Corrupción estructural

David Rodríguez

Este domingo, el periodista Jordi Évole entrevistaba a Mariano Rajoy con la corrupción como tema estrella sobre el tapete. Ante la evidencia de los muchos casos que se ciernen sobre el PP, el Presidente intentaba a la desesperada transmitir la idea de que se trata de hechos aislados. La enorme cantidad de los mismos no le desanimaba, y Rajoy insistía en la realidad de que también existen numerosas personas honestas en su partido. Lo que no quedó claro es cuál ha de ser el umbral de casos a partir del que deba resultar preocupante el asunto de la corrupción. Así, el Presidente naturaliza como algo lógico la existencia de tantos y tantos incidentes en su Partido, obviando el carácter estructural con que la corrupción mancha sus siglas. Esta es una de las estrategias para relativizar el problema, tratando de individualizarlo o reducirlo a acontecimientos aislados.

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