Aznar y Gadafi

Lobisón 

La afirmación por José María Aznar, en una conferencia pronunciada en Estados Unidos, de que Gadafi era un ‘amigo extravagante’, al que era un grave error atacar, ha causado como era de esperar regocijo y consternación según las sensibilidades e intereses de cada cual. En general se ha atribuido semejante metedura de pata a las malas compañías, y sobre todo a su obsesión compulsiva por meterle el dedo en el ojo al actual gobierno español.

Sin duda éstos son factores que han pesado, pero también se debe tener en cuenta que la actual visión del mundo de Aznar se fraguó en 2002, con el deslumbramiento mutuo entre Bush y él por su coincidencia en la necesidad imperiosa de combatir al eje del mal. Cuando Gadafi decidió no seguir la suerte de Sadam Husein y anunció el desmantelamiento de sus armas no convencionales, Aznar, como Blair y Bush, decidió que había llegado el momento de perdonar sus pecados anteriores, incluyendo las bombas de Berlín en 1986 y del vuelo de PanAm sobre Lockerville en 1988.

Sigue leyendo