Auditorías: ¿coartada para la inacción?

 Barañain 

Bajo el lema de “compromiso con España: empleo, austeridad y transparencia”, el Partido Popular  ha presentado lo que pretende ser una estrategia coordinada de reformas para salir de la crisis económica, mejorando la cohesión social y territorial, reformas que dicen inspiradas en principios de austeridad, transparencia, regeneración y reformismo.

 En el documento presentado, sostiene el PP con razón que “nunca antes un partido político había tenido en su mano la posibilidad de coordinar desde las administraciones territoriales una agenda de reformas tan ambiciosa” a lo que añaden que ello “nunca antes había sido tan urgente y necesario”.

 Sin embargo, la fijación del techo de gasto para las administraciones autonómicas, la austeridad en sus estructuras administrativas o la limitación de sus gastos corrientes no suponen una gran novedad y nacen con el escepticismo derivado de su contradicción con lo que ha venido aplicando el PP en los territorios que ya gobierna. Propuestas como la disminución de las consejerías, la de los altos cargos y entidades públicas o la reducción de los gastos de representación y publicidad, por poner algunos ejemplos, serían más creíbles si vinieran refrendadas por una práctica consecuente en ese sentido en comunidades como Valencia o Madrid.

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