Un programa para la eternidad

Arthur Mulligan

Si por algo se ha caracterizado el gobierno accidental de Sánchez es por su inconsistencia, reflejo exacto de una debilidad de origen. Un gobierno desiderativo que se ha manejado con los presupuestos del anterior por no reunir los apoyos necesarios para lograr unos nuevos; que ha recurrido al decreto ley para sobrevivir, gastar dinero sin recaudarlo y fiando todo a que sus intenciones se verán recompensadas por un electorado agradecido. ¿A qué precio? Eso importa poco en la política española, muy mal pagada y en donde priman los irresponsables -de extracción funcionarial predominante- y un escaso talento de imprecisos objetivos personales, que van desde una voluntad genuina de servicio al país, pasando por la egolatría que trata de replicar su éxito en otros medios, hasta la inversión en influencia y proyección de negocios particulares. Sigue leyendo