España, ni roja ni rota

David Rodríguez

“España, antes roja que rota”, bramaban los fascistas para ilustrar su intenso amor a la piel de toro, que anhelaban mantener unida aunque fuera bajo el yugo de las hordas masónicas y comunistas. En tiempos más modernos, sin embargo, los mercados financieros suelen mostrarse menos apasionados en los asuntos del linaje, pues desde su punto de vista el dinero juega el papel de más que digno sustituto de la bandera. Sin embargo, no debemos olvidar que España mantiene intactos todavía ciertos rasgos heredados del franquismo, y el nacionalismo sigue proporcionando un interesante caudal de votos para caciques y barones varios, que además suelen mostrarse propicios a satisfacer los deseos de los poderes económicos. Así pues, no es complicado alcanzar una entente entre la fría lógica del capital y las insignias vernáculas, bajo el eslogan más contemporáneo y ambicioso de “España, ni roja ni rota”. Sigue leyendo