El Yemen, ¿la siguiente revolución?

Magallanes

 Desde que cayó Mubarak en Egipto el 11 de febrero, empezaron en Yemen a manifestarse contra el dictador Abdullah Saleh exigiendo su dimisión. Éste lleva 33 años en el poder con un partido único, aunque no tan vistoso como el de Gadafi. Se trata de un país con una orografía mucho más abrupta que la de Libia y donde, a pesar de la dictadura, han sobrevivido distintos grupos rebeldes. El país estuvo dividido, la región del sur limítrofe con el océano sigue anhelando la independencia, perviven con fuerza las tribus y clanes que se pelean frecuentemente, hay una población urbana con sus correspondientes estudiantes universitarios y se infiltran desde Arabia Saudita en el norte pequeñas guerrillas de Al Qaeda o simpatizantes de la misma. Abdullah Saleh ha mantenido el poder durante 3 décadas a base de jugar con las rivalidades de todos estos grupos. Cuando empezaron las actuales manifestaciones, Abdullah Saleh pensó que podría desactivarlas con diversos métodos: repartió subsidios generosos sin exigir nada a cambio, empezó a repartir automóviles a los jefes más fiables e hizo promesas de democratización. Finalmente, cuando los universitarios de la Universidad de la capital Sanah montaron en una plaza adyacente un campamento al estilo de la plaza cairota de Tahrir exigiendo su marcha del gobierno, empezó a mandar policías antidisturbios repartiendo gases y palos. Pero la concentración siguió en dicha plaza y las  manifestaciones de apoyo se extendieron a otras ciudades y pueblos.

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