Perspectivas

Lobisón

 El desaparecido Rafael del Aguila llamaba ‘pensamiento impecable’ al de quienes dan tanta importancia a la coherencia con los principios que se desentienden de las consecuencias de sus decisiones, por graves que puedan ser. Y Chesterton, en una de esas frases que le dieron el título de maestro de la paradoja, sostenía que la locura no era más que la coherencia llevada al extremo.

A lo largo de las dos semanas pasadas hemos tenido bastantes muestras de una coherencia llevada más allá de lo deseable. Las más recientes han sido los apasionados debates sobre la designación del candidato del PSOE a las próximas elecciones generales, y lo que creo que revelan es la dificultad para superar la propia perspectiva y tomar debidamente en cuenta la perspectiva en que se mueven los demás. 

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Protectorado marroquí en Badalona

Senyor_G

Eran ya los últimos días de campaña cuando me sorprendió leer en el diario gratuito La Razón, unas declaraciones de la presidenta del PP catalán donde ponía su experiencia personal y familiar como ejemplo de adaptación a otro país:

«Alicia Sánchez-Camacho vivió una época de su vida en Marruecos porque su padre, guardia civil, fue destinado al país africano. Dos de sus hermanas, recordó la presidenta del PP catalán, nacieron en Tetuán y allí hicieron los esfuerzos necesarios para integrarse y respetar las normas

¿Pero qué hacía un guardia civil fuera de España en aquella época? Indagando un poco, tampoco demasiado, uno descubre con la ayuda del diario ABC que su padre como guardia civil fue destinado al Protectorado de Marruecos, donde conoció a Manuela Pérez Zamora, de Almendralejo (Badajoz), mujer adusta y con igual afán de saber que Francisco. Los dos hermanos mayores, Manuela y Francisco, nacieron en Sevilla y Piedad y Carmen, en Tetuán. Cuando en 1956, el padre fue destinado a Barcelona, nació Alicia.

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Debacle, refundación e incógnitas

Millán Gómez

 Se cumplió la prevista debacle electoral del PSOE. El PP se ha impuesto claramente en las elecciones municipales y autonómicas y, salvo milagro digno de estudio, la derecha llegará a La Moncloa en algo menos de un año. Apenas ha habido sorpresas. El PSOE ha perdido las principales plazas en juego, tales como Castilla-La Mancha, Barcelona o Sevilla. Así a todo, al ser unas elecciones locales han obtenido aceptables e, incluso, notables resultados en otros lugares. El PP tiene clara la hoja de ruta y no es otra que «crisis, crisis y crisis» sin solución alternativa alguna. Les va bien y, desde un punto de vista electoral, es de una lógica aplastante. Por supuesto, desde un posicionamiento ético, es lamentable y contrario a los postulados de un sistema democrático.

 La consecuencia de esta clara derrota es la reflexión interna que se está produciendo en el socialismo español. Los dirigentes del PSOE no han engañado con su percepción de los resultados y lo han calificado de «malos» o «muy malos» o incluso de modo aún más negativo. El Presidente Zapatero habló la noche electoral desde Ferraz asumiendo la derrota con elegancia pero con una insuficiente autocrítica. Si bien la crisis es el principal motivo de su derrota, no el único y, aunque lo fuese, deberían plantearse cuáles son esas razones que han hecho a otrora votantes socialistas cambiar la papeleta, no introducir ninguna, optar por alguna no válida o quedarse en casa disfrutando de un plácido domingo. No era el momento para concretar errores pero sí para dibujar posibles equivocaciones. No es mucho pedir.

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De tinieblas y tigres blancos

Frans van den Broek

En la excelente primera novela del autor Indio Aravind Adiga, una larga carta al premier chino antes de su visita a la India, el personaje principal le cuenta la historia de cómo llegó a hacerse empresario en el equivalente de Sillicon Valley de su país, Bangalore, a pesar de sus orígenes humildes en un pueblecito perdido del interior. India, le informa, está dividida en dos zonas, separadas por fronteras más agudas y minadas que la que le separa de Pakistán en el Kashmir (comparación que él no usa, pero que supongo no le disgustaría demasiado): la Luz y las Tinieblas (The Darkness, para ser exactos). La India de la Luz es la India que alaba el Occidente cuando se refiere a su crecimiento económico, a su enorme democracia, a sus empresas que compiten mundialmente, a Bollywood, a sus bombas atómicas. Es la India occidentalizada y rica, cuya principal motivación es enriquecerse e insertarse en la dinámica comercial y cultural que moviliza al mundo globalizado. La India que prefiere hablar inglés, conducir coches caros, beber alcohol y olvidarse que alguno de sus ancestros fue hindú o musulmán y tuvo que quebrarse el lomo en algún lugar olvidado del inmenso subcontinente. La India que dice admirar a Ghandi y a Nehru, pero que no tiene empacho en armarse hasta los dientes, tirar bombas si fuera necesario y utilizar a la policía de cualquier manera, con sobornos o prebendas, para conseguir sus objetivos. La India poderosa y reluciente, de ciudades modernas y exotismo administrado, y que mira con desprecio o lástima a la otra India que constituye la mayoría del país, la que se suele llamar Las Tinieblas.

