Senyor_J
En un ya lejano 1 de octubre, el ciudadano corriente se personó a primera hora en el Centro Cívico de Fort Pienc en Barcelona, dispuesto a vivir una jornada histórica. Llevaba en su mano un sobre con una papeleta para decidir sobre la independencia de su territorio y se disponía a votar a favor de la misma con la primera luz del día. Sigue leyendo