«Last man in tower» de Aravind Adiga

Frans van den Broek 

Por alguna razón que desconozco, pero que tal vez sea tan simple como la codicia, el mundo de la construcción está lleno de mafiosos y criminales. No me refiero al albañil o al peón de obra, que muy a menudo trabaja a destajo y mal pagado, sino a todos los demás, desde las mafias pseudo-sindicales que exigen pagos extra y el contrato de sus asociados, so pena de represalias que no escatiman violencia o amenazas, hasta los empresarios y funcionarios encargados de la adjudicación de obras, sin olvidar a los políticos que trafican influencias o se dejan sobornar sin remilgos. Si la historia de la civilización está plagada de barbarie, la de casi cada edificación que habitamos está llena de abuso o fraude, cuando no de sangre. 

Sigue leyendo