El impulso autoritario

Frans van den Broek

Las elecciones de anteayer en Finlandia no hacen sino coronar una tendencia que ha venido expresándose en la política europea desde hace ya algún tiempo: la del autoritarismo, aunada al que suele ser un fenómeno concomitante, el nacionalismo. En verdad, estos impulsos psicosociales jamás han dejado de estar presentes en la comunidad europea (o mundial, para tal caso), quizá porque pertenecen a la naturaleza humana, no con dichos nombres u organizados de esta manera, pero metamorfoseándose según lo demanden las circunstancias. No podríamos hablar de nacionalismo en sociedades organizadas tribalmente, ni de autoritarismo en grupos que no han conocido otras formas de distribución del poder, pero siempre es posible discernir tendencias hacia la imposición de la conformidad y la homogeneidad en las sociedades humanas. Europa, sin duda, no es excepción y baste la historia del siglo veinte para recordarlo, por lo que la emergencia de partidos de corte nacionalista y autoritario puede ser desconcertante o desagradable, pero no puede constituir del todo una sorpresa.

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