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¿El trabajo libera?

José Domingo Roselló

Consultoras, servicios informáticos, y especies de esa clase.

Si, esas entidades empresariales que se dedican a la prestación de servicios a otras compañías. No son ETTs. Las Empresas de Trabajo Temporal, se sustentan, formalmente, en su utilidad a la hora de suavizar los picos y valles de demanda de trabajo, a través de la provisión temporal de mano de obra a sus clientes.

En cambio, teóricamente dichas consultoras etc. sustentan su existencia en que el agente especializado (empresas prestadoras de servicios) puede realizar mejor que el principal (empresas que la contratan) funciones que no le son estrictamente propias, ganando así el sistema en eficiencia.

Hay muy interesantes discusiones alrededor de los condicionantes adicionales -regulatorios, teorías de gestión de los recursos humanos etc.- que explican el éxito de este negocio. Démoslos todos y cada uno por buenos, porque los párrafos siguientes no van a hablar de teoría, hablan de praxis, de lo que pasa, y no de por qué pasa.

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El 15M no quería saber nada del 22M

Aitor Riveiro

Hace unos meses asistí en calidad de observador a una suerte de asamblea fundacional del partido en el que debe convertirse el Proyecto Equo, que dirige el expresidente de Greenpeace, Juan López de Uralde, y que cuenta entre sus filas con personas relevantes de la izquierda política, como la exdiputada regional por Madrid de IU Reyes Rincón.

El partido está ahora mismo en un estado muy embrionario y llegará a duras penas a las generales de 2012. A la asamblea acudieron unas 200 personas de muy distinta procedencia pero con el ‘verde’, más que el ‘rojo’, como nexo de unión: Equo corre el serio peligro de atomizarse antes incluso de echar a andar.

De aquella reunión saqué una conclusión clara: existe un número indeterminado de personas que asumen en soledad sus inquietudes políticas. Casi todos los que tomaron la palabra se expresaron en este sentido. Esta gente asegura no tener en su entorno con quién debatir los asuntos públicos: el estado de la sanidad, el calentamiento global, los escándalos de corrupción, etcétera. Y no tienen referentes: lo están buscando.

Semanas después el CIS publicó uno de sus barómetros periódicos. Junto a las habituales, una serie de preguntas indagaban sobre la participación ciudadana de los españoles. Destaco algún dato del estudio:

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A favor de un Congreso y un nuevo líder socialista (con primarias, tal vez)

Alberto Penadés

De momento, el secretario general del PSOE ha decidido seguir en su puesto y no ha dado ninguna señal de cuándo piensa dejarlo. No antes de las próximas elecciones generales, al parecer. Ha renunciado a ser candidato, pero como eso lo hizo antes de estas pasadas elecciones, ni siquiera le sirve ahora como muestra de autocrítica. Ser candidato del PSOE, en todo caso, no es precisamente el título más valioso de que podía desprenderse, a la vista está. No esperábamos algo radical: dejar la presidencia del gobierno en manos de un ministro habría sido un experimento incierto de parlamentarismo, aunque habría sido algo relativamente normal en otras democracias menos presidencialistas. Pero muchos nos preguntamos qué virtudes pueden traer unas primarias a palo seco y si no se debe hacer (o también hacer)  un congreso extraordinario, adoptar un programa y elegir nuevo secretario.

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Las elecciones municipales y autonómicas

Ricardo Parellada 

Cuando escribo los resultados de las elecciones todavía no son definitivos. Como es inevitable que mañana este sea el tema del día, aprovecho esta entrada para enumerar algunos datos dispersos de la noche y animar a los bloggeros a comentar los resultados.

