Carlos Hidalgo
ETA no acabó la semana pasada, realmente acabó en 2011, acosada policialmente y en los juzgados, infiltrada de arriba a abajo, descoordinada, dispersa y casi sin apoyo social. Los atentados del 11-S, del 11-M, la propia existencia de Al Qaeda hicieron a ETA aún más intolerable. Hacia fuera y hacia adentro. Sigue leyendo