Consenso, ¡claro que sí!, ¿pero cuál?

José S. Martínez 

Hay quienes sostienen que para salir de la crisis actual es necesario que los agentes políticos y sociales alcancen acuerdos, como sucedió en la Transición. Defiendo por completo aquellos pactos, y creo que su éxito se debió a que eran una buena definición de quiénes queríamos ser: personas capaces de dirimir sus desacuerdos políticos sin violencia física e integrarnos en la Europa del capitalismo con rostro humano. Para lograrlo, la izquierda renunció a la ruptura política y la derecha cedió espacios de poder y libertad. No fue una cesión en condiciones de igualdad, pues mientras unos habían pasado por calabazos y salas de tortura, otros habían vivido cuarenta años en una paz apacible (Mayor Oreja dixit) y se sentían apoyados por el Ejército. Dicho de otra manera, el consenso fue el resultado de la relación de fuerzas entre revolución e inmovilismo, y no una especie de Pentecostés laico, con la bajada del Espíritu de la reconciliación.

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