Agendas y tiempos

Lobisón

 La saña con la que los austericidas insisten en la reducción del déficit tiene dos razones. La primera es armonizar la política fiscal de los países de la Eurozona, para evitar asimetrías frente a choques externos. Esta es una debilidad del diseño del euro: una única política monetaria con políticas fiscales divergentes sólo puede conducir a situaciones como la de comienzos de la década pasada, en la que la laxitud del BCE era necesaria para Alemania y Francia, pero alimentó las burbujas de Irlanda y España.

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