La Gran Transformación

Frans van den Broek

El problema con las grandes transformaciones es que casi nunca se sabe qué dirección van a tomar. No es difícil recordar la ingeniería social del finado Stalin: transformó a sus súbditos en monstruos, imbéciles o amedrentados, cuando no en prisioneros o exiliados. Al resto les asignó un par de metros de tierra para su eterno reposo, y todo esto en un país poseído en aquel entonces por un espíritu idealista que hubiera hecho mucho más fácil una verdadera alquimia política hacia la piedra filosofal de una sociedad un tanto más justa y equitativa. Es cierto, algo se logró, como industrializar a un país agrícola y atrasado, extender la alfabetización, salud accesible, eliminación (literal, muchas veces) de la miseria. Pero a un costo casi inimaginable para un habitante actual de occidente.

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Credibilidad y democracia

Millán Gómez

El terrorismo etarra ya es pasado por una victoria de la sociedad española. Dicho triunfo se ha conquistado en parte gracias a Ley de Partidos que ilegalizó su brazo político. Así lo defendí en su momento, del mismo modo que entendí que hoy día nos encontramos en una situación antagónica a la de entonces. Lo era en mayo con motivo de las elecciones municipales y mucho más en noviembre con las generales después del anuncio del final del terrorismo. Les hemos pedido con razón infinitas veces que dejaran la violencia a un lado. Lo han hecho. Ciertos sectores de la mal llamada izquierda abertzale han colaborado activamente en conseguir la paz. Alejados de los focos y con altura de miras. Se activó un rayito de luz en un mundo tan fundamentalista, antidemocrático y sangriento. No valorarlo es negar la evidencia. Ojalá algún día sepamos con luz y taquígrafos quiénes han sido, qué rol han desempeñado y en qué medida su influencia ha sido decisiva. Uno devora información sobre el tema y, por ende, tiene cierta orientación. Recomiendo, por este mismo motivo, el libro de Jesús Eguiguren “ETA. Las claves de la paz”. Gustará más o menos, pero, como bien dijo otro dirigente fundamental para la paz como ha sido y es Antonio Basagoiti, el autor “tiene buena fe”.

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Familia, género, trabajo y políticas públicas

José S. Martínez García

Me gustaría compartir con Vds. unas reflexiones a cuenta de un seminario sobre género, familia y trabajo al que tuve ocasión de asistir. Salí de allí con la idea de que, simplificando mucho la realidad, podemos considerar que hay trabajos buenos y malos, y familias buenas y malas. Un trabajo bueno está bien pagado, se desempeña en condiciones físicas agradables, permite grandes márgenes de autonomía en su ejecución y de algo así como de «realización». Lo contrario sería un trabajo malo. En una familia buena, las personas se apoyan, respetan, quieren y toman decisiones colectivas teniendo en cuenta los intereses de todos sus miembros, y estableciendo alguna compensación para los que salen perjudicados, cuando el conflicto de intereses es inevitable.

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Austeridad y desigualdad

Lobisón

La alternativa que se ha perfilado en la cumbre del 9 de diciembre del Consejo Europeo es una refundación de la UE que en principio podrían suscribir todos los países miembros excepto el Reino Unido. Se trata de crear mediante un tratado internacional una UE en la que los Estados se comprometerán a introducir en sus textos constitucionales una regla de oro del déficit y para la contención de la deuda. Las nuevas reglas modificarán la forma de gobierno de la eurozona y servirán para llevar los presupuestos nacionales hacia un mayor equilibrio. La pregunta evidente es si este aumento de la ‘gobernanza fiscal’ es el único mensaje que se pretende enviar a los mercados o si, en cambio, es la condición para pasar a una fase distinta.

Los asesores de Merkel han dado entender en varias ocasiones que una mayor gobernanza económica en la eurozona sería necesaria antes de pensar en un papel más activo del BCE frente al encarecimiento de la financiación de los países periféricos. Por mayor gobernanza (gobernanza reforzada) se entiende ante todo un mayor compromiso para limitar el déficit, formalizado en la misma constitución de los países miembros, siguiendo el ejemplo alemán, e introducción de mecanismos de automáticos de sanción para los países incumplidores. En suma, se trataría de impedir que el respaldo del BCE se convirtiera en un cheque en blanco para los países incumplidores.

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Sigo siendo anglófilo

LBNL

Siempre he recelado de quiénes se dejaban llevar por los instintos y reclamaban la exclusión del Reino Unido de la Unión Europea, así que no es de extrañar que el resultado de la Cumbre de la semana pasada me llene de amargura: la marginación de Gran Bretaña de la Unión no es buena ni para la Unión ni para Gran Bretaña.

Al contrario, la Unión es mucho más fuerte gracias a la Gran Bretaña, a su poderío, a sus capacidades, a su tradición. Es el único país que conozco que es plenamente democrático pese a las innumerables deficiencias de su sistema legal, teóricas y suplidas en la práctica por unos usos y costumbres que para nuestra democracia bien quisiera.

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¿Més Esquerra, menos PSOE?

Pratxanda

Los más viejos de DC recordarán un anuncio donde un hombre con el smoking desabrochado y descorbatado caminaba por las calles mientras la voz en off decía: “Este hombre perdió su trabajo, su mujer lo abandonó por su mejor amigo, apostó lo que le quedaba a rojo y salió negro… pero este hombre conserva su Volkswagen”, y miraba satisfecho las llaves del coche. El PSC es el hombre del anuncio, solo que no se acuerda de donde lo tiene aparcado. Para ver si lo recuperan han organizado el congreso correspondiente este fin de semana. Debía ser en noviembre pero Merkel propuso el adelanto electoral.