 1. Madrid. Nuevas mayorías absolutas del PP, pero parece que Aguirre sube y Gallardón baja. Gómez empeora los resultados anteriores del PSOE, sube IU y aparece con bastante fuerza UPyD.

 2. Valencia. Camps y Barberá arrasan pase lo que pase. Para el que se quiera consolar, lo que dijo un tertuliano en TVE: la diferencia con Andalucía es que en Valencia la corrupción no se paga y en Andalucía sí.

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Brote ilusionante en positivo

Millán Gómez

Pensaban que la gente había perdido la ilusión. Pensaban que los jóvenes y no tan jóvenes físicamente pero sí espiritualmente habían rechazado cualquier rebeldía y se habían refugiado en la facilidad del conformismo. Pues no. El “movimiento 15-M”, con sus virtudes y sus defectos, destaca por encima de todo por un ingrediente básico: la recuperación de la ilusión perdida por ciudadanos de varias generaciones que a través de la calle e internet han recobrado sus deseos de cambiar los datos negativos que presenta a diario la prensa y realizar protestas con el objetivo de transformar en positivo la sociedad en la que viven. Pueden estar desorganizados, cohabitar con gente que está ahí para hacer bulto y que no tienen ningún interés por los demás. Pero están ahí. Ahora ya no miramos hacia Grecia, Portugal o Francia. Hoy, con perspectiva y con la humildad siempre necesaria, nos podemos mirar un poquito el ombligo. Aunque cuidado con los dolores de cuello.

Se pueden discutir mucho las formas. Las declaraciones de algunos portavoces que no pasan por ser los mejores oradores posibles. Pero quizás ahí radique la magia y el significado pleno de este movimiento ciudadano, el cual no es “antipolítico” por mucho que se obstine en calificar el normalmente ejemplar diario “La Vanguardia”. No es antipolítico, lo que está claro es que sí es contrario a la clase política actual, que es bien diferente. En la política creen, lo que no creen en sus actuales protagonistas. La respuesta del Gobierno ha sido de respeto como viene siendo la tónica habitual en un ejecutivo que, a pesar de sus numerosos errores en una crisis de la que no es responsable pero que no supo prevenir (como tantas otras instituciones, ojo). El PP, también en su línea habitual. Leña, leña, leña. Y un corte de mangas de su responsable de Justicia. La única persona que dijo algo decente fue el jueves Esperanza Aguirre, claro que unos segundos más tarde volvió a embadurnar todo y ayer viernes más de los mismo. Estaba yo tan feliz escuchándola asintiendo con la cabeza hasta que me tuve que llevar las manos a la cabeza. Estaba yo de foto. Fue como un jarro de agua fría. A ingenuo no me gana nadie.

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“The imperfectionists” de Tom Rachman

Frans van den Broek

Si bien no son tantas como las dedicadas al crimen o la guerra (por mencionar dos temas al azar con abundante representación literaria), el mundo del periodismo ha inspirado una buena cantidad de obras de arte, sobre todo, como es natural, en la narrativa y el cine. La primera dificultad para el escritor que escoge este tema es, por tanto, el encontrar un modo original de abordar el tema, no porque la originalidad sea un valor necesario en la literatura, sino porque la repetición le impone condiciones de elaboración más estrictas aún, si es que la novela pretende hacerse de un lugar en el competitivo mercado de hoy en día. Tom Rachman prefiere apostar por la primera opción, y lo hace de modo formal y temático.

The imperfectionists renuncia a la estructura narrativa convencional de una novela, esto es, a un argumento, o serie de argumentos que se entrelazan de modo continuo hasta el final, con personajes que evolucionan en el transcurso de la narrativa. Su novela, en cambio, le presta la estructura a aquellos libros de cuentos en los que aparece el mismo personaje principal en todos, pero lo hace dedicando cada capítulo, que se puede leer hasta cierto punto como un cuento independiente, a un personaje diferente. Lo que los une a todos es que trabajan para el mismo periódico, y las referencias que se hacen de uno u otro en los capítulos que no se ocupan de ellos. Rachman enmarca estas historias, además, en la historia del periódico mismo y su fundador, que se desarrolla en entradas breves antes de cada capítulo. Este marco, claro está, hace referencia también a elementos importantes de los otros capítulos. El resultado es eficiente y bien estructurado, y permite una lectura ágil y muy entretenida. Esto último depende también en buena medida del tema, que es el segundo aspecto en el que Rachman hace residir la originalidad de la novela.

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