José D. Roselló
“¡Es la economÃa, estúpidos!†fue el célebre exabrupto que, según cuentan las crónicas, lanzó J. Carville, asesor de Clinton en la campaña del 92 que acabarÃa llevándoles a la Casa Blanca.
En un estilo similar, solo que menos faltón, puede decirse que cada vez más, se percibe como único rumbo razonable de polÃtica económica -que no aplicado todavÃa- aquel que empiece a preocuparse, y de manera palpable, por relanzar el crecimiento económico.
Pero en fin, sucintamente, a fin de no caer en repetir lo que puede leerse todos los dÃas en la prensa, el consenso generalizado de peces grandes y chicos en esto de la prospectiva económica, es que el mundo se encamina a un periodo de fuerte reducción del crecimiento y Europa tiene, por un lado , varios de sus miembros afrontando una crisis basada en el coste de la deuda pública importante, y por otro se enfrenta a la muy cierta posibilidad de caer en una segunda recesión durante el año que viene.