Senyor_J
Son muchos los que hace medio año no podían imaginar en absoluto cómo se iban a desarrollar los hechos en la política catalana, a pesar de que los partidos soberanistas se habían puesto de acuerdo para proclamar las leyes de referéndum y transitoriedad. En agosto del año pasado, cuando todos esperábamos conocer cómo se iba a gestionar su tramitación, la mayor parte de los pronósticos oscilaban entre el escepticismo de los que pensaban que no se atreverían y el optimismo antropológico de los que creían que la independencia sería un hecho al cabo de pocas semanas. Sigue leyendo