El papel de la oposición

Millán Gómez

Después del Congreso, no hay nuevo PSOE. Es el mismo, el arcaico, el veterano, el desnortado. En definitiva, el perdedor. Ahora comienza una travesía por el desierto, a expensas de lo que ocurra en Andalucía y Asturias el próximo 25 de marzo, fecha que agravará o limará la humillante derrota electoral en los comicios generales del pasado 20 de noviembre. Los pronósticos no son nada halagüeños para el principal partido de la oposición, partido en dos en cuanto a candidatos y fieles a cada uno de ellos, pero que cuanto menos oficialmente no está roto y mantiene una cierta unidad de acción. Dos nuevas derrotas harían volver a temblar los cimientos de Ferraz y abrir una nueva ventana a otra alternativa interna. Mientras tanto, Rubalcaba y su equipo de adláteres no han permitido el más mínimo gesto de integración hacia los “chaconistas”. Curiosa gestión de la democracia de quien tanto utiliza ese concepto. Como bien dijo un editorial de “El Mundo” hace varias semanas “Rubalcaba siempre dice estar de paso, pero siempre permanece”.

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