan poco tiempo el estilo de vida propio de la clase a la que se pretende derrocar. Una vez más, el sistema muestra su capacidad infinita para neutralizar la capacidad subversiva de los movimientos políticos emergentes.

Los ciclos políticos parecen consumirse demasiado deprisa en nuestro país. Hace apenas cinco años, la misma energía electoral renovadora que hizo posible que un joven político llamado Pablo Iglesias irrumpiera con fuerza en las elecciones europeas, provocaba la dimisión de Willy Meyer, un veterano político de Izquierda Unida, por haber suscrito el plan de pensiones que el parlamento europeo ofrece a todos los eurodiputados. No quiero decir con ello que el ciclo de Podemos se haya agotado, pero sospecho que habrá un antes y un después inevitable tras el asunto de la casa en las afueras.

Sorprende que a Podemos, esa fuerza paradigmática de la nueva política española que se forjó en las trincheras de las redes sociales, y que tiene en la obsesión por el control del relato su principal arma política, se le haya pasado por alto este hecho. Un asunto digno del más serio estudio al que podrían aplicarse sociólogos y politólogos, y en cuya explicación tenga seguramente mucho que ver la confluencia de ingenuidad y de soberbia en concentraciones importantes.

En lo que no sabemos si ha sido un intento de rectificación tras haber tomado conciencia del error, o más bien la clásica maniobra de toda la vida del cierre de filas, Irene y Pablo han puesto sus cargos a decisión de la militancia. Mal asunto ése, el de trasladar la responsabilidad personal a las bases del partido, que con toda probabilidad refrendarán ampliamente la decisión de sus líderes, dando por cerrada la crisis política.

Será entonces el momento de hacer recuento de las plumas perdidas y de calibrar las consecuencias que pueden llegar a ser trascendentales para el futuro inmediato del país, de un asunto que han sabido hacer estallar en el momento oportuno los mismos perros de presa de la ultraderecha española instalada cómodamente en los resortes de todas las esferas del poder, que liquidaron hace apenas unas semanas a Cristina Cifuentes.

En el mismo momento que escribo este artículo, Rajoy, Rivera y Sánchez, sellan el pacto que prorroga sine die el 155. Torra y los suyos ya tienen su coartada para iniciar un nuevo capítulo del procés, que, como nos cuenta Guillem Martínez, puede culminar con la convocatoria de elecciones catalanas para el próximo otoño. Una elecciones que cerrarían el ciclo que se inició con la victoria de CDC en 2010 en plena crisis económica, y otorgaría de nuevo al espacio convergente refundado en el PdCat una nueva victoria electoral como antesala para las municipales del 2019, que a su vez, dicho sea de paso, tienen como principal objetivo arrebatar la alcaldía de Barcelona a los comunes.

No hay que perder de vista esa coyuntura para entender la maniobra de la caverna, cada vez más entregada a la España Ciudadana, que ha querido aprovechar la torpeza de los dirigentes podemitas para quitar de la contienda política al único partido (y sus confluencias) que puede amenazar con romper la hegemonía política de las derechas en ambos espacios políticos (estatal y catalán). En tiempos de las postverdad, de los gestos y de la batalla por el relato, la semiótica es todavía mucho más importante de lo que parece. La imagen de la casa en las afueras es una patada donde más nos duele. Y los chicos de la FAES 2.0 lo saben.

 

5 comentarios en “Una casa en las afueras

  1. Me importa poco la compra de la casa. Allá ellos. Me importa todavía menos ese discurso de beata de misa de doce sobre la coherencia. La izquierda se ha llenado de curitas con mala conciencia. Y así nos va. Lo único relevante es esa consulta ridícula, más propia de un partido peronista o chavista que de un partido que pregona, dicen, la nueva política. Con la consulta Pablo e Irene le ha dicho a su gente que ellos son Podemos. O ellos o el caos. Pero lo asombroso es que el partido se lo ha creido. Imposible envejecer más rápido.

  2. Muy de acuerdo con Polonio. Parece ser que la madrina de las niñas será Cristina Kichner.
    ¡ Señor , qué cursis y folletinescos ! ¿ Qué tiene que ver esto con la izquierda , las castas , el marxismo , y , sobre todo , con la gente limpia y aseada ?
    Su última queja , la privacidad. He reservado en el kiosko el número de hola !

  3. Agradeciendo al articulista el post (gracias!!) y habiendo dejado el tiempo prudencial para comentarios, vamos al análissi de la actualidad más recientes:

    1) Ana Patricia Botín se declara feminista y a favor de la política de cuotas, dejando al gran parte del muy sui géneris «liberalismo español» (Ciudadanos incluido) en fuera de juego posicional. Tras el hitazo «no soy monárquico pero sí Juancarlista» se prevé un «yo no soy ni machista ni feminista, soy Anapatricista» (quizás)

    2) Aunque parezca imposible, Zaplana no estaba imputado por nada, anomalía histórica que ha caducado con su detención hoy. Como pedrea, imputado el Secretario de Estado de Hacienda (que no es cosa menor, como diria el presidente Rajoy).

    3) Como tercera, este artículo en Politikon, cuyo título ya señala la temática pricipal «Copiar a Obama y sonar como Primo de Rivera»
    https://politikon.es/2018/05/22/copiar-a-obama-y-sonar-como-primo-de-rivera/

  4. A la primera pregunta de Salmerón hay que contestar que no , que no pueden comprarse la casa que les venga en gana si media una hipoteca , porque el asunto entonces se convierte en cosa de tres: la feliz pareja y el banco.
    En el mercado actual y con los datos que han facilitado el scoring sale : DENEGADO. Como además es público que tratamos con un mentiroso compulsivo por sentencias firmes y que apoya moralmente a los resistentes a ser echados frente a los legítimos dueños , no es el mejor candidato para devolver préstamos al ofrecer un flanco frágil a su reputación. Para el negocio bancario no cabe ninguna duda de que es un problema alguien que somete sus decisiones personales a la perturbación sistemática de unas bases que tienen por costumbre reúnirse en foros taurinos o mediante chats , sin responsabilidades solidarias y que le pueden ordenar que no pague los intereses o , ya puestos , la hipoteca completa.
    Como se lo ha concedido la Caja de Ingenieros , una entidad especializada en alto riesgo , es posible que conozca detalles que deberá explicar al Banco de España.

    http://www.eleconomista.es/banca-finanzas/noticias/9152591/05/18/Un-tercio-de-las-hipotecas-de-la-caja-que-presta-a-Iglesias-es-de-alto-riesgo.html

    Ah , es verdad que le atacan muy duramente pero su forma de hacer política lo pide a gritos , en especial cuando bombardea los campos de la lógica con baterías de cohetes nucleares.

  5. Pienso para Existo:
    Los jueces de Escocia,Bélgica y Alemania son los causantes de que los independentistas que están en la cárcel,no salgan de ella.
    Como va a dejarlos salir si los países donde están los fugados ponen en duda los delitos por los que son encausados ,poniendo en solfa las garantías judiciales de los acusados en España.
    Si hay políticos independentistas en la cárcel no es por culpa del juez del Supremo.
    Mas vale pájaros en mano que cinco en el quinto pino.

    Esta reflexión me lleva a pensar que Pablito Churchix «El aberchalao» se ha vuelto pijo,pijo,pijo del carajo.

    Ejem…que te parece,Existo?

    iii Mujica perdonale sus pecados !!!
    …JAJAJA….que nervios

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