Tras el congreso de Sitges los llamados capitanes  (Iceta, Zaragoza y Montilla) toman el poder en el PSC, van a buscar a Maragall a Roma y le ofrecen la corona. Y el PSC llega al gobierno en 2003. Posteriormente lo echan. En 2006-2007, aun habiendo perdido algunos votos, el PSC tiene el mejor panorama posible. Sin ser el partido más votado, lidera la coalición que gobierna la Generalitat, controla las cuatro diputaciones, las cuatro capitales de provincia, todas las ciudades de más de 100.00 habitantes y numerosas capitales de comarca. Convergencia, que solo puede exhibir la alcaldía de Sant Cugat («us ho juro per Snoopy»), aparece en las viñetas de los diarios catalanes como israelitas caminando por el Desierto del Sinaí.

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Dilemas ganadores

Millán Gómez

La historia la escriben siempre e injustamente los ganadores. El PP ha triunfado en las últimas elecciones generales. En esos resultados objetivos e irrefutables se basan desde Génova a la hora de considerar que la responsabilidad de la crisis es del Gobierno actual en funciones. Los votos no otorgan la razón, sino el apoyo. La mayoría de la sociedad española ha considerado que el PSOE es el responsable de la crisis y, como tal, lo han enviado a los fríos banquillos de la oposición. A una tribuna opositora menguante, con todo lo que ello significa. Ambas zonas están delimitadas por el muro de la mayoría absoluta, pared que, a pesar de que otorga una notable facilidad para aplicar las medidas programáticas (sic) del PP, no permite superar los límites de la ética y el sentido de Estado. Más allá de las mayorías suficientes está la responsabilidad. No es lo mismo ejecutar medidas con mayoría absoluta pues cuentas con ese colchón de votos, que alcanzar también acuerdos con otras formaciones para que las propuestas tengan la mayor base posible y, por ende, sean de mayor calado democrático.

El PP perdió en 2004, entre otras razones, por su infinita capacidad para hacer de la mayoría absoluta su justificación según la cual todo lo que ellos hacían estaba bien. No deberían cometer el mismo error. Algunos dirigentes del PP, quiero pensar que con sentido de Estado y lucidez, han afirmado que a España les interesa un principal partido de la oposición fuerte, en este caso el PSOE. Tienen razón. No tengo motivos ni intención de pensar mal de ningún dirigente mientras no se demuestre lo contrario. Por ello, creo en la sinceridad de los políticos. Cierto es que en muchos casos he sido un perfecto ingenuo, pero prefiero equivocarme a tener prejuicios.

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De vuelta al jardín de infancia

Frans van den Broek

¿Ha tenido alguno de los lectores la oportunidad de participar en un entrenamiento laboral? No me refiero a sesiones de actualización técnica o de intercambio de información o de preparación para actividades concretas, como proyectos o conferencias. Me refiero a ejercicios de construcción de espíritu de equipo, por ejemplo, o a cursos relámpago de comunicación intercultural o a cómo entresacar el líder que uno tiene dentro de las profundidades de inanidad en que está sumergido y utilizarlo para mejor efectividad y crecimiento de la empresa. Si uno no ha tenido el placer de participar en un curso de estos, le aconsejo que nunca lo haga, si puede evitarlo: el cuerpo tiene una capacidad limitada de sofocación y tedio y tanta pusilanimidad puede ser dañina para la mente.

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¿Incoherencia con un programa de izquierda?

Alberto Penadés

¿Le ha fallado la izquierda al PSOE? ¿Ha sido incoherente con su ideología por haber sido demasiado moderado?

Escribo esta nota, modestamente, al hilo de la sucesión de  dos afortunados artículos, de Belén Barreiro y de Ignacio Urquizu, aparecidos esta semana en el País con observaciones post-mortem sobre la legislatura y las elecciones, y que recomiendo a quien no los haya leído. En ambos se menciona, entre otras cosas, la importancia de la coherencia ideológica para el PSOE y, en al menos uno de ellos (Urquizu) se conecta con el castigo por la izquierda. Belén Barreiro prefiere incidir en algo de una importancia enorme: que las cohortes de edad son hoy una fuente de desigualdad y conflicto tan importante como las demás. (Las consecuencias de pensar en eso podrían llevar las cosas bastante lejos –esto es lo que hace del artículo algo verdaderamente nuevo- por lo que lo dejo para otra entrada)

Lo que más llama la atención del considerable revés electoral del gobierno es el hecho de que el PSOE ha defraudado a la mayoría de los suyos. Repasemos.  De acuerdo con la encuesta pre-electoral del CIS (habrá que esperar a la postelectoral para afinar) solo un 45% de antiguos votantes pensaba volver a votar al PSOE (86% el PP, 60% IU o CiU), incluyendo aquí algunos dudosos. Lo que es más significativo, solo al 51% de los antiguos votantes del PSOE le gustaría que volviera a ganar su partido, y nada menos que un 42% de antiguos votantes socialistas prefería que hubiera un cambio de gobierno.

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Búscase secretario general

José D. Roselló

El ciclo de últimas derrotas electorales que comienza en las municipales y autonómicas de mayo y, previsiblemente, acabará en las próximas elecciones andaluzas, ha situado al PSOE en la situación de menor representación política desde la restauración de la democracia.

Como consecuencia de ello, ha sido convocado un congreso el próximo mes de febrero del que debe salir una dirección que se haga cargo de las actuales circunstancias y que empiece el camino de la recuperación. Habrá un nuevo secretario general que será el máximo responsable de esa tarea.

Ningún diagnóstico realista de las causas de la inmensa derrota excluye el desgaste y la pérdida de perfiles reconocibles en una gran parte del discurso socialista.

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