El buen Ministro

Andoni Guridi

Un buen Ministro, nada más ser nombrado, se encarga de cesar al número imprescindible de altos cargos nombrados por el gobierno anterior, hace un gabinete de asesores de confianza, elige a los funcionarios más afines del Ministerio para ascenderles a puestos directivos y se encarga de ir orientando poco a poco la acción ministerial para lograr los objetivos políticos de su gobierno. A la vez, es necesario defender fieramente las competencias de ese mismo ministerio y hacer que su trabajo sea impermeable a influencias externas. Durante la mayor parte del tiempo, un ministerio funciona en “automático”. Los funcionarios, gente preparada y profesional, mantienen en marcha el motor del Estado, sea cual sea el color del Gobierno; mientras que los políticos se encargan de fijar el rumbo y tratan de que la maquinaria siga en funcionamiento con la mayor eficiencia posible y unas prioridades bien fijadas. El Gobierno se encarga de que la Administración ejecute el programa con el cual han ganado las elecciones, venciendo inercias administrativas, dando la cara en el Parlamento, ante los medios de comunicación y responsabilizándose de su gestión en las siguientes elecciones.

Sigue leyendo