Rouco

Lobisón 

Puede haber sido su despedida pública, ya que se espera que a comienzos del próximo año el papa acepte su dimisión por razones de edad. El domingo 29 el cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, presidió una celebración de la sagrada familia en la plaza de Colón, en medio de una multitud de miles de personas, incluyendo a los infaltables, infatigables y prolíficos kikos, con Argüello a la cabeza. Y, en parte porque ha conseguido del gobierno de Rajoy gran parte de lo que quería, y en parte por no desentonar demasiado de los nuevos vientos de Roma, el hombre ha sido menos feroz de lo habitual en él.

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