Náufragos

Barañain

Si yo me dedicara, desde algún lugar de la costa norteafricana  o desde el interior de Somalia, Malí  o Eritrea al negocio – mafioso o no-,  de la emigración ilegal  a Europa, es decir,  si  viviera de montar  una de esas redes de tráfico de personas que queriendo entrar a toda costa en Europa se instalan en embarcaciones no aptas para navegar, estaría encantado de escuchar las declaraciones que emiten algunos –muchos- representantes de la burocracia política europea con ocasión de los dramas provocados por mi negocio de “viajes de la muerte”. Y estaría mucho más feliz aún si comprobara que tales declaraciones se transforman en recomendaciones susceptibles de ser adoptadas por los gobiernos europeos. Entonces tendría la certeza de que mi negocio tenía el éxito garantizado y que sólo podría prosperar, nunca decaer.

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