No con mi voto

LBNL

Me refiero, claro está, a la probable decisión del PSOE de abstenerse o de facilitar de alguna manera la investidura de Rajoy antes de que acabe el plazo legal para una nueva disolución de las Cortes y la consiguiente “tripitición” de las elecciones. Es decir, me alineo con ese 49% de votantes socialistas, según la encuesta de El País de ayer, que considera prioritario oponerse a un nuevo Gobierno de Rajoy antes que evitar unas nuevas elecciones a cualquier precio. Y ello a sabiendas, como comparte el 56% de los mismos votantes, que nada bueno cabe esperar de unas nuevas elecciones en las condiciones actuales. Nada bueno para el PSOE porque hay consenso sobre lo mucho que ganarían tanto el PP como Podemos. En vista del sainete que ha protagonizado y sigue protagonizando el PSOE en las últimas semanas – ¿por qué no dicen ya que proponen abstenerse?, ¿cuándo piensan dejar de escenificar y empezar a hablar claro? – no cabe sino anticipar una sensible caída en votos y escaños. Pero una catástrofe podría ser también una oportunidad para la catarsis que el PSOE necesita para salir de la mediocridad permanente en la que lleva instalado desde que Zapatero decidió inmolarse anteponiendo los intereses nacionales a los propios y a los del partido.

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