José Rodríguez
Durante los meses posteriores al 9N la política catalana ha aguantado la respiración.
El 9N evidenció una cuestión hay una mayoría a favor de la independencia pero es una mayoría débil.
El «dret a decidir» y el «soberanismo» tienen un apoyo muy amplio y sólido (las encuestas dan más de un 70 o 75% entre los catalanes a votar entre ellos su futura relación o no relación con España), pero no todo soberanista es independentista y ese apoyo que tenía el «procés» cuando se centraba en el dret a decidir, transversal y que incluía a las entidades sociales y cívicas catalanas, no es trasladable a la independencia.