Austeridad y desigualdad

Lobisón

La alternativa que se ha perfilado en la cumbre del 9 de diciembre del Consejo Europeo es una refundación de la UE que en principio podrían suscribir todos los países miembros excepto el Reino Unido. Se trata de crear mediante un tratado internacional una UE en la que los Estados se comprometerán a introducir en sus textos constitucionales una regla de oro del déficit y para la contención de la deuda. Las nuevas reglas modificarán la forma de gobierno de la eurozona y servirán para llevar los presupuestos nacionales hacia un mayor equilibrio. La pregunta evidente es si este aumento de la ‘gobernanza fiscal’ es el único mensaje que se pretende enviar a los mercados o si, en cambio, es la condición para pasar a una fase distinta.

Los asesores de Merkel han dado entender en varias ocasiones que una mayor gobernanza económica en la eurozona sería necesaria antes de pensar en un papel más activo del BCE frente al encarecimiento de la financiación de los países periféricos. Por mayor gobernanza (gobernanza reforzada) se entiende ante todo un mayor compromiso para limitar el déficit, formalizado en la misma constitución de los países miembros, siguiendo el ejemplo alemán, e introducción de mecanismos de automáticos de sanción para los países incumplidores. En suma, se trataría de impedir que el respaldo del BCE se convirtiera en un cheque en blanco para los países incumplidores.

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