Cuando se hizo pública la inscripción del sindicato de trabajadoras del sexo OTRAS, a principios de agosto, la ministra Magdalena Valerio compareció a toda velocidad para decir que le “habían metido un gol por la escuadra” y tal inscripción le costó el puesto a una directora general nombrada sólo semanas antes. Sigue leyendo
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