Carlos Hidalgo
En poco tiempo Albert Rivera ha pasado de ser el aspirante a yerno perfecto a ese señor iracundo que mira mal a los bebés que lloran. Abandonar el centro, que es un sitio que te obliga a quedar bien, le ha sentado mal. Sigue leyendo
Carlos Hidalgo
En poco tiempo Albert Rivera ha pasado de ser el aspirante a yerno perfecto a ese señor iracundo que mira mal a los bebés que lloran. Abandonar el centro, que es un sitio que te obliga a quedar bien, le ha sentado mal. Sigue leyendo