Familia, género, trabajo y políticas públicas

José S. Martínez García

Me gustaría compartir con Vds. unas reflexiones a cuenta de un seminario sobre género, familia y trabajo al que tuve ocasión de asistir. Salí de allí con la idea de que, simplificando mucho la realidad, podemos considerar que hay trabajos buenos y malos, y familias buenas y malas. Un trabajo bueno está bien pagado, se desempeña en condiciones físicas agradables, permite grandes márgenes de autonomía en su ejecución y de algo así como de «realización». Lo contrario sería un trabajo malo. En una familia buena, las personas se apoyan, respetan, quieren y toman decisiones colectivas teniendo en cuenta los intereses de todos sus miembros, y estableciendo alguna compensación para los que salen perjudicados, cuando el conflicto de intereses es inevitable.

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