Vendas, guantes y clase trabajadora

Julio Embid

El boxeo es un deporte lleno de rituales. Uno de los más importantes es ponerse las vendas en las manos antes de ponerte los guantes y saltar al ring. Es uno de los momentos de mayor excitación del púgil. Es un momento de intimidad entre el entrenador y el gladiador justo antes de saltar al escenario. Primero se pasa la venda por el pulgar y se hace fuerza. Seguido se enrolla la venda blanca sobre la muñeca varias veces. Después se alterna el giro entre la muñeca y el pulgar fijando este firmemente. Sigues por los nudillos, que junto a tu cara, van a ser los más castigados durante el combate. Varias veces, con fuerza. Vas notando como la adrenalina que estás generando se extiende por todo tu cuerpo. Tus sentidos se agudizan, escuchas mejor, ves mejor, se acelera todo tu pulso. Por último pasas la venda entre cada uno de los cuatro dedos largo, dejándolos descubiertos, como si hicieras un mitón. Puedes oír al público que ruge, ya sea en un estadio, un gimnasio o el bar de un polígono. Lo que te quede de venda lo vuelves a enrollar sobre los nudillos y la muñeca, hasta unirlo con un velcro al final. Ya estás listo para golpear al rival.

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